Pensar en MI

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Al cabo de unos cinco minutos se comenzaron a devolver al salón. Nada paso. Alex volvió a poner las manos en las caderas de Ángel, pero ya no le gustaba tanto como antes. Quería correr, quería gritar, quería llorar, pero su prudencia y decencia le ganaron cuando no tenían. Alex no dijo nada, parecía disgustado y Ángel se sentía culpable. Intento abrazarlo y cogerle la mano para ver si respondía, pero nada. No sabía que había hecho y solo se le ocurrió pedir disculpas como cualquier niño inocente.

-Oye- dijo

-Qué- respondió muy serio

-Me disculpas cielito- dijo Ángel intentando no llorar

-Si, yo te quiero y mucho no me pondré bravo- respondió Alex y Ángel solo se le ocurrió abrazarlo sin saber muy bien que había hecho.

Llegaron a la cafetería, esta vez de regreso, y logro ver a Carlos y Nicolas sentados comiendo. Ángel salió corriendo cuando los vio y comenzó a conversar de inmediato para evitar que Alex se le acercara a decirle algo.

-¿Quién es él?- pregunto Nicolas señalando a Alex disimuladamente

-Un man equis de mi grupo- dijo Ángel sin siquiera voltearse a verlo

-Ya lo habíamos visto, ¿cierto?- dijo Carlos

-En el auditorio- continuo mientras se intentaba meter un croissant entero en la boca

-Come bien- respondió Ángel mientras cambiaba su temperamento a algo completamente serio

-Bueno niños ya tenemos que devolvernos- dijo Nicolas

Ya se estaban levantando mientras recogían toda la basura. Ángel decidió caminar en la mitad de los dos, eso lo hacia sentirse potente e inalcanzable. Mientras el caminaba como si fuera dueño del mundo se miraron y soltaron una carcajada. Se rieron hasta que llegaron al edificio.

-Bueno, buena suerte- dijo Nicolas mientras se alejaba lentamente

-¿Subimos o qué?- dijo Carlos mientras miraba su celular

Ángel no contesto solo comenzó a subir y Carlos lo siguió. Subió las escaleras de cemento hasta el quinto piso donde estaban las demás personas de su grupo. Se sentó a hablar con ellos mientras comenzaba el debate otra vez. Se comenzaba a sentir más seguro.

Llego Alex y Ángel se intentó acercarse, pero él no mostro ningún interés. En ese momento Ángel pensó:

"Me vale verga"

Y se devolvió a hablar con los demás sobre el debate o lo que fuera. En un punto de la conversación uno de los muchachos dijo:

-Oye, ¿que hay entre Alex y tú?-

-Nada se enputo (enojo) no sé por qué y pues que le voy a parar bolas-

-Enserio que raro, hace dos minutos eran como novios- dijo otro muchacho

-Pues si se enboba no lograra nada- respondió Ángel

Entraron al salón y Alex se le acerco por atrás y lo abrazo. Ángel se sorprendió, aun que Alex fuera muy predecible. Le dio besos en el cuello y le dijo al oído:

-Te amo mi niño sabes- Lo dijo con una alegría y un cariño que Ángel cayo redondo

-¿Ahorita vamos al baño?- pregunto Alex también al oído

-Si claro- 

Quedaremos mis Cenizas y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora