Siempre tú: Natanael Cano

doce

Abrí mis ojos y me senté de golpe sobre la cama, sintiéndome horrorizada por el sueño que había tenido, fue una pesadilla más bien. Con el dorso de la mano me limpie el sudor de la frente y respire hondo tratando de recuperarme. 

¿Mi cama? Recordando el día anterior... claramente me había quedado en dormida en el suelo, detrás del mueble de la televisión. Y hoy amanecí aquí, el bruto de Natanael se había atrevido a tocarme, ugh, antes de tener sus manos sobre mí preferiría dormir en el suelo y fracturarme el cuello.

Gire rápidamente a mi derecha cuando la puerta del baño se abrió y de ahí salio una muchacha, una de las de ayer. Me sonrió cuando me vio y hablo en ingles:

"Buenos días, cariño" en ingles.

"Eh, buenos días" respondi en ingles... "¿ese es mi vestido?" usaba el vestido con el que había llegado aquí el día que deje a mi mama en el restaurante. Se preguntaran que he estado usando desde que llegue y la respuesta es ropa de hombre, de Natanael. El era muy flaco y su ropa me quedaba, la mayor parte de las veces usaba pants con alguna playera blanca.

"SI, si es, espero que no te moleste. Ayer estaba  super ansioso" se refería a Natanael "Rompió mi vestido, tiene mucha fuerza, ¿no? No es la única cosa que rompió" rió. 

"Qué salvaje" en realidad  no me importaba el vestido, mucho menos iba a quitárselo y que andara desnuda por ahí.  Le sonreí y me despedí con la mano para mirarla salir de mi habitación. 

Me puse de pie, hice lo normal para después salir de mi cueva. La casa era un desastre, me considero una persona extremadamente limpia y vivir asi, no podría soportarlo así fuera solo por un mes.

Enojada, me encamine al cuarto de ese maldito cerdo para reclamarle, yo tambien vivia aqui, tenia todo el derecho de reclamar.

Sin tocar abrí la puerta y entre, el estaba recién bañado, con una toalla en su cintura. 

Muchos tatuajes, casi imposible concentrarme. 

"Cierra la boca, mensa, se te están metiendo las moscas" tronó los dedos en mi cara. 

"Es que me sorprende que te bañes, maldito cerdo" lo empujé.

"Huelo mejor que tu" apretó la tapita de su perfume en mi cara, olía bastante bien pero casi me ahogo por lo que tosí mucho. "Creí que íbamos a ignorarlos" rió un poco.

"Es imposible ignorar esto" señale lo desordenado que se encontraba su habitación, con mi dedo apunte las tangas en el piso.

"Ayer lo ignoraste muy bien ahí escondida detrás de la tele. Yo creo que disfrutaste ver" camino al fondo de su habitación.

"Ugh, cállate. No salí de ahí por vergüenza, asco verte" también camine, adentrándome un poco mas.

"Asco tu" se sacó la toalla, sin haber visto nada aparte la vista rápido. 

"No creo dar tanto asco pues ayer gemías mi nombre" su carcajeo se detuvo y ahora la que se podía reír era yo... "¿lo deje callado o que mijo?"

"Entonces si estabas mirando" afirmó.

"No vuelvas a hacerlo mientras este aquí" sonó como una suplica.

"¿Celosa?" no respondí "no tienes porque estarlo, te lo aseguro"

"¿Que quieres de mi realmente?" a estas alturas de la conversación ya vestía por lo menos unos boxers.

"Todo" dijo serio "me gustas" se acerco a mi, la carne es débil, si seguía si, no iba a poder resistirme. "Me encantas" tomo mi cabello en sus manos.

"No voy a dejar que me utilices" quise quitarme pero no pude.

"No pienso utilizarte, en verdad siento algo por ti" se escuchaba sincero pero no podía darme el lujo de creerle, respiré hondo.

Tu también me gustas, pensé. 

"Yo no siento nada por ti" dije lo contrario a lo que pensaba. "No me mueves nada"

El se alejó dolido, prosiguió a vestirse y yo no podía moverme; quería decirle lo contrario porque lo sentía, me gustaba y estaba celosa de las chicas de ayer, apenas lo conocía pero me lastimaba el hecho de estuviera con alguien más que yo. 

"Bueno" salió de la habitación chocando hombros. Escuche la puerta principal azotarse, se había ido.

"Pendeja" me dije a mi misma.