Sebastián
Si ella supiera la magia que la envuelve cuándo está desinhibida, cómo se acentúa bajo el aura provocadora y putamente sensual que proyecta al fijar la mirada en su objetivo, abriendo apenas un poco los labios... si fuera consciente del poder que ejerce sobre mí, comprendería con claridad lo que siento.
Dejo la americana que me he quitado sobre la mesa, avanzo despacio hasta la cama deleitándome con el movimiento de ese culo que me enloquece mientras gatea arrastrando las sabanas de seda negra. La dejo hacer, hoy es una noche sin ordenes, sin limites ni reglas, en dónde el único objetivo es disfrutar el uno del otro, amarla como sé lo necesita. Suelta su cabello y desliza las tiras del vestido al tiempo que se voltea y arrodilla, dejando caer la parte de arriba del vestido alrededor de sus caderas. Desabotono las mangas de mi camisa mientras la observo, doy un paso al frente para acortar la distancia, sus manos llegan a mi cintura y ascienden con premura por mi pecho; sus dedos abren cada botón con agilidad siguiendo el recorrido opuesto hasta mi pantalón. Levanta la cara consiguiendo me pierda en el brillo de deseo de sus ojos.
- Me gusta cuándo haces eso.- exclama mordiéndose el labio inferior.
- ¿Qué cosa?.- interrogo tomando su barbilla para no perder el contacto visual.
- Cuándo inclinas la cabeza de un lado a otro, como si fueras a sonarte el cuello. Pero en realidad estás evaluando lo que vez, te da un aire aterrador y muy excitante.- responde abriendo el pantalón.Suelto el aire y sonrío cuando sus osadas manos acarician mi pene por encima de la tela, cierro los ojos y dejo caer la cabeza hacia atrás dándole total libertad de hacer lo que le apetezca. Mi polla clama por salir al ya no tener espacio dentro del confinamiento en el que se encuentra. Dejo escapar un gruñido al sentir el contacto directo de su piel sobre mi miembro. Pequeñas pulsaciones comienzan a aparecer sobre mi glande deseoso de tener esos carnosos labios envolviéndolo. La veo asomar la punta de la lengua, como una condenada serpiente a escasos segundos de morder a su victima, la desliza lentamente de arriba abajo y de abajo hacia arriba repitiendo el movimiento una y otra vez, logrando que mis pelotas se tensen deliciosamente. Abre la boca y engulle mi pene con una velocidad lenta y desquiciante, la tomo de la cabeza y empujo las caderas hasta alcanzar la pared de su garganta, sintiendo su espesa saliva impregnar mi longitud. Entrelazo mis manos detrás de mi cabeza y la dejo jugar a su entero placer durante un rato; densos lametazos y fuertes succiones se centran en mi prepucio, sus dientes se hacen sentir al llegar al glande - joder - Eleva su mirada hacia mí y sus grandes ojos verdes me embrujan de tal manera, que puedo sentir como mi cuerpo se estremece bajo su hechizo. Me embriago de la caliente escena que protagonizo, cuándo su boca absorbe mi pene completamente mientras sus ojos llorosos están clavados en los mios. Acelera sus movimientos mientras sujeta con una mano la base de mi polla, deja caer unas gotas de saliva y la extiende con su otra mano logrando se deslice con mayor soltura, comienza a subir y a bajar apremiante mientras su boca sigue el mismo ritmo acompasadamente. No tarda ni dos minutos en hacer que mis pelotas comiencen a contraerse y lavas hirviendo se expanden a gran velocidad por mi cuerpo. Suelto el aire al ser consciente que me empuja a mi liberación, y no, no estoy dispuesto a complacerla en ello. Empuño su cabello en mi mano y la obligo a que hunda su boca hasta el fondo antes de salir de ella. Con un pequeño pero fuerte toque en la frente, hago que se acueste sobre la cama y enlazando mis brazos bajo sus pierna, halo de ella hasta dejarla al borde, abierta y a mi merced. Me arrodillo frente a su coño expuesto y sin demorar un segundo lo recorro con la lengua sintiendo el picor de su esencia al degustar sus fluidos, la siento moverse he intenta incorporarse, coloco una mano en su abdomen, la empujo y ejerzo presión para inmovilizarla, al tenerla de la forma que necesito dedico el tiempo justo a saborear, lamer, succionar y morder cada milímetro del jugoso coñito que tengo ante mí. Levanto la mirada al saber se está corriendo, la veo arquearse mientras estruja las sabanas entre sus manos, me separo apenas un poco y soplo ligeramente antes de sacar la lengua y lamer como un lobo sus heridas toda su abertura.
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Siempre Más...
RomanceContinua la saga Más en éste tercer libro. Deleitate con la historia de Aimee y Sebastian donde encontraras en cada linea la pasión, el deseo y el amor de estos protagonistas, rodeados de intriga, acción, suspenso, humor y mucho sexo.