Quedaremos mis Cenizas y Yo

Piropos

La noche fue eterna y Ángel casi no pudo dormir, se quedo hasta por lo menos las 3 de la mañana pensando en ÉL. Fantaseando, pensando, soñando en ese hombre.

Se despertó con una felicidad inmersa, se baño en menos de tres minutos y se vistió con la mejor ropa que pudo encontrar. La camisa más fina de todas que le regalo el novio de la mamá, una corbata de tela bielorrusa que le había traído un tío de regalo y un traje que le quedaba pequeño, pero él no se había dado cuenta.

Muchas personas podrían clasificarlo como provocador para los hombres, pero el solo lo veía como otro atuendo. Un atuendo bonito que se ponía para agradar al chico de sus sueños. Era de color azul en tela de pana, de una marca que en su país era muy escasa y solo la podían pagar unos privilegiados. Ese traje nunca volvería a tocar ese cuerpo de la misma manera.

Tenía puestos unos zapatos negros de vestir con trabilla de plata, recién comprados como un regalo de su padre. Y unas medias azules claras con unos diamantes de colores; en ese momento estaban de moda las medias con muchos colores y a Ángel le pareció una buena idea.

Salió corriendo hasta el paradero del bus donde se volvió a encontrar con Carlos y con Nicolas, todo volvió a suceder con la misma fluidez que antes. Salió de ese bus lo más de normal, se volvió a registrar como antes y volvió a subir las escaleras de cemento como ayer.

Converso un rato con los demás, mientras llegaba el presidente de la sala. Hablaron del caso que estaban estudiando y de la feria en general, hasta que llego él. Al lado del presidente de la sala entro Alex riéndose de algún chiste bobo. Esta risa termino cuando vio a Ángel y le salió una sonrisa.

-Hola bebe- dijo Alex

-Hola Alex- dijo Ángel medio incomodo por la forma en la lo llamo

-¿Como dormiste? ¿Pensaste en mí?-

-Claro que pensé en ti mi cosa bella- le respondió Ángel

Era la primera vez en su vida que le había dicho de alguna manera diferente a alguien fuera de chiste. Siempre se dirigía a los demás por el nombre o por algún apodo que le tenían los demás, pero jamás le había dicho a alguien de esta manera. De hecho, nunca se había dirigido a alguien con afecto.

-Eres hermoso- dijo Alex

-Tú también- le respondió

-Yo no soy la mitad de bello que eres tú mi cosita linda- continuo Alex

Ángel solo se rio y apoyo su cabeza en el hombro de Alex.

El debate ocurrió con completa normalidad, Alex no le dijo nada por que estaba concentrado. Eso le gustaba, un hombre que pudiera jugar y pudiera concentrarse. De hecho, todavía le gustan así.

Salieron a recreo y todos los del grupo se aproximaron a Ángel para hablar con él, lo encontraban simpático y conversador. Pero Alex fue el primero que lo abrazo del resto.

-¿Caminamos mi niño?-

-Claro lindo- le respondió Ángel

Mientras salían de la sala y bajaban las escaleras muchos compañeros de la universidad de Alex chiflaron como burlándose.

La mano de Alex volvió a rondar por las cinturas de Ángel pero durante la caminata se movieron mucho más allá.