Era una noche como cualquier otra y el padre de Ángel ya se iba a ir para su apartamento, el cual arrendo después del divorcio con su madre.
-¡Chao, hijo, buena suerte mañana!-
Ahí fue donde Ángel recordó. Mañana tenía otra feria de talentos, a las cuales asistía a menudo. Le gustaba. Le gustaba ir a un lugar donde no se sintiera juzgado, donde pudiera conocer a personas diferentes.
Había tenido una infancia un poco dura. Sus compañeros de clase se burlaban de él y le decían "marica" cuando caminaba en el pasillo o lo hacían caer en los recreos, todo por ser afeminado o por estar siempre con las niñas. Cada vez que caminaba por el pasillo trataba de hacerlo lo más silencioso y discreto posible, pero no era una persona que pasara desapercibida. Temía a comentarios y burlas mientras hablaba en clase o participaba en campañas, que llego hasta un punto en donde ya no abría la boca ni para comer.
Era un muchacho triste hasta que encontró las ferias de talentos, la música y la danza. Eran esos lugares seguros en los cuales no importaba si era afeminado, si tenía inseguridades o si su voz no sonaba para nada lindo. Pero por fin era quien quisiera y podía darse la oportunidad de ser feliz.
Aun así, tenía un secreto bien guardado, lo había cultivado por años, un secreto que se notaba a plena vista cuando entraba al vestidor de hombres al hacer educación física. O cuando sus compañeros se le aproximaban mucho a hablarle de cualquier cosa. Era de esos secretos que solo se percibían con miradas, con pequeños comentarios y con silencios incómodos; aprendió a esconderlo y reprimirlo tanto que se volvió un estilo de vida, al cual se acostumbró.
No tenía ni un amigo hombre pero ya ni le importaba comenzaba a ser feliz por primera vez, tenía una mejor amiga, Marina que tras de encontrarse en un concierto se volvieron inseparables. Estaba en una obra musical e iba a ferias de talentos. Comenzaba a ser feliz.
Antes de dormir reviso su celular por última vez y vio el mensaje de WhatsApp de Marina:
"Buena suerte mañana Angello!!"
Se fue a dormir tranquilo, confiado, seguro de sí mismo, sabiendo que todo estará bien. Una sensación que no volvería a tener un mucho tiempo.
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Quedaremos mis Cenizas y Yo
Romance¿Qué queda después de la traición y el engaño? Ángel es un niño de 13 años de una familia adinerada de su cuidad. Es un chico sensible y un poco afeminado que durante su infancia la paso muy mal y se esta recuperando del bullying que le hicieron sus...