Capítulo 9

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Cincuenta y siete

—¡Hola, Tetsutetsu! Que bien que nos volvamos a ver, estuve esperando toda la semana para relajarme un rato— Dijo la chica mientras deslizaba el armazón de sus lentes con su dedo indice por el arco de su nariz para acomodarlos correctamente. Era evidente que no le agradaba el hecho de llevar lentes cada día, pero el usar lentillas de contacto le daba un poco de grima debido a la manera de colocarlos. La chica no se había perdido esta vez, por lo que había llegado a la cafetería minutos antes que el chico. Para ser precisos, de las cincuenta y siete citas que ambos jóvenes habían compartido, el cuarenta por ciento de las veces la chica se perdía. Claramente, a ninguno de ellos le gustaba ser impuntual, al contrario, era un sacrilegio el llegar tarde y hacer esperar a su acompañante. Simplemente, el sentido de la ubicación no era el punto fuerte de Shindo. Han visto esos animes donde uno de los personajes esta yendo a la tienda de la esquina y termina en Brasil, básicamente eso le podría pasar fácilmente a la chica. 

—Lo mismo puedo decir, Shin. —Dijo el chico mientras mostraba vigorosamente aquellos treinta y seis colmillos de tiburón que lo caracterizaban tanto, pero al mismo tiempo lo hacían parecido a su hermano de otra madre, Kirishima. La chica le sonrió amablemente en respuesta mientras miraba un poco el menú frente a ella y con la otra mano le extendía el otro menú al chico de cabellos plateados. Tetsutetsu tomo el objeto anteriormente mencionado y luego le dio un vistazo. No podía decir que era muy fanático de cosas dulces, pero un simple café con crema le bastaría ese día, pero sabia cuanto le gustaba el azúcar a la joven. Mientras tanto, la chica examinaba con atención la sección de postres, analizando especialmente un pastel de vainilla con fresas, pero calculando mentalmente si seria una buena idea ese pastelillo o uno de chocolate. Mientras la chica debatía dicha decisión de vida o muerte dentro de si, Tetsutetsu habló. 

—Oe, Shin, ¿Quieres pedir algo?— Pregunto el chico. No hubo respuesta. La chica aparentemente estaba demasiado sumergida en sus pensamientos o en aquel menú para escuchar al chico, causando que este solamente sonriera un tanto comprensivo. Después de unos momentos la chica levanto la vista para notar como Tetsutetsu la miraba expectante causando que sus mejillas pecosas se tornaran de un fuerte carmín un tanto avergonzada. Para este punto no sabia de quien era el error, si de él, por no intentar llamar su atención antes de hablar, o de ella, por leer con tanta atención aquel menú. 

—Lo lamento, ¿me preguntaste algo?— Preguntó la chica mientras miraba al joven un poco avergonzada. El contrario e veía de un excelente humor, y de hecho, daba miedo. El que alguien tan imponente como él sonriera de aquella manera, con esa seguridad y aura temiblemente radiante... daba miedo.  Exacto. El chico no se veía amenazante, al contrario se veía encantado de la vida y lleno de felicidad, lo cual ponía a la chica nerviosa. Era extraño, ¿no? Usualmente mis protagonistas siempre se sentirían felices y eufóricas al ver a alguien ser feliz, pero Shindo no. Al contrario, la chica solamente sintió como su corazón se aceleraba y sus mejillas eran coloreadas de un agradable tono rojizo. Shindo intento sonreír un poco y mantener sus nervios controlados, pero era casi imposible. 

—Solo pregunte si querías ordenar alguna cosa, veo que estas demasiado atraída por la sección de postres— Dijo el chico a lo que la contraria solamente sonrió de manera tenue y asintió un par de veces. "Me gustaría un pastelillo de chocolate con fresas" dijo la chica mientras le mostraba la imagen en el menú. "Se ve increíble, ¿No es así?" Dijo ella a lo que Tetsutetsu solamente se impresiono con la cantidad de azúcar que parecía tener ese postre. Con tan solo verlo le daba diabetes, por lo que pensar que la chica comería algo como eso le preocupaba.

—Aparentemente estas ansiosa por tener diabetes. Deberías de cuidar tu dieta— Dijo él mientras comenzaba a reír a lo que la chica asintió. La mayoría de la gente no entendía que mientras mas azúcar tuviese en su cuerpo, mas fácil le resultaría leer los labios de la gente a su alrededor. Necesitaba energía, y el azúcar era increíble para eso.  

—Gracias mamá, lo tomare en cuenta—Se burlo la chica mientras ladeaba la cabeza y rodaba los ojos. El contrario alzó una ceja, bastante divertido con aquel comentario. —No es verdad, con suerte se puede sentir el azúcar, ademas, si subo de peso tendrás mas de donde agarrar— Dijo mientras levantaba su mano levemente para llamar al camarero, quien no tardo demasiado en llegar. Mientras el pobre chico de cabellera plateada solo cubría su rostro con una de sus manos intentando ocultar su increíble sonrojo, los ojos del empleado recorrieron a Tetsutetsu, luego a Shindo y volvieron a Tetsutetsu.  Incomoda ante la increíble atención que tenia el camarero hacia su cita, la joven sonrió. Era evidente hacia que bando estaba bateando el camarero y las intenciones que tenia hacia el chico, quien no podía notar lo mencionado. 

—Disculpa, podrías traernos un pastelillo de chocolate con fresas, y dos cafés con leche.—Pregunto Tetsutetsu a lo que la chica frunció el ceño. Ya no quería comprar nada ahí. No le gustaba la manera en la que el empleado miraba a su acompañante... Tal vez estaba un poco celosa, y por eso mismo decidió decir algo:

—Y que todo sea para llevar, antes de que te de que te empaches por el increíble taco de ojo que te esta dando mi acompañante.—Dijo de manera demandante, y aunque no haya sido intencionalmente, fue lo bastante bueno para que el camarero se diera cuenta que Tetsutetsu ya no estaba en la sección de solteros. El pobre chico de cabellos plateados noto de manera inmediata que tan posesivo había sonado eso, y por razones evidentes no pudo hacer nada, mas que tornarse de un carmín intenso nuevamente.   



La Amiga de Mi Crush - Tetsutetsu X OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora