Capítulo III

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Hola! Acá les dejó el próximo cap.

Itachi continuó su agresivo asalto en el cuello de Sakura, que se ocupaba en quitarle la chaqueta y la camisa. Sin embargo, las manos de él la detuvieron.

— ¡No! ¡Te quiero ya! ¡En este instante! —su voz tan sensual arrancó terminó por hacer desaparecer todo rastro de cordura en la mente de Sakura.

Sintió la mano de Itachi desabrochar el botón de sus jeans y meterse entre ellos para acariciar su centro; que se podía sentir húmedo a pesar de la tela de su ropa interior, que él hizo a un lado para deslizar dos dedos dentro de ella. Sakura jadeó ante la intromisión y se dejó invadir por el placer. Itachi entonces le dio la vuelta a su cuerpo bruscamente, dejándola de cara a la pared mientras su espalda chocaba contra el musculoso pecho de éste. Su mano seguía dentro de ella, mientras la otra le bajaba el pantalón, y luego subía para escabullirse entre su blusa y sostén para acariciar sus senos.

—Oh por Dios ¡No te detengas! ¡No te detengas nunca! —suplicó Sakura cuyo rostro estaba de lado viendo al espejo en la pared contigua e hipnotizada por la ardiente imagen del guapo Uchiha que le metía las manos entre la ropa.

—Ni en sueños —contestó él.

Itachi no se molestó en deshacerse de su propia vestimenta. Solo desabrochó su pantalón y dejó que la mano de Sakura, a tientas acariciara su crecida erección. Soltó ardientes gruñidos complacidos, que la motivaron a desafiar el dominio brutal del pelinegro y darse la vuelta una vez más para hincarse sobre sus rodillas y quedar a la altura de su miembro.

—Te dije que... —comenzaba a reprochar Itachi cuando Sakura tomó entre ambas manos su erección y pasó su lengua por toda su extensión. Un sonido gutural brotó del pecho de Itachi e hizo que la chica sintiera como su propia excitación aumentaba.

— ¿Qué decías Itachi-kun? —Sakura arqueó una ceja y le lanzó una mirada infinitamente seductora.

Los ojos negros de él, sumidos en implacable lujuria, conectaron con los de ella, que repartía lengüetazos aleatoriamente sobre su miembro para luego introducirlo casi entero en su boca. Maldita sea, como lo encendía que le llamara así, Itachi-kun...

—Mierda… —la voz de Itachi sonó jadeante. En rara ocasión soltaba maldiciones, pero la sensación de su erección dentro de la caliente boca de Sakura era tan abrumadora que no pudo contenerse. Nunca había sentido algo similar. Ni siquiera se encontraba capaz de articular otra palabra. Sus manos se aferraron con cierta fuerza al cabello rosado de ella, instándola a que moviera su cabeza hacia adelante y atrás.

Verla de esa manera, hincada frente a él para darle placer, era para él la imagen más sensual de todo su mundo. Amaba tenerla así, y amaba aún más hacerla suya a cada oportunidad. Todo lo demás podía irse al carajo. Nada impediría, ni por un segundo, que esta mujer fuera suya. Una y otra vez.

Sakura, por su parte, ya no podía negar que esto era algo que jamás podría dejar de hacer. Itachi la volvía loca, completamente y sin remedio. Estando con él, no podía pensar en nada más. Incluso ahora, encerrada con él en un probador donde cualquiera podía atraparlos, descubría que eso no le importaba lo más mínimo. Si acaso, el estar en un lugar relativamente público con él a punto de follársela ahí mismo, solo añadía una fogosa y apasionada sensualidad a la situación.

Itachi no tardó en correrse en la boca de Sakura, quien se puso de pie poco después. El Uchiha le bajó los jeans y la ropa interior hasta las rodillas, y se colocó una de esas largas piernas de ella alrededor de la cintura para embestirla con fuerza inmediatamente.

Entre El Amor Y El DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora