Es así como ocurrió el primer beso entre Hugo y yo. No entendí nada, excepto una cosa, me había ganado una enemiga después de esto. Podía sentir como Claudia me fulminaba con la mirada y como a Patricia se le había desencajado la mandíbula de la sorpresa. Yo también estaba sorprendida, pero para bien, quiero decir, Hugo besaba de maravilla. Primer día de instituto y ya el chico Crush de mi clase me había besado. Preferí omitir el hecho de que me había utilizado para alejar de él a su exnovia y yo solo era el señuelo para poder cumplir su objetivo.
Claudia después de ver aquel espectáculo, se fue indignada con las lágrimas saltadas. Patricia despues de mirarnos unos segundos más corrió detrás de ella. Claudia se había encerrado en uno de los cubículos del cuarto de baño a llorar. Se la escuchaba desde fuera, así que no le fue muy difícil a Patricia encontrarla.
—Se que estás ahí, déjame entrar porfavor. —Le dijo Patricia aporreando la puerta desde fuera.
—¡Déjame! No quiero que me vean así. Y tú deberías irte, a chuparle el culo a tus amigos antes de que se den cuenta de que faltas. —Dijo sollozando.
—No seas bruta, déjate ayudar, es para lo que he venido detrás tuya. No quiero verte así Clau.
Se escuchó el sonido del pestillo abrirse y la puerta se empezó a abrir poco a poco. En el interior se veía a Claudia, con todo el rímel corrido y la cara empapada en lágrimas. Patricia entró y cerró la puerta con pestillo una vez dentro. El espacio era más bien pequeño, así que estaban cerca la una de la otra. Claudia bajó la tapadera del wc y se sentó encogiendo las piernas y dejando caer la cabeza en sus rodillas. Patricia le levantó la cabeza y le limpió de una caricia el rímel derrado de sus mejillas. También le limpió las lágrimas y le dedico una bonita sonrisa de esas que curan el alma.
—Limpiemos esa dulce carita.
—¿Por qué me ayudas? Osea, no me estás ayudando pero parece que te importe que esté mal.
—Claro que me importas, digo, hemos estado en el mismo grupo desde el año pasado cuando llegué, y para mí todos vosotros sois muy importantes.
—Ya, bueno...
—Venga, cuéntame por qué te ha afectado tanto un simple beso. —Dijo Patricia intentando quitarle hierro al asunto, pero ella sabía que no era solo un beso.
—¿Solo un beso? En mi vida está todo mal, todo. Y lo único que me iba bien era lo que tenía con Hugo. Y todo se ha ido a la mierda. Encima aparece esa zorra para arrebatarme la poca esperanza que pudiese tener de recuperar lo único real que he tenido en mi vida. Duele, ¿Sabes? Dar todo de ti por alguien y ver cómo no solo te da de lado, sino que elige a alguien más. —Pasaron unos segundos de silencio antes de que Claudia siguiese hablando. —Hugo fue mi primer amor de verdad, mi primer beso, mi primer polvo y mi primer todo. Él me sacó de lo más oscuro de mí. Y ahora sin él no me queda nada.
—No es cierto, me tienes a mí. Y siempre me vas a tener.
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Este año estaba más relajado. Después de repetir primero de bachillerato para poderse cambiar de modalidad. Así es como Marc perdió a todos los amigos de su clase, y conoció a los demás del grupo. Se llevaba bien con todos los de su clase, pero no tenía una especial amistad con ninguno. Es por eso que siempre se quedaba sin compañero de mesa y le tocaba con otra persona que se quedase de pico por alguna razón parecida. Este año le había tocado al lado de un chico moreno, de unos singulares ojos oscuros. Al acabar la clase el pelirrojo esperó a su compañero en la puerta y estuvieron charlando un poco, Marc le contó que había repetido, sobre Valeria, etc. Y se sorprendió al ver que tenían similitudes. El chico hizo lo mismo, contándole sobre su vida.
—Yo también repetí curso para cambiarme de modalidad en primero de bachillerato. Me metí a bachillerato artístico porque quería meterme por la rama musical. Pero mis padres fueron extrictamente claros sobre el poco futuro que la música me iba a dar. —Lo decía serio, parecía que ya lo tenía asumido, pero se le notaba en la mirada que estaba hablando de algo que le importaba. —Yo luchaba diariamente con eso porque sé que no tiene muchas salidas, a no ser que tengas mucha suerte, así que cedí a tremenda presión y me cambié al bachillerato de humanidades. Ahora solo canto en la calle con la guitarrita los miércoles que es el día que el año pasado tenía más libre. Y lo hago porque quiero y para no desprenderme por completo de mis sueños, y bueno así a veces me saco una paguita. —Le explicó Lucas a Marc, que había estado escuchándole atentamente.
—Vaya hermano, menuda historia.
—Pero no te ralles, lo llevo bien, además a veces me ayuda a ligar esto de la música.
—Que cabron el Lucas.
—Yo lo de la música lo hago porque me nace y me gusta. Pero si a veces me ayuda pues bienvenido sea,
¿No?—Dijo riendo.—Pero, ¿Alguna vez te ha ayudado con una piva de verdad?
—Normalmente no, pero ayer mismo una chica me echó un par de monedas y luego me pidió ayuda para llevarla a casa, se ve que es nueva en Sevilla. Y desde entonces no puedo sacarme su nombre de la cabeza.
—Bueno, pues ve sacándola, porque hay mil chicas que seguro estarán interesadas por el sexy Lucas, el chico de la guitarra.
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Nacer fue un fail
Teen Fiction¿Podré averiguar quién soy y lo que quiero hacer? Me llamo Martina, y os voy a contar cómo mi vida había sido un desastre desde que nací. Mis padres decidieron mudarse a Sevilla para superar un pequeño bache en su relación. Yo estaba a un año de ac...