Capítulo VIII

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Sebastián
 


 
Los días han pasado con excesiva rapidez, hoy será el ultimo antes de llegar al puerto, debo reconocer he disfrutado de cada minuto y rincón del Eternity; no recuerdo cuando fue la ultima vez que descanse y reí como en los últimos días. Su magia me hizo desconectar por completo, tenerla cerca es un shot de energía y alegría, descubrir sus gustos, sus reacciones, como baila meciéndose de un lado a otro cuando le gusta lo que va a comer, el ritual de belleza que sigue cada noche antes de dormir, usando una variedad de cremas de las que no entiendo exactamente su función. Como busca el contacto de mis pies con los suyos antes de cerrar los ojos, despertar y tenerla acurrucada a un costado casi tirándome de la cama, escucharla cantar mientras se ducha, como aún se sonroja cuando me escucha pedirle lo que deseo… - ¡Carajo lo hice bien! no me equivoque y cada segundo vivido mientras esperé llegara a mi vida, valió la pena.
 
Desvío la mirada oculta tras las gafas de sol de lo que se ha convertido en mi pasatiempo preferido, observarla. Tomo el móvil atendiendo la llamada entrante en donde me confirman la disponibilidad de los asientos que elegí para asistir a la ópera en la Sala Garnier mañana en la noche; antes de dejar el móvil sobre la mesa vuelve a repicar, atiendo al ver es Amed. Respondo a su habitual saludo y camino alejándome, para poder hablar con total libertar y dejar descansar a Aimee.
 
- No me gusta interrumpir, pero necesito estés de regreso para el lunes.- comunica mi amigo con diligencia.

- ¡Joder!.- lanzo un improperio al escuchar su petición.

- ¡Venga coño! Que llevas más de diez días desconectado y follando como conejo.- le escucho resoplar -. Me jode tener que pedirte que vengas tan inesperadamente pero es imprescindible tú presencia para la última inspección de zonificación.- dice informándome de la situación.

- Mierda, bien… ahora llamo a Marion para que haga las reservaciones. De lo otro ¿tenemos algún avance?- pregunto refiriéndome a los perpetradores del secuestro.

- Estoy detrás de algo gordo, pero no quiero adelantarme a nada.- duda antes de continuar -. Cuando llegues lo hablamos en persona, mi asistente me a comunicado sobre algunos puntos que debemos tener en consideración.-  argumenta con sequedad. Captó la indirecta que me envía al escucharlo decir tanta palabrería innecesaria.

- El lunes, nos vemos en tu despacho.- Mierda tener éste tipo de conversacion por móvil ya no es seguro.

- No, estarán fumigando.- ¿qué? algo no anda bien, Amed jamás permitiría hacer cualquier cosa, en un día laboral -. ¿Cómo está Aimee?.- inquiere cambiando de manera radical el tema.

- Bien han sido unos días diferentes, ahora está descansando.- dirijo la mirada a donde la deje hace un momento, aunque parezca gilipollas necesito asegurarme está bien -.  En la mañana hemos ido a explorar los alrededores en los jet ski.- comento siguiendo una línea de conversación desenfadada. Por lo que puedo percibir de Amed, estamos siendo oídos por terceros.

- Demasiado vainilla y empalagosas tus vacaciones.- responde afirmando mis sospechas al no bromear haciendo referencia a “mi luna de miel”.

- Probar un poco de todo, nunca está mal.- refuto su comentario con jocosidad.

- No te quito más tiempo. ¡Ah! sobre los preparativo de tu regreso, déjalo en mis manos.-

- Gracias.- respondo sin saber muy bien a que se refiere.
 
 
Malditos hijos de puta – aprieto el puño con fuerza al ratificar las llamadas están intervenidas, el eco que escuche antes de terminar la conversacion lo ratifica. Paso de llamar a Marion, voy al camarote enciendo el portátil y pienso si es seguro hacer cualquier cosa por esté otro medio. Desisto de hacer la reservación del primer vuelo a Washington desde el, llamo a Nicole y le pido como un favor personal me preste su móvil, con estupida excusa de que el mío se ha averiado – realmente me importa un carajo lo que piense del débil argumento, en esté momento mí prioridad es la seguridad de Aimee. Rápidamente até cabos y estoy seguro que Amed no sacaría el nombre de Aimee a colación sabiendo nos están escuchando si ella no estuviera en peligro.
 
Aprieto el puente de mi nariz haciendo memoria del número de Eliot, tecleo un rápido mensaje pidiéndole se comunique urgente y espero su respuesta. Camino por el camarote bajo la atenta mirada de la rubia, solo pido Aimee siga dormida y no indague sobre lo que está ocurriendo, lo menos que necesito es que se altere. El sonido de una llamada entrante hace detener mis pasos;
 
- Si.- respondo antes del segundo repique.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2020 ⏰

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