Forelsket [SebaCiel]

Capítulo III: Déjábrew [Parte 2]

Claude llevaba mucho tiempo sin ver a Sebastian, no desde que su padre y él tuvieron una discrepancia, la cual nunca se imaginó llegaría a tanto, su hermano durante toda su niñez había sido condescendiente con ellos, nunca fue un niño malcriado, era amoroso, alegre y muy enérgico. Pero conforme fue creciendo su actitud se tornó más hostil y difícil de soportar, todo empeoró cuando esa persona había llegado a su vida y nada resultaba como quería. Claude nunca supo si su hermano y su ex cuñada quedaron en buenos términos, para él era imposible que esa relación haya sido feliz e incluso sana. Después de la ruptura, el azabache se había convertido en alguien temperamental, y cuando tenía días libres en su trabajo solo era para ir a un bar a embriagarse y ser demasiado problemático, llegó a obsesionarse tanto que ahora estaba sufriendo las consecuencias por alguien que no fue capaz de darle lo que tanto quería.

Entendía que su hermano estaba muy enamorado pero no justificaba el hecho que se comportara como un completo idiota con todos.

El de ojos ámbar pasó semanas decidiendo en visitarlo, temía que pudiera estar enojado con él y no quería tener conflictos, iría a conversar, aclarar las cosas para que volviera a reunirse con sus padres. Dispuesto vería a Sebastian no importaba que, trataría de hablar con su hermano.

Lo que no esperaba al llegar era que su hermana Mally se encontrara ahí junto con el joven de ojos bicolor que no veía desde hace tiempo.

—¿Ciel? —dijo atónito, sin comprender que sucedía decidió entrar, de inmediato supo que nada iba bien al verlos discutiendo.

—¿Qué haces aquí Claude? —interrogó Sebastian enojado por la presencia del otro azabache, suficiente tenía con la histérica de su hermana y el mocoso a su lado.

—Gusto en verte a ti también hermano—soltó irónico para después fijar su mirada en la chica— hola Beast.

—¡Te he dicho muchas veces que no me digas así! —alegaba Mally, quien a pesar de mostrar su descontento, por dentro agradecía la presencia de su hermano mayor.

Sebastian se mostraba curioso ante la expresión que tuvo el azulino al ver entrar a su hermano, pensó que talvez si no estuvieran pasando por esa situación hasta se hubiera atrevido a molestarlo por dicho suceso, sin embargo decidió quedarse callado para evitar problemas.

—¿Cómo es que ustedes se conocen? —cuestionó la mujer algo incrédula.

—Yo... solía ir a su consultorio muy seguido, por mi problema dental, ya que desde pequeño consumía mucho dulce, mi padre siempre terminaba regañandome por cada caries nueva que tenía —dijo Ciel, mientras soltaba una pequeña risa avergonzada.

—Así es, me alegra verte, aunque sea en esta situación pequeño —el chico sonrió mientras revolvía los cabellos del muchacho —pero, no entiendo, ¿por qué están todos aquí? Y ¿cómo es que se conocen?

Los presentes intercambiaron miradas, dando a entender que debían contarle la verdad. Mally y Ciel le dieron la espalda a Sebastian mientras caminaban hacia la cocina, el moreno refunfuñando no tuvo opción, así que lo invitó a sentarse en el sofá junto a él, lanzando un suspiro comenzó a contarle lo sucedido o al menos lo que lograba recordar. El de mirada carmesí sabía que su hermano mayor era muy irascible y sabiendo la tontería que llegó a cometer, seguramente iba a gritarle, en esos momentos maldecia que Claude hubiera heredado el mismo carácter de su padre.

El mayor leía detenidamente el acta, podía sentir el miedo de su hermano menor, que movía desesperadamente sus manos a la vez estas estaban sudorosas y trataba de secarlas frotándolas contra su pantalón.

Terminando de leer, quedó estático viendo a la nada, ni siquiera él sabía lo que sentía, lo peor de todo era que el acta si era real, jamás esperó que una visita a su hermano para hablar tranquilamente se tornará en algo tan caótico como esto.