Mangelito (M O N T H .)~ 🌷

XXI. (Noche Estrellada.)

Will you...?
(Este capítulo está ambientado unos años después de la declaración de Manuel en el cumpleaños de Ángel.)

— <> — " º " — <> —

— <> — " º " — <> —

Pasaron los años y la relación brillaba más que nunca, obviamente una que otra discusión hubo, pero el pelirrojo hacía que el azabache le tuviese piedad y no se enojase con el, en total, era una ternura...solo con el, claro. Ese cumpleaños fue inolvidable para Ángel, ademas aparte que los héroes de Karmaland, otros amigos suyos se presentaron felices en el cumpleaños, sacándole algunas lágrimas de felicidad a Ángel por la nostalgia. Aún que pasarán bastantes años, los chicos nunca dejaron de ser vivaces, hasta nombraron a Raúl y Rubén como los cantantes de Karmaland, uniéndoseles Borja, pero el prefería cantar cosas algo más antiguas y en el caso, Michael Bubblé.

Las charlas del pelirrojo y azabache se basaban concretamente en decidir quién era el más tierno y bello, pero el pelirrojo insistía tanto que al final terminaba siendo el azabache el que perdía. Pasaban su tiempo dándose besos cariñosos y caricias, eran bastante apegados y era casi imposible separarlos. Ángel lo pensó bastantes meses, si no, ya lo hubiera hecho, pero, teniendo en cuenta que nunca se querían separar, ya era hora de dar un paso más.

—Manuel, ¿Te gustaría casar...te? No puedo hacerlo.—

El azabache se encontraba junto a su amigo Rubén y Samuel, sentados al borde de un lago pescando. Rubén estaba intentando que su amigo practicase, pero siempre modulaba las palabras horriblemente. —Oh vamos Ángel, estás igual de inseguro que Manuel cuando se te iba a declarar.— río Samuel. —Por algo están juntos, los dos son iguales sin saberlo.— dijo suspirando Rubén mientras su esposo acercaba su mano para que la entrelazase con la suya, cosa que hizo para tranquilizarse. —¿Piensas que es muy difícil?— el azabache comenzó a jugar con sus dedos asintiendo.

—Mira que yo fui el que le dio más indirectas, se declaró y le pidió matrimonio a Samuel. Al menos el tuyo es cariñoso, ¡Este ni darme un beso quiere!— Protesto el rubio cruzándose de brazos, soltándose del agarre del mayor. El azabache río. —Imagínate que te ha dejado adoptar a los niños que tanto querías eh.— respondió el azabache. —Felipe y Carlos están en casa cuidando a su hermanita Olivia, pero igualmente tienes un punto con mis hijos.— dijo algo sonrojado y nervioso el rubio.

—Bueno, será por mi cuenta si decido hoy declararme, pero por favor, no nos sigáis o algo parecido, me dará mucha más vergüenza y capaz me voy corriendo.— Rubén bufó desviando la mirada y Ángel río levemente.

— <> — " º " — <> —

— <> — " º " — <> —

Ya habían pasado horas, Ángel había pasado el día con su pareja algo nervioso, el pelirrojo lo notaba, pero el azabache le daba una excusa para no preocuparlo. El chico de lentes llevo al de ojos esmeralda hacia un restaurante cerca de el punto central del pueblo. —Aww, vamos Ángel, no debes de hacer esto para una simple cita. Con tu amor me basta y me sobra.— dijo el pelirrojo intentando levantarse de la mesa, pero el azabache le tomó de la mano parándolo. —No, por favor, me encantaría que disfrutáramos una cena de este tipo.— Manuel sonrió coqueto y rio levemente. —¿Te gusta enamorarme más? No puedes ser mas Perfecto...— el pelirrojo se sonrojo levemente acariciando las manos del mayor.

Pasaron las horas, no paraban de hablar y comer al mismo tiempo. Hablaban sobre su pasado y hasta, un futuro juntos, nunca mencionaron nada sobre hijos o una boda, el pelirrojo se centraba más en el bienestar de la relación a lo largo del tiempo. El azabache solo le observaba con una sonrisa impaciente, debía de saber la respuesta, pero la cuenta no llegaba. —Hey, me gustaría llevarte a un lado para concluir...— el pelirrojo asintió y en ese instante, recién llegó la cuenta. El azabache se adelantó a pagar antes que el pelirrojo pudiese y le tomó de la mano para caminar bajo el brillo de la noche hacia un lugar alejado en el bosque.

Un prado, el pasto estaba decorado con pequeñas margaritas por doquier, el pelirrojo corrió y se recostó sobre el pasto mirando a aquel cielo oscuro lleno de estrellas brillantes como sus ojos. Se paró al ver que Ángel no iba con el. —Oye Ángel ¿Te gustaría...— el pelirrojo mantuvo silencio. El chico que más amaba en el mundo estaba en frente suyo, posando todo el peso de su cuerpo en una pierna con la otra arrodillada en frente de él. Sostenía una caja carmesí vivo acolchonada por dentro con unas almohadillas negras, un bello anillo de plata reluciente con pequeñas gemas blancas a su alrededor y en el centro, un diamante azul. Los ojos de Manuel comenzaron a cristalizarse y se tapó la boca cayendo lentamente arrodillado al suelo intentando no exagerar, pero era imposible.

—Vamos Lolo, solo te estoy pidiendo matrimonio, no es para tanto.— el azabache se acercó al pelirrojo abrazándole manteniendo el ejemplo de alguien "fuerte" —¿Q-que no es para ta-tanto? Serás...— sollozo Manuel pasando sus manos por sus ojos para secar sus lágrimas. —Entonces, ¿Que me dices?— el pelirrojo se acercó al azabache dándole un dulce beso en los labios y darle un tímido abrazo. —C-claro mi niña...— Ángel sonrió levemente y se sentó, para poner a su comprometido sobre su regazo, acarició sus caderas tiernamente y le observó fijamente a los ojos. —Alaísimo de mi niña...—

El pelirrojo soltó una leve risa entre llanto y felicidad  como respuesta, se acercó a su rostro para juntar sus frentes mientras iban cerrado lentamente sus ojos, sintiendo la brisa de la noche. —Siempre.—

— <> — " º " — <> —

— <> — " º " — <> —

a.

Espero os haya gustado.