HARRY... CONÉCTAMELA

SESENTA Y SIETE

El fin de semana llegó más rápido de lo esperado. Louis había practicado frente al espejo, más veces de las que le gustaría admitir, lo que le diría a Harry; desde una disculpa hasta un regaño. Sí, no iba a ignorar tan fácil que lo plantó a lo largo de una semana, cada día, sin piedad alguna por su orgullo. Sin embargo, ahora que tenía enfrente al protagonista de sus noches en vela, no podía pensar en otra cosa más que en lo perfecto que lucía Harry con ese jean celeste y suéter bordó cargando un pastel que dejó frente al pequeño Tom, quien no dejaba de sonreír a todos los invitados ubicados alrededor de la mesa del salón. Después de entonar la típica melodía de felicitaciones, los adultos se reunieron en una esquina del jardín y los niños en otro extremo. ¿Y él? bueno él se quedó parado a un lado de la puerta trasera.

—Hola Lou — dijo tomando por sorpresa al pequeño ojiazul que miraba con fingida atención cómo los niños jugaban.

—Harry — su voz salió como un jadeo lleno de felicidad completamente opuesto a como se supone debía actuar cuando lo viera.

—Te extrañe mucho, quisiera abrazarte ahora pero no estaría bien ¿no? — Louis asintió con vaguedad pero sin soltar su rostro de ensoñación. —Subamos a mi habitación un momento, no creo que lo noten — tomó el brazo de Louis antes de siquiera recibir respuesta y lo arrastró con rapidez escaleras arriba.

Después de aclarar el asunto de la ausencia de Harry y pedir disculpas por la borrachera de Louis, ambos comenzaron una ronda de besos acostados de lado sobre el colchón de Harry. La tensión sexual comenzaba a teñir el ambiente de la habitación. Louis parecía no querer contenerse más, y las manos firmes de Harry sobre su cadera y muslo no parecían ayudar a sus hormonas.

—No hagas eso, Louis — advirtió Harry cuando no pudo seguir pasando por alto como Louis trataba de removerse para quedar encima de él.

El castaño hizo un puchero demasiado adorable en contraste con lo que pretendía hacer —No soy virgen Harry, no me harás nada que yo no sepa o quiera — aclaró con las mejillas encendidas por la vergüenza antes de volver a intentar trepar sobre el mayor, pero éste volvió a sostenerlo por los hombros para dejarlo quieto a su lado haciendo a Louis soltar un jadeo frustrado.

—No se trata de eso, Lou. Sólo no quiero que pienses que es lo único que quiero de ti, quiero conocerte — dijo con completa seriedad viendo como Louis luchaba por retener una sonrisa casi en vano —Me gustas, Louis — pasó su mano por el flequillo ahora despeinado del ojiazul y luego bajó hasta su mejilla para luego acercarse y dejar otro beso en sus labios que antes de profundizarse se vió interrumpido por unos gritos provenientes de afuera.

Louis fue el primero en separarse y levantarse de la cama para acercarse a la ventana — ¿Qué pasa allá? — preguntó señalando una parte del jardín donde los adultos rodeaban a los niños y empezaban una discusión carente de sutileza.

Harry no hizo más que encogerse de hombros. — ¿Quieres ir a ver? —

Louis asintió — El chisme es mi pasión, claro que quiero ir a ver — Harry rió y lo tomó de la mano para salir y bajar las escaleras.

Apenas llegaron al jardín y estuvieron a unos pocos metros de distancia no necesitaron más para escuchar con claridad el asunto.

— ¿Por qué hiciste eso, Tom? — preguntó Anna inclinada hacia abajo y las manos puestas en los hombros de su hijo que no dejaba de sollozar. Daniel y Johannah estaban a un lado de ellos mirando con algo de incomodidad a todos los adultos que formaban un semi circulo a su alrededor.

—El tío Hazz t-también lo hace — respondió con la voz rota un poco apenado. Anna y todos los presentes abrieron los ojos y soltaron un jadeo casi involuntario lleno de sorpresa.

— ¿Hacer qué? — preguntó Harry terminando con la distancia que los separaba siendo seguido por el castaño. Ninguno entendía por qué todos los padres de los amiguitos de Tom  miraban al ojiverde como si fuese el peor monstruo del mundo.

— ¡Tom le dio un beso en la boca a Luca! — dijo una mujer que se mostraba molesta siendo evidente por su rostro colorado y la mandíbula apretada.

— ¿Y qué tengo que ver yo, Tom? — volvió a preguntar esta vez con un poco de molestia.

—Tú di-dijiste que Loueh es t-tu amigo — dijo entrecortado señalando detrás de Harry al pequeño ojiazul. Harry asintió mirando de reojo al castaño, pero seguía sin entender así que esperó que su sobrino continuara. — Y Luca es m-mi amigo también... —hipó por el llanto — entonces yo le di un beso a Luca.... como tu le das besos a Loueh —  terminó con un hilo de voz pero fue suficiente para que todos escucharan; incluida obviamente la pelinegra que ahora miraba con los ojos bien abiertos y el ceño fruncido alternando entre un Louis y Harry que se habían quedado estáticos mirando con horror a Tom.

Mierda.

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Hola dulces criaturaaaaaaaaaaaaas, he vuelto :)

Trataré de subir un cap por día, porque sigo ocupadeishon con los estudios, pero no los dejaré sin contenido como estos dias 

LOS QUIERO, CUIDENSE <3