5. Chocolate Caliente.

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—No he hablado con él desde que me lo pediste– interrumpió Taehyung justo cuando Seokjin planeaba preguntar, todavía no lo dejaba entrar por completo a la oficina cuando ya lo estaba interrogando.

—Me preocupo por ti– dijo Seokjin con un gesto afligido.

—Lo sé pero debes saber que no soy tan caliente como para preferir un hombre por encima de mi trabajo. Eso nunca ocurrirá, y el hecho de que me cuestiones me hace creer que no confías en mi.

Seokjin apretó los labios hasta formar una línea recta.

—Sabes que no se trata de eso– negó el pelinegro —es solo que...

—¿Que qué?– Taehyung arqueo una ceja, malhumorado.

—¡Es que es obvio que hay sentimientos de por medio! Te gusta ese tipo y algunas veces el querer a alguien puede nublar nuestro juicio. No estoy diciendo que seas "caliente", esto se trata de algo mucho más grande e importante; te estás enamorando.

—¡No seas ridículo, Seokjin!– Taehyung esquivó a su compañero y siguió avanzando en busca de Moonbyul y Jimin. —Eso no es posible.

Seokjin aceleró sus pasos hasta alcanzar a Taehyung, lo tomó por los hombros y lo obligó a girar hasta quedar cara a cara pero el pelirrojo agachó la mirada de inmediato.

—Tae, el hecho de que lo niegues solo lo hace más evidente.

—Me odio– Taehyung se inclinó hacia Seokjin y lo abrazó. —¿Por qué solo me intereso en sujetos así? Siempre son los incorrectos– se quejó.

Seokjin abrió la boca para responder pero volvió a cerrarla, no sabía qué decir en esa situación. Taehyung siempre había tenido problemas con sus relaciones amorosas pues la mayoría de hombres con los que se involucraba románticamente resultaban ser unos cretinos. Pasado un tiempo de sufrir decepción tras decepción el pelirrojo había decidido enfocarse solo en parejas sexuales, sin involucrar sentimientos. Al parecer tampoco le había funcionado muy bien.

—Chicos, Charlie ya está "aquí"– interrumpió Jimin que ya tenía tiempo observándolos en silencio desde el corredor.

Taehyung se alejó de Seokjin y caminó hacia el despacho tratando de borrar el gesto triste de su mirada.

—Bueno, de todos modos creo que nuestros cuerpos no tenían tan buena química– dijo a modo de broma, una broma muy forzada.

La música de Mozart que salía desde la enorme bocina de latón en forma de cono no opacaba los jadeos y quejas de dolor del hombre atado a la silla de metal al centro de la habitación

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La música de Mozart que salía desde la enorme bocina de latón en forma de cono no opacaba los jadeos y quejas de dolor del hombre atado a la silla de metal al centro de la habitación. El disco de vinilo giraba perezosamente mientras el sonido iba saliendo cada vez más afónico, como si estuviera a punto de detenerse y apagarse por completo.

Jungkook permanecía cerca de la puerta ancha en forma de arco vigilando con rostro inexpresivo. Su mirada recorrió el rostro hinchado del hombre en la silla, la sangre le escurría por los labios destrozados junto con espesos hilos de saliva y sus ojos estaban tan golpeados que ni siquiera podía abrirlos. El cuerpo demacrado temblaba por las bajas temperaturas del enorme cuarto que en realidad era una nevera de carnicería y los sonidos agónicos que salían de su garganta sonaban muy parecidos a un "por favor".

Los 𝑨́𝒏𝒈𝒆𝒍𝒆𝒔 de 𝕮𝖍𝖆𝖗𝖑𝖎𝖊 ⊱ᴋᴠ ʏᴍ ɴᴊ⊰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora