Eʟɪᴢᴀʙᴇᴛʜ Sᴡᴀɴ

012 "Fɪʀst Kiss"

—Lamento que nuestra velada se haya arruinado.—Se disculpaba Jasper mientras abría la puerta de Beth.

Beth estaba callada, la actitud de Jasper la había alterado.

—Espero que eso no afecte nuestra relación...

—Sé que no había ningún animal en la carretera, dime que fue realmente lo que te alteró, sé que fue algo que yo hice...— murmuró Beth acomodando su gabardina.

—Claro que no, no hiciste nada mal, todo lo contrario...

Jasper pudo sentir la confusión de la chica, tan fuerte y latente.

—Es solo que tu mera presencia, hace que de mí brote un hombre diferente, al cual no recordaba...

Beth pensó que lo decía en el mal sentido. Jasper reconoció la tristeza de su alma.

—No, por favor no malinterpretes, no me refería a... ¡Qué difícil es esto!— exclamó Jasper en tono bajo, para que su hermana no supiera que ella estaba en casa.

Jasper no recordaba lo difícil que era confundir a las personas cuando no era claro, y más cuando esa persona era a la que más amaba sobre la faz de la tierra.

—Me resulta muy difícil expresar lo que siento Elizabeth, en especial con personas que realmente me importan. Lo que quería decir es que no reconozco al hombre en el que me convierto cuando estoy contigo, tan sereno y... humano.

A Beth le pareció extraña la última palabra.

"Humano" repetía su mente una y otra vez.

—¿Por eso casi nos estrellamos en la autopista? ¿Por qué te importo? No suena muy lógico Jasper Hale— ironizó la chica haciéndole frente al chico.

Jasper quería besarla en ese mismo instante, la deseaba tanto.

—¿No dirás nada Jasper Hale?— inquirió la muchacha cruzando sus brazos.

Jasper quería proclamarle su amor ahí mismo, expresarle todo lo que había sentido al volver a encontrarla, la felicidad de  saber que tenían otra oportunidad para ser felices y esta vez para siempre.

—Me largo, que tengas buena noche.— Beth rodeó el cuerpo del joven que estaba en su camino y se dispuso a entrar en su hogar.

Jasper se movió su velocidad vampírica para volver a colocarse frente a ella. Beth se sobresaltó más no retrocedió ni un milímetro.

Jasper tomó su mejilla con su mano derecha, y colocó la izquierda sobre su cintura.

Beth no se inmutó en ningún momento.

Y entonces fue cuando después de un siglo, Jasper pudo volver a probar sus labios.

Jasper sintió como su corazón vibraba levemente, pero esta vez no reaccionó, temiendo asustar a la joven.

Hipnotizados por el momento, ambos jóvenes no notaron la patrulla que se estacionaba detrás del auto de Jasper. Las sirenas del vehículo se activaron, y ambos se separaron automáticamente.

—Dios...— murmuró Beth sintiendo el calor de sus mejillas.

Su padre bajó del vehículo y pasó junto a ellos, con dirección a la puerta.

—¡Antes de las 10 en casa Beth!—  gritó su padre desde la entrada, dejando la puerta abierta tras él.

—Y pensaba que lo más vergonzoso que me había pasado nunca era el haber tragado césped frente a toda la escuela, bueno esto es peor, mucho peor.— comentó al aire la muchacha.

Jasper rió por lo bajo.

—Bueno, buena charla, te veré mañana.— Se despidió la joven a toda prisa, besando la mejilla helada de Jasper y arrancando a toda prisa al interior de su casa.

Mientras tanto Jasper solo podía escuchar los latidos acelerados de la joven, sintiéndose el hombre más feliz sobre la tierra, y junto a esa nueva felicidad venían cada vez más dudas; ¿por qué su sistema reaccionaba de esa forma cuando estaba con ella? ¿no se supone que estaba muerto?

Algo era seguro, sea lo que estuviera haciendo esa chica, quería más, quería saber que tan humano podría sentirse a su lado.