HARRY... CONÉCTAMELA

CUARENTA Y UNO

—¡Niall!

El rubio chasqueó la lengua divertido, pues había reconocido al rizado de algunas de las fotos que Louis le había mostrado y le pareció bien molestarlo un poco, al fin de cuentas se lo merecía. Y supo que estaba satisfecho cuando vio los puños de ojiverde apretarse y la mandíbula tensa.

—Mi trabajo está hecho.- se dio la vuelta dispuesto a subir las escaleras. —Te estaré vigilando, Harry.- gritó desde arriba antes de desaparecer por completo. Louis no sabía en qué parte del jardín cavar un pozo y meterse.

—¿Sabe de mí?- preguntó con el ceño fruncido.

—Eh, bueno… algo así.- la voz le tembló un poco, el pulso acelerado una vez más lo atacaba.—Pero dime ¿q-qué haces aquí?

Harry titubeó, estaba un poco avergonzado y molesto por lo que había sucedido momentos antes con el rubio. ¿Por qué estaba en bóxer? ¿Por qué Louis no llevaba camisa? ¿Por qué la cama se enfriaba? ¿Y por qué había otra persona esperando arriba?

Louis se aclaró la garganta en una tos fingida, pues le intimidaba los bosques verdosos de Harry sobre él. — Tengo una explicación para ti, ya sabes… los mensajes y todo.- Louis enrojeció en un acto de completa vergüenza. —Pero creo que estás… bueno, estás ocupado.- señaló con un dedo las escaleras detrás del castaño y Louis cayó en cuenta de cómo Harry podría estar interpretando todo.

—Son mis amigos. Estábamos viendo una serie… no teníamos sexo si es lo que piensas.- soltó casi sin reparar en sus palabras. Pero le parecía crucial darle explicaciones a Harry.

El rizado soltó una pequeña risa haciendo aparecer dos pequeños huecos en sus mejillas que le robaron el aliento al castaño. —Vale… entonces, mi celular se rompió. No pude ver tu foto hasta hoy…

Algo se movió en el estómago de Louis, esta vez esas alas revoloteaban de emoción. —Oh, ahora entiendo por qué no te llegaban mis mensajes…- dijo mirando sus pies descalzos. —Lo siento por eso, soy un poco… intenso.

Harry volvió a reír antes de poner una mano en su mandíbula y levantarle el rostro. —No puedo creer que hayas creído que no me gustabas.-Louis trataba de mantener la respiración calmada, pero los dedos de Harry sobre sus comisuras dando pequeñas caricias no lo ayudaban. — Eres hermoso, Louis.

El ojiverde se inclinó sin apartar los ojos del mar azul del castaño, la tensión crecía a cada segundo y milímetro que se acortaba entre ellos. Louis enredó sus cortos brazos sobre el cuello del mayor y subió un poco sobre la punta de sus pies. Sus narices rozaban provocando una mezcla de respiraciones que enviaban latigazos eléctricos al cuerpo del castaño. El momento que tanto había esperado iba a pasar…

—¡YA BESALO, JODER!

Ambos dieron un salto espantados por la voz ajena que venía de la espalda del castaño, llevaron su vista hacia allí encontrándose con dos jóvenes semi desnudos sentados en las escaleras con un pocillo de palomitas de maíz observando atentos la escena entre ellos.

—¡NIALL!