Deseos y Fantasias

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Pasaron unas horas antes de que la sala tuviera un descanso y pudieran levantarse a hablar, tomar agua o ir al baño. Comenzó el receso y Ángel no le puso mayor atención a como Alex le guiñaba mientras se le acercaba lentamente. Él estaba hablando con los otros muchachos de la sala y justo cuando iba a responder a una pregunta que le hicieron, Alex paso su mano por su trasero otra vez.

Lo hizo igual de fuerte y posesivo, como lo había hecho por la mañana y Ángel estaba furioso. No podía evitar alejarse de él o quitarle la mano de ahí. Solo quería gritarle e insultarlo, pero al mirar esos ojos negros como azabache lo único que quedaba era el deseo insaciable de besarlo y de estar con él.

-Bueno voy al baño- dijo Alex como cualquier persona normal lo haría

-Te acompaño- respondió Ángel con la misma normalidad

-Oigan yo también- comento uno de los muchachos

-¡Vamos!- termino Alex

Mientras pasaban por las pocas baldosas Alex quito su mano del trasero de Ángel y en vez de moverla a la cadera le sujeto la mano. Ángel estaba más feliz que nunca y de pronto Alex se le acerco y le murmuro al oído:

-Eres mío-

Esa frase tuvo cierto eco en sus oidos y la sonrisa de Ángel solo se hizo más grande sin saber lo que estaba por pasar.

Entraron al baño y claramente Ángel no tenia nada que hacer ahí, solo esperaba a su Romeo. Alex entro a un cubículo y el otro muchacho a otro. Y para disimular su ansiedad y emoción Ángel abrió el lavamanos y se remojo la cara como para relajarse y para descansar. Se quedo mirándose al espejo intentando criticarse o decirse que era horrible pero no lo lograba, se veía perfecto. Perfecto para él. Un chico moreno de ojos negros, cabello oscuro, delgado, con dientes torcidos y con algunos rasgos árabes.

Pasaron unos dos minutos, pero en su mente fueron horas, mientras Esteban salía de su cubículo y se acercaba a lavarse las manos en ese lavamanos que en algún momento fue blanco, pero ahora era casi igual de amarillo como las baldosas y paredes del baño de aquella universidad publica.

Mientras Esteban prendía el secador de aire Ángel solo soltó una carcajada que invadió el ambiente durante unos buenos segundos y Esteban también comenzó a reírse.

-¿Y vas a esperar al príncipe azul?- dijo Esteban como en tono de chiste

- ¡Ay! Tan bobo cero que los príncipes azules existen- respondió Ángel y solo se miraron y se comenzaron a reír.

Hubieran sido buenos amigos tengo que admitir. Eran extrovertidos, con el mismo sentido de humor negro y además completamente auténticos. Y habían tenido unas conversaciones antes las cuales fueron muy chistosas y agradables; pero a Ángel no le quedaron más que recuerdos  de esos tres días de su vida.

-Bueno si decides irte me voy ya- intervino Esteban

-Me quedo, esperare a Alex- respondió Ángel

-OK- contesto mientras empujaba la puerta gruesa del baño de hombres

Ángel y Alex quedaron solos en el baño, pero Alex estaba en un cubículo y Ángel estaba en los lavamanos.

-¿Mi vida estas ahí?- dijo Alex fuertemente pero tan tiernamente que Ángel contesto

-Sip, te estoy esperando-

-Amor ayúdame aquí- continuo Alex

-Dale sal y te ayudo- contestó

-No vida mía es que es un problema con mi cinturón, creo que se trabo y no puedo salir así- siguió Alex

-No, oye, sal. No puedo entrar ahí- dijo Ángel

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2020 ⏰

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