Color de Rosa

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Casi vomita de la emoción y mientras tenia su cabeza dentro del sanitario escucho unos pasos en el baño. Su mayor miedo que él lo viera en ese estado tan patético. Estos no se detenían hasta que los escucho detrás de él. Ángel no podía ver quien era y solo rogaba que no fuera el guapísimo Alex. Era Carlos.

-¡Marica! ¿Estás bien?- Respondió asustado

-Si- Dijo Ángel cuando tuvo las fuerzas de voltearse

-¿Qué te paso?-

-Nada solo me puse nervioso por la feria- Respondió Ángel intentando ocultar la gran luz de sus ojos al pensar en Alex y en sus toques que lo emocionaban hasta el cielo.

-Bueno, pero ahora a sacarte de aquí-

-Ok-

Cuando regreso a la sala, intento disimular su mal estado, pero era tan evidente que le preguntaron si quería ir a la enfermería. Dijo que no rápidamente mientras se sumergía en los ojos castaños de tan bella aparición que lo recorría con la mirada y le sonreía con dientes tan blancos como una de papel.

-Estamos en tiempo de receso- dijo el presiente

Pero antes de que Ángel pudiera responder Alex ya se le estaba acercando, con una mirada de preocupación que lo embrujó y convenció que él importaba algo en la vida de alguien, quizá un desconocido.

-Estas bien- dijo con una voz baja muy masculina y profunda.

Ángel se le hizo agua la boca

-¿He mi niño bonito?- continuo

Pero cuando Ángel iba a abrir su boca se dio cuenta como esas manos tan curiosas de Alex le recorrían el torso y le hacían círculos sin fin que llegaron hasta la cintura. Lo hacían con tanta propiedad y con tanto cuidado que Ángel no puso ni un musculo de resistencia. Esas manos recorrían su cuerpo como si lo poseyeran, como si no le fueran a hacer daño.

Duro unos cinco minutos en la cintura de Alex mientras Ángel se volvía a sentar y comenzaba a interactuar en el debate y a hablar con los demás. Para Alex seguramente era solo poner las manos en cualquier lugar o solo mantenerlas ahí como lo habrá hecho con muchos otros y otras.

Pero para Ángel era un terremoto, dentro de su cuerpo todo se movía sus emociones, su estomago su cabeza y hasta sus ojos pasaron muchas veces la línea del cinturón de Alex. Era un momento completamente fuera de lo normal que lo desestabilizaba, pero la anestesia de esos labios rojos hacia tanto efecto como si estuviera en el hospital en medio de una cirugía de corazón abierto.

Veía la vida color de rosa y todo era para él. Todo era Alex ese dios griego quería algo con él un simple plebeyo en la mitad de los millones que yacían esperando.

Se termino el debate y las sesiones por ese día y como era de esperarse Alex se le acerco. Ángel no esta muy seguro si él volviera a hablarle o a acercarse como había hecho antes.

-Oye - dijo Alex con una voz temblorosa e insegura – me preguntaba si te gustaría tener mi número-

-Claro!-dijo Ángel, quien por dentro estallaba como pólvora en festival, pero por fuera solo mostro una sonrisa.

-Aquí esta- respondió mientras le pasaba un roto de papel doblado, como en una película romántica o de suspenso.

-Listo ya lo guardo- dijo Ángel

-¿Nos hablamos esta tarde?- Pregunto mientras se acercaba cada vez más

-Dale-

De un momento a otro Alex se lanzo a darle un beso en la mejilla de Ángel. Ese pequeño beso lo transformo y solo ansiaba que llegara el momento para hablar con este verdugo que había llegado a su vida en forma de príncipe azul.

Quedaremos mis Cenizas y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora