XVI.

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Christian's POV,
Hotel Heathman — 10:17pm

He culminado una espléndida cena con Anastasia, nos entendemos tan bien que se me hace fácil hablar con ella sobre cualquier tema. Me fascina su forma de ser, es muy inteligente y dice lo que piensa sin rodeos. Sinceramente creo que sería la mujer ideal con la que podría intentar tener una relación.

Aunque me lo impide el hecho de querer convertir a Gabriella en mi sumisa. Sería muy mierda de mi parte tener algo con ambas. Sin embargo, durante la cena de hoy he confirmado mi teoría: Anastasia no puede ser una candidata para ser sumisa, no podría tener ese tipo de relación con ella, no funcionaría. Es mucho más sencillo dominar a Gabriella y enseñarle lo que me gusta, tal como lo hizo Elena conmigo. Aunque si lo pienso, Elena me tuvo como su sumiso mientras estaba casada con Eric. Quizás sí puedo intentar tener una relación formal con Anastasia, mientras Gabriella es mi sumisa... y una vez acabe el contrato y Elena regrese por la chiquilla, puedo continuar con Anastasia. Y si las cosas no funcionan con Anastasia, sigo con divirtiéndome con Gabriella.

—Es hermosa la vista —susurra Anastasia al ver la vista de mi habitación.

—Me alegra que te guste –murmuro mientras abrazo levemente a Anastasia, quien mantiene su mirada fija a lo que puede apreciar desde la suite.

—Me encanta –asiente—, no sabía que la ciudad se podía ver tan hermosa.

—No es más hermosa que usted –murmuro en su oreja y la volteo para poder admirar sus hermosos ojos.

—Hará que me sonroje de nuevo –baja su mirada y muerde su labio inferior.

—Me encanta cuando te sonrojas –admito y sonrío de lado; realmente me gusta.

—Bueno, quizás a ti te guste, pero a mí no —ríe levemente y se tapa su rostro con ambas manos.

—Mírame –susurro y hace lo que le pido.

Coloco mis manos en sus mejillas y acerco mi boca a la suya, justo cuando estamos a punto de besarnos el sonido de mi celular nos interrupt.

—Demonios –susurro con molestia y apago el sonido, pero vuelve a sonar.

—Debe ser importante, responde –me anima mientas sonríe y besa la comisura de mis labios.

—¿Qué sucede, Taylor?

—Señor, siento interrumpir, pero debo volver a Seattle, la señora Gail me ha comunicado que el nuevo guardaespaldas y la señorita Martinelli han desaparecido de Escala –dice Taylor rápidamente y frunzo mi ceño.

—¿Cómo que han desaparecido?

—Puede que sea un malentendido, pero llevan desde la tarde fuera y aún no llegan, ni siquiera le anunciaron a Gail... es decir, a la señora Jones a dónde irían.

—¿Dónde te encuentras?

—Estoy en el estacionamiento del hotel.

—Bien, recógeme en el lobby, bajo en dos minutos.

Tras colgar la llamada, Anastasia me mira fijamente como si tratara de entender lo que sucede.

—Debo irme –suspiro pesadamente y coloco una mano en su mejilla.

—¿Todo bien? –pregunta suavemente y noto la preocupación en su mirada—

—Sí –asiento—. Solo un pequeño problema de... seguridad.

No miento del todo, Gabriella está a mi cargo y el hecho de que esté "desaparecida" es falta de seguridad.

—Oh, bueno, nos veremos el sábado.

La sumisa perfecta de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora