HARRY... CONÉCTAMELA

CUARENTA Y SIETE

-No tenías que venir por mi, sé llegar solo a casa.- dijo mirando por la ventanilla del coche. Su ceño fruncido y labios apretados le hacían saber al ojiverde que el pequeño castaño estaba molesto.

-¿En serio vas a enojarte por eso? ¿Tanto te gusta caminar?- dijo con sorna. No entendía el cambio de humor de Louis, cuando salió del colegio se acercó con una sonrisa y ahora parecía un chihuahua enojado.

-No es eso...-susurró casi para sí mismo.

-Entonces dime, siento que hice algo mal.- mantenía la vista en la carretera pero lo miraba de vez en cuando de reojo. 

Louis se debatía internamente lo que le molestaba. No era correcto decirlo, ni mucho menos reclamarle nada al rizado. Pero a veces su boca no concuerda con su cerebro.-¿Por qué tienes que ser tan jodidamente hermoso y gustarle a todos?

Harry se dió media vuelta en cuanto las palabras fueron procesadas por su percepción, soltó una risita esperando que fuera una broma pero el castaño no hacia amague de reir, sino que por el contrario tenía el rostro colorado y los ojos abiertos de par en par como si no pudiera creer lo que había dicho.

-¿En serio era eso?- Louis no respondió y volvió sus ojos a la ventana.- No es mi culpa ser tan sexy, Louis.- dijo burlón ganandose los ojos blancos de Louis.- ¿Es por la chica que se acercó? Sólo me preguntó la hora no se p...

-¡Dios, Harry!-le interrumpió exasperado moviendo sus manos en el aire.- Es el dos mil quince todos tienen un celular, ya no te acercas a desconocidos para saber la puta hora. Además, todos sabemos que eran las dos, horario de salida. Duh.- hizo una mueca extraña que a Harry le resultó divertida pero se prohibió a sí mismo reirse. No quería terminar golpeado o algo así.

-Qué celoso eres Louis, no lo entiendo.

-No me sorprende, Harold, no me sorprende.