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Sobre declararse.

Habían transcurrido varios meses desde que el joven profesor y tu interactuaban y salían de vez en cuando a comer algo para platicar, bajo las meticulosas miradas de sus alumnos. Había robado tu atención desde que llegaste a trabajar a la U.A como docente, pero de manera muy negativa. Al final aceptaste que su sentido de ver las cosas era realmente apasionante, y su aspecto físico no estaba para nada mal, aunque se mostrase como un "vago", amabas que fuera tan ajeno a los comentarios que hacían sobre él, al final era un hombre bastante maduro y que sabía perfectamente lo que quería.

Pero una tarde primaveral, mientras ambos iban camino a sus casas después del trabajo, simplemente sucedió. Hablaban trivialidades como siempre, hacían comentarios sobre el trabajo o los estudiantes que tenían en común. Sin darse cuenta, con comentarios que parecían tener una intención amorosa oculta, te percataste de que algo raro ocurría, por suerte no era un presentimiento de incomodidad sino todo lo opuesto.

-Gracias por acompañarme hasta casa hoy. - le sonreíste, ignorando todo pensamiento. Pero él no parecía darse cuenta de lo que pasaba, o quizás pretendía que no, y el no saberlo te estaba inquietando demasiado. La única forma de saberlo, fue dando dos pequeños pasos hasta él, con el fin de acortar distancia, de ese modo su reacción lo diría todo.

-¿Piensas qué fue necesario? Creo que eres una mujer fuerte, puedes defenderte sola si algo pasara. - él no se apartó cuando te aproximaste, más bien te sonrió devuelta después de ese comentario.

-¿Ah si? - le sonreíste de regreso. - entonces piensas que soy una mujer fuerte.

-De hecho siempre lo he creído. - no podían apartar la mirada del otro, cualquier persona que se encontrara mirándolos en ese momento, podría advertir lo que pasaría a continuación.

-¿Ah si? Pero si fuiste muy malo conmigo cuando llegué.

-Era para que conocieras tú lugar. - dejaste salir una  risa diminuta.

-¿Querías enseñarme mi lugar? - él sabía perfectamente lo que estabas haciendo, y no le desagradaba, quería continuar.

-Pero estaba equivocado.

-Ohh, qué extraño es verte asumir eso Shouta. - de pronto la distancia era de tan solo unos cinco centímetros.

- ¿Crees que soy tan borde y sin corazón? - negaste sonriente.

-Claro que no. - susurraste. - por supuesto que no. Eres inteligente, apasionado por lo que haces, eres admirable. Eres... - hiciste una breve pausa antes de seguir, dando un rápido vistazo a sus ojos, sus ojos negros y deslumbrantes, que te devoraban y emanaban toda clase de emociones. - Eres lo mejor que me ha pasado hasta ahora, Shouta...
Había inclinado su cuerpo hacia ti, irguiéndose para besarte al fin, con lentitud. Sus labios eran suaves y cálidos, y el beso era tierno, sincero. De inmediato pasaste sus manos por su nuca, para romper lo que quedaba de distancia, mientras él te sujetaba por la cintura. Nunca imaginaste que se sentiría tan bien tenerlo así, aunque lo imaginaste tantas veces, no pensaste que lo haría tan bien, o que lo haría incluso.

Al separarse lentamente, sostuvo tu mentón con una de sus manos para hablarte. - hace un poco de frío.

-Es cierto. Vayamos adentro.

Aizawa Type Of Boyfriend & One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora