Mangelito (M O N T H .)~ 🌷

IX. (Tipos de Besos.)

We get higher.

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—Los dos chicos eran pareja hace ya algunos meses, se amaban el uno al otro y nunca se separaban. Menos en este día, se anuncio una probable tormenta eléctrica y el azabache se encontraba en la casa del pelirrojo, el cual le dejó quedarse.—

—La mayoría de su tiempo la pasaron frente a la T.V, el pelirrojo con la cabeza apoyada en el regazo del mayor mientras este acariciaba su cabeza.—

—Pasaron dos películas e iban a ir por la tercera ya que no tenían nada más que hacer, los mimos siempre se los daban, y hablar a veces les aburría. Al pelirrojo le entró hambre, y le pidió con ojos de perrito y con su dulce voz al azabache que le preparara algo para poder comer. Este le sonrió y asintió yendo hacia la cocina.—

—El tiempo de espera se le hacía eterno al pelirrojo, en realidad sólo habían pasado 15 minutos, pero este lo tomaba como miles de horas. Fue detrás de él y comenzó a darle besos en sus mejillas, susurrando pequeñas palabras.—

"Apresúrate cielo, me muero de hambre..."

—El azabache decidió ignorarlo y siguió con su objetivo, el menor se agachó un poco metiéndose entre los brazos del mayor.—

"Perdón si soy muy insistente."

—Seguía sin responder nada, el pelirrojo frunció el ceño al percatarse que estaba literalmente hablando solo. Pero algo se le vino a la mente, algo con lo cual podía llamar la atención del azabache. Al estar enfrente suyo, tenía la opción de provocarlo, este se esperaba la peor de las reacciones, pero iba a tomar el riesgo. Este comenzó a hacer fricción entre el miembro del mayor y sus glúteos, esperando a alguna reacción.—

—El menor logró obtener una reacción que le tomó por sorpresa, el mayor dejó de hacer lo que estaba haciendo y se inclinó para acercarse al cuello del pelirrojo. Este no dudó en comenzar a darle pequeños besos haciendo que un escalofrío recorriera el cuerpo del menor, el mayor le dio la vuelta y volvió a atacar su cuello, ahora mordiéndolo.—

—El menor se dejó llevar por el momento, soltaba pequeños suspiros por cada mordida, le encantaba ese sentimiento de no saber lo que iba a pasar después.—

"Sabes, a mi se me ha antojado escucharte un poco más."

—Esas palabras hicieron el pelirrojo se sonrojara, no pudo articular ni una palabra cuando el azabache lo tomó en brazos recostándolo en el sofá. Este estaba encima del pelirrojo y le miraba con una sonrisa perversa, las cosas se le habían ido completamente de las manos, querían tener aquel momento ya. No dudaron en comenzar a besarse con fervor, el mayor acariciaba las caderas del menor mientras que este soltaba jadeos por cada separación en sus besos.—

—Cambiaron de lugares, ahora siendo el pelirrojo el que estaba encima, pero eso no cambiaba nada en los roles, el azabache seguía teniendo esa mirada dominante que le encantaba al pelirrojo. Siempre actuaba sumiso ante lo que le digiera en este aspecto, su voz autoritaria le excitaba de una manera increíble. El mayor llevó sus manos hacia la cremallera del pantalón del pelirrojo, desabrochándolos y dejándolos flojos. El menor no se percató de esto, ya que había sido muy cauteloso y aparte, estaba concentrado en el beso.—

—De un momento a otro el menor sintió como dos dedos comenzaban a introducirse por su entrada, haciéndole gemir el nombre del azabache en forma de súplica. Este no le hizo caso, comenzó a mover sus dedos en el interior del contrario haciéndolo gemir repetidas veces.—

—El pelirrojo comenzó a mover sus caderas para ayudarle, aún que no fuera tanto, le gustaba de igual manera. Después de unos segundos el azabache se detuvo, confundiendo al contrario. Fue quitando sus dedos uno por uno sacándole unos pocos jadeos ahogados al pelirrojo.—

"Cielo, hoy no."

—Eso fue lo único que dijo para después echarse a reír por la expresión del pelirrojo, era de un pequeño niño enojado. Este solo suspiro y volvió a abrocharse los pantalones para recostarse en el pecho de su pareja.—

"¿Te parece mañana?"

—Esa pregunta hizo que el pelirrojo volviera a sonrojarse, pero asintió tímidamente escondiéndose en el cuello del azabache, este llevó su mano hacia su cabeza y comenzó a acariciarla.—

"Te amo Lolo."

—Este no respondió, al tener el cuello del contrario cerca, lo aprovechó para dejar una pequeña marca en el. El contrario soltó un pequeño gemido.—

"¿Que haces?"

—Dijo el azabache con un tono seductor, el contrario solo soltó una pequeña risa para después acomodarse.—

"Yo también te amo Ángel."

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Son tan lindos y extraños al mismo tiempo.

Espero os haya gustado.