Capítulo 5

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JANE

Han pasado 3 horas desde el incidente. Todavía estoy conmocionada y siento que en cualquier momento aparecerá desde algún rincón. Pensé en llamar a la policía, pero ni siquiera lo conozco. Además, le abrí la puerta. Aun así llamé a la única agencia estatal que conozco, pero como es domingo, nadie está atendiendo el número de la oficina.

Recuerdo tener algunas tarjetas con nombres de personas relacionadas con el negocio de alquiler de departamento. Llamo a tres de ellos pero ninguno me dice que puedo cambiar de lugar en 24 horas. Todos me aconsejan que los visite mañana para más detalles.

¿A dónde debería ir? Debería decirle a Carol al respecto. Ella podría darme algunos consejos para salir de esta situación. Con este pensamiento, salgo de mi departamento y llamo a su puerta. Una vez, dos veces y Dios sabe cuántas veces para finalmente darme cuenta de que ella no está en casa. Puedo hacer esto. Soy mucho más madura que ella, así que debería saber cómo lidiar con esto. Camino a mi departamento pensando en una solución.

¡Sí! Un motel. Puedo quedarme en algún motel. No, no en un motel. Tienen problemas de seguridad con bastante frecuencia. Quiero algo más seguro. Intento buscar en Google algunos de los mejores hoteles de Los Ángeles. No me importa el dinero en este momento. Incluso si esto significa gastar todos mis ahorros. Me quedaré en ese hotel hasta que pueda vender este apartamento y mudarme a un lugar nuevo. Incluso es mucho mejor si puedo salir de esta ciudad. Y no debo contarle esto a nadie. Decirle a alguien puede arriesgar mi seguridad.

Reservo una habitación en un hotel famoso. Y comienza a empacar algunas cosas importantes. Empaco algunas ropas. Mi laptop y celular.

Llevo el mismo vestido que decidí usar en la mañana para mis oraciones dominicales, pero nunca tuve la oportunidad de usarlo y salgo del departamento con una pequeña maleta. Cuando salgo del edificio no puedo sacudir de mí la sensación de que me vigilan.

Nunca en mi vida fui tan consciente de mí misma como hasta ahora. Miro a mí alrededor y no encuentro a nadie sospechoso. Tomo un taxi y me voy al hotel.

Antes de llegar al hotel noto el hermoso edificio de una iglesia. Esa iglesia es tan hermosa que me atrae y tampoco está tan lejos de ese hotel. Necesito fuerza y ​​sé que voy a visitarla pronto. Eso es lo primero que quiero hacer.

Aunque mis padres tenían un gran anhelo en hacernos creyentes, nunca nos presionaron demasiado. Mi familia y yo solíamos asistir a misa dominical de vez en cuando. Pero después de mi divorcio, caí en la desesperación. Y fue lo único que me dio fuerzas. Ir allí y escuchar que no estoy sola y olvidada se convierte en música para mis oídos. De alguna manera supe que Dios me está cuidando. E incluso ahora creo que solo Él me ayudará a salir de esta situación pronto.

Me registro en el hotel alrededor de las 3pm. No desempaco mi maleta, solo agarro mi bolso y me voy a la iglesia. El hotel era una locura grande. La gente parecía feliz mientras disfrutaba de sus vacaciones, mientras yo... Me lleva casi 15 minutos salir del hotel. Luego empiezo a caminar hacia la iglesia. Cada paso me llena con una especie de extraña paz y confianza. Es como si algo me dijera que todo va a estar bien, que estaré a salvo.

Me lleva 20 minutos más llegar a la puerta de la iglesia.

Decido entrar y en este momento me siento cansada, como alguien que llega a casa después de un día tan largo y agotador. Entonces, solo quiero sentarme por un largo tiempo. Descanso mi cabeza en el banco frente a mí.

Estoy sentada aquí por quién sabe cuánto tiempo, y solo salgo del trance cuando escucho unos fuertes susurros. Me doy vuelta para ver qué está pasando realmente.

Esposa Por ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora