Prólogo

1.5K 90 7
                                    

Christian's POV,
Metropolitan Grill Rest. — 12:37pm

Escucho las palabras que salen de la boca de Elena y me atraganto con el vino que estoy bebiendo. Comienzo a toser con fuerza y mi amiga rápidamente me extiende una servilleta. Miro su rostro en busca de alguna expresión de que lo que ha dicho es una broma, pero no es así. Veo que realmente me ha pedido lo que he escuchado. ¿A caso ha perdido la cabeza? ¿Cómo puede pedirme algo así?

—¿Estás loca? —pregunto sorprendido—

—Christian...

—No —la interrumpo y niego.

—Christian, por favor, es sólo por un semestre —suplica en voz baja—. Son solamente seis meses. No es que te vas a quedar toda una vida con ella.

—Elena...

—Además —me interrumpe con voz rápida—, Gabriella es una chica muy callada. Ni si quiera vas a sentir su presencia en tu apartamento, sería como tener una roommate que no molesta. Es la roommate que todo el mundo quiere tener; es ordenada, educada, callada. Ni siquiera sentirás que está ahí.

—No quiero tener una roommate. Soy un hombre felizmente soltero y disfruto de mi soledad.

—Por favor —susurra.

—No —niego con una expresión seria—. Nunca he cuidado de nadie, ni siquiera de una mascota. ¿Cómo pretendes que cuide de una chiquilla? —Tomo otro buche de mi copa de vino y esta vez lo disfruto sin sentir que pierdo la vida.

—Pero con ella es diferente. No es una chiquilla que debes cuidar todo el tiempo. Solo sería llevarla al colegio y encargarte de que Gail le prepare comida. No es difícil, créeme.

—He dicho que no.

—Christian, ¿estás consciente de que no tengo a más nadie para pedirle este favor?

Mi amiga me mira con seriedad y suspiro.

—Elena, sí estoy consciente, pero no puedo hacerme cargo de ella. No creo que sea apropiado, es una niña y yo soy un desconocido. Soy hombre, no es bien visto.

—Oh, por favor. Por eso te lo pido, porque sé lo respetuoso que eres. No te confiaría a mi sobrina si pensara que le harías daño o la convertirías en una de tus...

Mi amiga y socia abre sus ojos e inclina su cabeza. Sé lo que quiere decir. En definitiva no la convertiría en una de mis sumisas. Primero, es menor de edad y no soy como Elena; y segundo, ya hay alguien en mi vida.

—¿No acaba de mudarse contigo? ¿Por qué tienes que irte?

—Anualmente hacen un concurso donde llevan a los mejores salones de belleza que hay alrededor del mundo. Este año lo harán en Francia —murmura sonriente—; y por fin, luego de tanto esfuerzo que he hecho en el salón de belleza, me llegó una invitación para la competencia.

—¿Y por qué no te la llevas?

—Porque no quiero.

—Elena, eso suena frío de tu parte. Es tu familia.

—Mi hermana era mi familia, Gabriella es una total desconocida para mi, solo estoy haciendo esto para poder darle su herencia tan pronto se gradúe y pueda marcharse.

>>Además, no puedo estar pendiente de ella todo el tiempo y ella ya ha cambiado de país al venir conmigo. No quiero cambiar toda su vida nuevamente. Tampoco quiero dejarla sola al cuidado de mis empleados, recién acaba de perder a su madre no lo ha pasado bien.

—¿Y el padre?

—Nunca ha estado en su vida. Mi hermana dijo que nunca se quiso hacer cargo de Gabriella.

La sumisa perfecta de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora