12. Empeorando.

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Había sido su culpa sin duda. Seokjin no podía dejar de repetirse lo mismo una y otra vez. Si hubiese regresado directo a la oficina tras terminar de instalar el sistema de seguridad en casa de Namjoon nada de eso hubiera ocurrido.

Sus ojos seguían fijos en las imágenes que las cámaras habían captado de Yoongi y su matón entrando al interior de la oficina sin mayor problema. Era consciente de que podía ocurrir un altercado similar en cualquier momento y debió suponer que Yoongi no era un sujeto con el que debían haber jugado sin tener un as bajo la manga. Pero todo eso había quedado opacado por Kim Namjoon y su ridículamente bien tonificado cuerpo.

—¡¿Cómo que no lo va a liberar?!– chilló Taehyung, cada vez más histérico —¡hay que hacer algo!

Seokjin se concentró, tecleando en el computador luego de que el ataque de culpa lo hiciera distraerse. No había podido dar con la ubicación exacta de Jimin pues la señal rebotaba.

—Aún si lográramos dar con ellos, no podemos ir ahí, Tae. Una confrontación directa con Min podría complicar nuestro trabajo con Namjoon– le recordó a su amigo.

—¡Al carajo con eso! Jimin es mucho más importante y tú lo escuchaste, Min no va a dejarlo ir hasta que nos presentemos ante él– Taehyung azotó la mano sobre el escritorio.

—Solo lo dejará ir si yo me presento– corrigió Charlie desde el altavoz de la oficina.

—No entiendo ¿para qué quiere a Jimin?– irrumpió Moonbyul.

—Min Yoongi es un hombre precavido y no confía en las personas. Jimin se le acercó en Dubai así que debe imaginar que lo estábamos siguiendo como posible sospechoso pero aún no sabe de qué se le culpaba. Imagino que hasta que no lo sepa no dejará ir a Jimin, quizás solo quiera asegurarse de estar a salvo– Charlie habló tranquilamente.

—Pero no es de su incumbencia. Además ya lo descartamos como sospechoso o algo así– Taehyung se cruzó de brazos, molesto.

Seokjin frunció el ceño y trató de seguir el ritmo de la conversación pero algo no le cuadraba en todo ese asunto. Aún si Min estuviera seguro de que lo consideraban una persona de interés, era bastante extraño que se hubiera tomado la molestia de rastrear a Jimin para secuestrarlo, eso solo lo comprometía. Debía haber algo más ahí, algo que no estaba viendo.

—Creo que Yoongi quiere otra cosa de Jimin– se atrevió a decir.

—¿Qué?– Taehyung alzó una ceja.

—Aún no lo sé pero Jimin ya debió haberlo notado también para este momento así que dependerá de él sacarle la información.

—¿Y qué haremos mientras tanto?– Taehyung estaba un poco desesperando cuando de pronto su teléfono sonó y ni siquiera dudó en responder, poniendo el móvil en altavoz. —¿Dónde estás?

—No puedo ayudarte– fue lo primero que dijo Jungkook —no me arriesgare por tu compañero.

Seokjin parpadeó confundido ¿en qué momento Taehyung se había puesto en contacto con Jungkook? Ni siquiera lo había notado.

—¡Tienes que ayudarlo a salir de ahí!– insistió el pelirrojo.

—No lo haré– sentenció Jungkook —Min es mi jefe, tengo un contrato con él.

—¿Y yo qué? ¿No soy nada? ¿No soy más importante?– cuestionó Taehyung, el tono de su voz era áspero, amargo y caprichoso.

—No juegues sucio– siseo Jungkook al otro lado de la línea.

—La vida es un juego sucio, cariño– el pelirrojo sonrió casi sintiéndose vencedor.

Seokjin estaba bastante impresionado por la habilidad de Taehyung pero dudaba que lograra algo por parte de Jungkook. Por encima del hecho de que trabajaba para Min, Jungkook no podía correr el riesgo de ayudar a Jimin y quedarse pues sería asesinado si se enteraban de que había contribuido a la fuga. Seokjin se sentía un poco mal por Jungkook, el chico estaba entre la espada y la pared. Era obvio que no quería traicionar a Yoongi pero tampoco quería negarle la ayuda a Taehyung.

Los 𝑨́𝒏𝒈𝒆𝒍𝒆𝒔 de 𝕮𝖍𝖆𝖗𝖑𝖎𝖊 ⊱ᴋᴠ ʏᴍ ɴᴊ⊰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora