No Volveré

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Despertamos abrazados y con una sonrisa, tomamos una ducha antes de ir por Jennifer y desayunar juntos, varias miradas provocativas aparecieron a lo largo del día y no había podido borrar mi sonrisa en todo el día recordando lo sucedido en la noche, y menos después de decirme al oído que esa noche repetiríamos la acción cosa que de inmediato causó reacción en mí, el día se fue en juegos, caminatas por los campos detrás del rancho y besos que cada vez me gustaban más, la noche cayó y de nuevo estábamos en su habitación entregándonos el uno al otro, esta vez pude tomar las riendas de la situación cosa que a él enloqueció, llegamos a la cima algunos minutos después antes de dormir abrazados de nuevo.

Un par de semanas pasaron y con ellas sólo cosas buenas, nuestra relación iba avanzando y ya estaba planeada una visita de sus padres para conocernos, mi madre también estaba enterada de mi relación y había quedado de venir la siguiente semana

-Hija-dijo mi madre-, a mí lo único que me importa es que seas feliz y si a su lado lo eres yo lo acepto.

-Muchas gracias por esto mamá-respondí sin poder ocultar mi sonrisa-, en verdad me gustaría que se conocieran.

-Y a mí igual hija, quiero agradecer a las personas que devolvieron tu felicidad, ¿Te parece si vamos la siguiente semana?

-Está bien mamá, le hablaré a Meli para que vengan todos.

-Perfecto cariño.

Como le dije a mi madre, llamé a mi mejor amiga para contarle lo sucedido estas últimas semanas quien quedó fascinada e indignada por no llamarle inmediatamente.

-Meli tranquila-dije entre risas ante los reclamos de mi amiga-, comprende que estaba ocupada en algunas cuestiones.

-No quiero saber de eso Samantha-reprochó la mujer-, pero está bien, te voy a perdonar sólo porque en verdad te escuchas muy feliz, me pondré de acuerdo con tus padres para visitarlos y conocer al hombre que te tiene tan ocupada.

-De acuerdo, y no sólo él, Jennifer también me mantiene muy ocupada eh, te informo-me defendí entre risas.

-Sí, pero no igual de interesante como su padre ¿Verdad?-dedujo antes de soltar una carcajada provocando una en mí.

-Efectivamente-acepté recordando los momentos en la cama con Leonardo.

Era un día hermoso a pesar del frío que comenzaba a calar los huesos, me encontraba en la veterinaria cuando mis dos personas favoritas entraron al local, Jenni corrió a abrazarme y contarme lo que había hecho en la escuela mientras su padre me daba un suave beso en los labios, salimos hacia mi casa un momento después para preparar todo pues ese día llegaba mi familia, Leonardo estaba muy nervioso y se notaba por lo que me acerqué a él quien se encontraba en la puerta del jardín trasero viendo jugar a su hija.

-¿Estás bien amor?-pregunté abrazándolo de las caderas a lo que él me abrazó junto a él.

-Sí cariño, sólo un poco nervioso.

-¿Por qué?

-Pues por lo que vaya a pensar tu familia de que estés con un hombre que tiene una hija.

-No van a pensar nada malo, y estoy segura de que van a adorar a Jennifer, tranquilo mi amor.

-De acuerdo-respondió con una sonrisa antes de darme un pequeño beso.

Entramos a la casa cuando escuchamos el timbre sonar, eran mis padres junto con Melissa quienes de inmediato me abrazaron felices.

-Cuánto te he extrañado cariño-dijo mi madre con una sonrisa.

Lazado Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora