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En primavera es demasiado común ver a los jóvenes desempeñando labores con gran entusiasmo, sobre todo para las ferias de ciencia, exposiciones y festivales que se aproximaban.
Pero Aizawa prefiría comportarse ajeno a todo eso, a todo lo que requería mucho esfuerzo físico y ganas de su parte, ganas inexistentes.

- Siempre estás en silencio, eres el último en hacer presencia, y no destacas en tus notas porque ... ¡odias destacar!

- ¿Tu quién eres? - por primera vez le dirigía la mirada. Justo cuando pensaba que jamás estaría al tanto de su existencia.

- Es que a veces me quedo mirando a la nada hasta dar contigo, no puedo evitarlo. Pareciera que en el fondo quisieras decir algo. - ella sonrió.

- ¿Otra vez un mal día?

- Pareciera que todos los días de mi existencia lo han sido. - ella rió.

- Ya decía yo que tenías cara de querer morirte. No seas tontito, todos tenemos malos ratos, así como un propósito en la vida, algún día encontrarás una pasión que te hará cambiar de parecer. Shouta tenía el presentimiento de que sería ella quien le daría un verdadero propósito a su vida, de hecho ya lo estaba haciendo. 

[▪︎▪︎▪︎]

- No quiero volver a verte. Ahora sal de mi casa.

- Shouta, no hagas caso a tu padre por favor, ya mañana pensará distinto, sabes cómo es. - la mujer de facciones finas y rasgos nipones sostenía el brazo de su hijo con suavidad, dándole una mirada cómplice y de miedo.

- ¿Así como lo hizo con mi hermano? ¿Crees que en algún momento nos quiso? Que en algún momento cambiaría de parecer, cómo si acaso fuera a darse cuenta de lo fracturada que está esta familia por su culpa.

- ¿Cuál es tu superpoder?

- Mi superpoder... no es algo tan deslumbrante como cambiar los estados de la materia. - dijo refiriéndose al quirk de la chica.

- Vaamos, ya te enseñé el mío, ahora es tu turno.

- Vale, entonces tendré que pedirte que lo uses una vez más. - no comprendió al instante, pero no dijo nada y justo cuando el lapicero que sostenía se comenzaba a volver liquido la transformación se detuvo.

- Pero que... ¿tú lo detuviste? - la joven lo miró con asombro al ver su rostro, sus ojos que siempre lucían apagados ahora brillaban con intensidad y su pupila era de un carmesí intenso, mientras sus cabellos negros se esparcían por el aire y parecían flotar. De inmediato despertó una gran y particular emoción en ella, haciendo que su corazón latiera con intensidad. - ¡Shouta! ¡¿Ese es tu poder?! - estaba sorprendido de que alguien alabara su particularidad, por primera vez no se sentía un inútil.

- sí.

- ¡Es asombroso! - sujetó sus manos con entusiasmo. - creo haber visto esa mirada antes en tí, tu eras quien detenía las peleas de los alumnos que se golpeaban en los recreos, ¡nadie nunca se explicó eso! jajajaj es grandioso,¡Shouta, tienes un poder fenomenal!

- No es para tanto... - contestó masajeando sus parpados.

- Nunca había visto un quirk tan sorprendente, imagínate ganar batallas solo pudiendo "borrar" el quirk del enemigo

- ¿Borrar?

- Sí bueno, pareciera que eso haces cuando los desactivas, no? ¿No suena cool?

- Siempre consideré este poder muy inútil, incluso para convertirte en héroe.
Las personas siempre me dicen que sería el poder perfecto para un villano.

- Que ingenuos son, no tienen imaginación para nada ¿Ese es tu sueño? ¿Quieres convertirte en héroe, Aizawa-kun?

- En realidad, era lo que mis padres querían para mí, pero es una idea que no descarto solo porque se relacione con ellos... no está tan mal.

- Eso es precioso. Esfuérzate mucho, yo te apoyaré. Y con ese gran quirk podrías dar muchas palizas a los villanos, que espectáculo. 

¿Cómo pretendes salvar al mundo de si mismo?

Anemia ferropénica, a sus treinta y tres, su joven esposa contrajo la letal enfermedad, que iba consumiéndole la vida poco a poco.

-¿Ser un profesor nunca fue suficiente? Si me hubiera conformado con ser solo héroe tendría más tiempo para ti.

- No Shouta, es grandioso, poder inculcar y enseñar a otros niños las cosas que sabes que necesitan. Además lo he visto con mis propios ojos, ellos te consideran como un padre.

A ella le encantaba esa profesión, ella también se habría dedicado a eso si su salud se lo hubiera permitido. Pero los últimos dos años se dedicó a pasarlos en casa, tal vez pintando de vez en cuando y leyendo libros, a la espera de su esposo, y por supuesto que ella era una de las cosas que Shouta más ansiaba ver al terminar su día, trataba de irse lo más pronto a casa solo para poder estar con ella.

- Espero que el día en que me vaya no continúes con ese pensar Shouta. - dijo ella recostada en su hombro mientras le acariciaba el rostro sin dejar se sonreírle.

- No digas eso.

- Shouta, es algo que va a pasar. - no quería escucharlo. Las últimas visitas al médico le confirmaban que esos podrían ser sus últimos días, y no hacía más que ignorarlo, evadirlo.

- Entonces detendré esa tormenta. - la abrazó, como si se fuera a esfumar, como si al despertar después de haberse dormido, ella ya no fuera a estar. - ¿Ves? La he detenido... - susurró con sus ojos cerrados para que ella no viera las lágrimas ansiosas por mostrarse. Escondió el rostro entre su cuello y cabellos sin soltarla.

- Tienes razón, ya no está, amor.

Cuando abrió los ojos, se encontraba en el suelo, despertando. En el mismo sitio que la noche anterior, ¿por qué le ardían tanto los ojos y el pecho? Se preguntó levantándose. Ella no estaba.

(Pasan los años y la gente todavía no entiende el one shot. Sí, la mina se murió) 

Aizawa Type Of Boyfriend & One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora