OCHENTA

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Louis puso los pies en la sala de Harry vistiendo los skinny jeans más apretados que encontró en el closet, no está seguro si llevan guardado allí más de dos años pero cree que es una teoría probable porque no hay modo de explicar por qué le está apretando tanto el trasero y sus genitales; y muy lejos de lo sensual, Louis quiere sacárselos ahora mismo.

—Cuidado con lo que hacen ¿eh? — advirtió su madre con los ojos entrecerrados.

Louis rodó los ojos y la mando a callar con un gesto molesto mientras que Harry, sentado a su lado en el sofá, tensó los labios en una fina línea.

—Oh, cariño déjalos — le dijo Daniel empujándola hasta la salida — Ya nos vamos, pero antes; ¡sin gorrito no hay cumpleaños! — vociferó antes de cerrar la puerta.

Louis boqueó como un pez unos segundos con los ojos bien abiertos puestos en la puerta de la entrada por dónde habían salido los adultos. No quería imaginar lo que ellos pensaban que harían. Cerró los ojos con mucha vergüenza; realmente no quería imaginar a su madre imaginándolo a él con Harry haciendo...

— ¿Quieres ver una película? — preguntó sin siquiera mirarlo, Louis salió de sus embarazosos pensamientos y arrugó la nariz.

—No creo que encontremos algo del agrado de ambos — murmuró casi sin ánimos.

—Siempre podemos ver Bob Esponja — bromeó tratando de romper la burbuja de tensión.

Louis ladeó una sonrisa — Oh, cállate que yo vi cinco películas de un niño brujo por ti —

—¡Aun así te faltaron tres! — reprochó mirándolo a los ojos por primera vez en la noche; los ojos de Louis iban a volverse su cosa favorita en el mundo muy pronto, estaba seguro.

—Eran muy aburridas— respondió curvado el labio inferior hacia afuera, Harry lo tocó con la punta de su dedo casi instintivamente; no podía seguir enojado si el ojiazul era tan adorable — Fresas — le dijo con una sonrisa ladeada.

Harry frunció levemente el ceño alejando su mano — ¿Uh?

—Tu dedo — dijo tomándolo y acercándolo sutilmente hacia su rostro y sacando la punta de la lengua — Sabe a fresas

No despegó sus ojos azules del rostro desencajado de Harry cuando su lengua empezó a dibujar círculos por la longitud del largo dedo del rizado; era erótico y casi ilegal. Casi porque en menos de una hora era su cumpleaños número dieciocho.

—No hagas eso — susurró con la respiración agitada, Louis alejó su boca y lo miró con inocencia pestañeando lentamente.

— ¿Hacer qué, Hazz?

Se acercó y dejó un beso pequeño en la comisura de sus labios entreabiertos, otro en el hoyuelo que empezaba a formarse en su mejilla izquierda, otro en la mandíbula, uno en la frente y la punta de la nariz. Frenó cuando estuvo a milímetros de su boca con su aliento pesado y caliente dándole de lleno en los labios.

—¿Me perdonas por ser un niño idiota?

Por toda respuesta el rizado acortó la distancia atacando la boca del menor con fuerza. Ambos dejándose llevar por el deseo de sentir al otro, el Ello tomando control de la conciencia y las manos inquietas queriendo explorar más allá de la ropa.

De un momento a otro, Louis se las había ingeniado para quedar encima de él con sus piernas a cada lado de su cuerpo. Harry colocó sus manos sobre las caderas de Louis en un toque que se fue intensificando junto con un Louis que buscaba humedecer el beso enredando su lengua con la del mayor.

Los dedos de Louis se envolvieron en el cuello del ojiverde y tiró de algunos mechones de su nuca cuando Harry apretó sutilmente su trasero. Las manos de Harry se sentían como la mismísima gloria y había mucha ropa entre ellos. ¿Por qué siquiera seguían con ropa?

La boca del mayor viajó desde los labios de Louis hasta su mandíbula bajando por su cuello. La piel de Louis era simplemente adictiva, suave y lechosa, olía a jazmines y no podía evitar el deseo de quedarse en la hendidura de su cuello durante toda la noche.

—Saca, sácate esto — dijo Louis en un jadeo tirando de la camisa del rizado. Harry lo estaba volviendo loco con sus labios húmedos sobre una de sus partes más sensibles

—A la habitación — lo levantó como una pluma del sofá alzándolo en brazos como un niño pequeño.

Louis no tardó en envolver las piernas en su cintura y alzar los brazos alrededor del cuello a la vez que dejaba besos húmedos en la hendidura del hombro, mordía y chupaba provocando lo obvio. Harry apretó su trasero por encima de los pantalones haciéndole soltar un gemido agudo poco halagador pero que pareció ser suficiente para encender algo en el mayor porque apresuró el paso por las escaleras.

—Creo que serás un niño bueno hoy ¿verdad, Louis? — murmuró ronco sobre sus clavículas dejando marcas rojizas, Louis jadeo como respuesta — Háblame ¿serás bueno conmigo hoy?

Le erizaba la piel la manera en que las palabras parecían salir rudas y se envolvían lentamente de manera sensual en la lengua del rizado; Harry de pronto parecía dispuesto a cumplir su fantasía.

—Dios s-si, follame de una jodida vez — dijo entrecortado.

Harry le dio una nalgada antes de bajarlo en la habitación y acorralarlo contra la puerta, sus amigos se saludaron en un roce para nada sutil de sus pantalones.

—Vocabulario — le advirtió — no quieres que te castigue ¿o sí? - susurró apretándole las nalgas.

Y que lo tragara la tierra si dijera que no quería; jodidamente quería que Harry le diera un castigo. Aquel pensamiento envío un latigazo erótico cargado de deseo directo a su entrepierna.

—Maldita sea, soy tuyo hazme lo que quieras — dijo antes de lanzarse a besarlo tirando de los cabellos de su nuca.

El rizado sonrió entre medio del beso. Louis era un caso perdido y definitivamente Harry quería dejarse arrastrar por él.


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Pregunta seria ¿quieren la narración de smut o damos por sentado implícitamente que sucedió y ya?


HARRY... CONÉCTAMELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora