Capítulo I: Encuentro Efímero

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Ciel Phantomhive consideraba los clubes nocturnos como una pérdida de tiempo, detestaba la música a todo volumen, ver como las personas llegaban a embriagarse o a consumir otro tipo de sustancias ilegales, además de ver a las parejas toqueteándose por doquier, la vista llegaba a ser muy desagradable.

Su mejor amiga Sullivan lo había convencido de asistir a uno en pleno sábado por la noche, por supuesto se negó al instante, poniendo la excusa que debía realizar un par de tareas y estudiar para un examen que tendría la próxima semana. La chica solo arrugó el entrecejo mostrando su descontento, eso fue suficiente para aceptar la propuesta a regañadientes. Cambiando su gesto a uno más feliz, ella le mencionó que debía ir con ropa cómoda pero algo formal, de lo contrario el portero no lo dejaría entrar por parte de un tonto código de vestimenta que tenían en ese tipo de lugares.

—¿Te diviertes? —cuestionó divertida su amiga de ojos esmeralda, al verlo sentado frente a la barra con una simple limonada, este irritado por el tono de la chica decidió ignorarla.

Sin duda estaba arrepentido de estar en ese lugar, simplemente no encajaba ahí, se sentía como un bicho raro, no tenía con quien hablar más que con el bartender que con una mirada de lástima le servía más bebida. Sullivan era lo contrario, solía tener más libertad, no tenía problemas en hacer amigos o en conseguir pareja, iba y venía a donde quisiera, esperaba ansiosa cada semana para asistir a ese lugar tan molesto y después a altas horas de la noche terminaba llamándolo, contándole lo bien que la pasaba o llorando por algún tipejo que acababa de conocer.

La música alta retumbaba en los parlantes, cabe mencionar que en ese tipo de lugares es muy concurrente la música en vivo o Dj’s tocando música grabada, había una gran pista de baile, Ciel estaba de espaldas hacia ella, pero su curiosidad por saber de su amiga hizo que volteara, no la veía por ningún lado, tardó segundos en encontrarla cuando vio su cabellera negra entre el tumulto de personas, bailaba con un muchacho que parecía tener más edad que ella, se le veía feliz, al menos aún estaba sobria y con eso bastaba, ya que era la que debía conducir para regresar a casa.

—Oye muchacho, ¿estarás aquí pidiendo jugos toda la noche? —mencionó con un tono suave el chico que trabajaba como bartender— la noche es joven, ve a divertirte.

—Dilo por ti, no estoy acostumbrado a este tipo de lugares —contestó con evidente molestia— fui obligado a venir, mi mejor amiga dijo que debía distraerme, pero todo esto no hace más que irritarme.

—Entonces, vete a casa —sugirió con una sonrisa.

—Lo haría, pero está lejos y además les dije a mis padres que me quedaría con ella en su casa —la música alta hacía que comenzara a dolerle la cabeza— como sea, iré a convencerla de irnos.

—Será mejor que te apresures o si no alguien más se la llevará —bromeó al ver a lo lejos como la chica se besaba con el muchacho que hace rato vio bailando junto a ella.

Cinco minutos después regresó a la barra derrotado y molesto, Sullivan lo había ignorado por completo, estaba harto. Como sea estaba decidido a salir de ese lugar, de todas formas tal vez podría quedarse con su amigo Alois su casa quedaba cerca del club, miró su reloj de muñeca y este marcaba la media noche, suspiró hastiado, era tarde para ir a molestarlo con que le dejara quedarse por una noche, pero correría el riesgo.

Sacó su celular del bolsillo de su pantalón y buscó el número del chico rubio en sus contactos hasta que pudo encontrarlo, presionó rápidamente el botón de llamar, pero su ilusión se vio destruida cuando este no contestó.

¿Qué debía hacer? No podía regresar a su hogar, su madre lo reprendería, no solo por la hora que era, si no también por mentirle, y preferiría ahorrarse el sermón que ya se imaginaba iba a darle.

Forelsket [SebaCiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora