Alex

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-Oye- dijo Carlos en voz baja

- Qué – respondió

- No te parece que el tipo de atrás nos está mirando mucho?-

- No creo, o bueno no se- respondió

- Me da miedo – dijo Carlos tratando de contener una sonrisa y a punto de soltar una carcajada.

Sin pensarlo Ángel decidió voltear a mirar a aquel tipo que, si los estaba mirando intensamente, no les quitaba los ojos de encima. Los observaba de arriba abajo y los intentaba saludar. Ángel rápidamente devolvió la mirada a el escenario.

-Si nos está mirando mucho cierto?-

-Si, espero que no nos toque en nuestros grupos- dijo Carlos con cierto aire de risa que era tan fácil de contagiar que Ángel le siguió el juego.

Ya acabada la Ceremonia salieron a comer algo y solo hablaban de este tipo que los miraba. Con la mirada lo rastraron hasta que él casi los nota. Tanto Carlos como Ángel rogaban que no quedaran en el grupo con ese joven que solo los miraba con una intención morbosa, pero hoy la suerte no está de su lado.

Termino el descanso y cada uno a su grupo. Ángel se despidió de Carlos y de Nicolas, comenzó a subir las escaleras hasta el quinto piso. Encontró el lugar, un salón mediano lleno de escritorios y de personas que no conocía, pero esa adrenalina le gustaba, lo llenaba, lo hacia sentir que tenia otra oportunidad. Comenzaba a conocer a personas mientras alistaba las carpetas y el cuaderno en el escritorio de madera, tenía una sonrisa que iba de oreja a oreja.

La gente seguía entrando al salón y de un momento a otro entra este joven. Era alto, moreno, de ojos verdes, un poco musculoso, de pelo negro y un arete (pendiente) en a oreja derecha, a Ángel le parecía guapísimo. En tan solo dos segundos realizo quien era: tipo de la Ceremonia; toda su confianza se esfumo como el aire. Se desvaneció con este tipo que ni conocía, un peligro hermoso.

Lo primero que hizo este señor fue mirar a Ángel, pero lo hacia de otra manera esta vez lo hacia amigable y lo saludo desde lo lejos con la mano. Ángel no podía creer esto, su corazon comenzo a latir como tambores de concierto y sus manos comenzaron a sudar.

Se iabn sentando los demás, pero este joven antes de sentarse en su silla al otro lado de la sala se le acercó y le dijo:

-Hola tú-

A Ángel se le hizo un nudo en la garganta que no lo dejaba ni responder ni medio abrir la boca. En su mente pasaban horas mientras esos labios rojos carnosos se volvian a abrir para decir otra frase.

-Te vi en la Ceremonia junto a tu amigo-

Los nervios e inseguridades de Ángel solo le dieron para sonreír y asentar con la cabeza. En tan solo un segundo este hombre le acaricio el pelo a Ángel. No era un gesto de cariño o no parecía en ese momento, al contrario parecía que lo intentaba despeinar, pero a Ángel no le importo; él solo miraba a este hombre guapísimo que en un principio lo abuso con la mirada y ahora solo intentaba despeinarlo.

-Por favor digan su nombre, colegio, edad y delegación!- dijo el presidente de la comisión mientras Ángel incredulamente solo se fijaba en este hombre.

Ángel iba primero que este joven y lo dijo tan rápidamente que él ni se entendió: Ángel Rivera, Academia Presidencial, 13 y Estados Unidos.

Mientras pasaban los demás a Ángel ni le importaba solo miraba a este hombre que parecia enviado por los dioses. Lo miraba tan intensamente como él los habia mirado en la Ceremonia. Solo era tan guapo que no podia quitarle los ojos de encima. Ese traje azul, la corbata roja, la camisa blanca apunto de explotarse, los zapatos formales y las medias negras con bicicletas naranjas. Para Ángel era el outfit (la pinta) perfecta para conquistar y tal vez eso venia a hacer.

Le tocaba a este hombre, tan pronto abre la boca le sale este acento español que a Ángel lo hacía derretirse por dentro.

-Alex Iglesias, Universidad de Cuidad, 21 años, México-

Se llamaba Alex.

Quedaremos mis Cenizas y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora