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Minseo se encontraba petrificada en el marco de la puerta de su nueva habitación y estaba anonadada por la inmensidad del espacio.

La cama tamaño king, las mesas de luz, las cortinas de seda que cubrían los enormes ventanales, todo le parecía un lujo al que ella no estaba acostumbrada.

– ¿Por cuánto tiempo debo quedarme aquí? –preguntó en un susurro audible la chica.

– Hasta que la situación con los rusos se haya terminado –le contestó Kai dejando una maleta a los pies de la enorme cama–. Con nosotros estarás segura.

– No me preocupa mi seguridad, me preocupa la de mi hermano y... la de ustedes.

Kai, por primera vez en mucho tiempo, le sonrió a aquella chica que se veía tan frágil frente a él. Su amigo tenía suerte de haber encontrado a una compañera que lo quisiera tanto que hasta se preocupaba por la seguridad de todos sus amigos. Alborotándole el cabello con una mano, Kai salió de la habitación para encontrarse con Baek, quien venía con un bolso de mano colgado de su hombro.

Baek entró en la habitación, dejando su bolso en la cama y sentándose al lado mirando a Minseo quien recorría con los ojos aquel lugar.

– ¿Te gusta? –le preguntó entretenido.

– Es... grande.

– Era mi habitación desde un comienzo –le comentó levantándose para acercarse a ella.

– Si era tu habitación, ¿por qué me trajeron aquí? –preguntó ella mirándolo a los ojos.

– Me mudare a la mansión hasta que todo esto acabe –rozó sus mejillas con sus dedos–. No te dejare sola aquí.

Minseo cerró los ojos y se dejó llevar en sus brazos.

Baek se acercó a cerrar la puerta de la habitación, volvió a MinMin para tomarla de la mano y llevarla hacia la cama, tirando a un lado su bolso, y poder recostarla en ella, para empezar a acariciar muy suavemente su cuerpo.

Los besos subían de tono, las caricias recorrían sus cuerpos completos y la ropa comenzaba a molestar. La calentura los consumía a ambos.

– No te das una idea de lo que extrañaba tu cuerpo –dijo Baek comiéndole el cuello.

La sostuvo de las caderas para sentarla en su regazo, conectando sus intimidades y provocando un quejido en ambos. Con manos inquietas, Baek quitó la remera de la chica, dejándola en sujetador de algodón blanco e incitándola a que hiciera lo mismo con el. Baek sentía que su pantalón explotaría en cualquier momento.

– Quítame el pantalón –le dijo con voz gruesa.

Minseo desabrochó el cinturón y bajó el cierre de un solo jalón, casi provocando que dicha parte de la prenda terminará rasgada. Baek levantó las caderas para permitirle que se la quitara de encima y ella lo hizo llevándose también aquel bóxer negro ajustado que llevaba puesto.

La chica miró la entrepierna abultada, casi lamiéndose los labios, la punta estaba algo húmeda por el presemen que salia de la punta, esparciéndolo ella misma con su pulgar alrededor de la cabeza y notando que gracias a sus acciones Baek respiraba cada vez más fuerte.

– Chupa...

Pero no pudo terminar la frase, ella cumplió con su orden llevándose el miembro a la boca, primero dándole pequeños besos alrededor, luego, pasando su lengua por todo el tronco hasta que, cuando lo sintió bien lubricado, lo engullo con hambre. Ahuecaba su mejillas para llevarlo más profundo en su cavidad bucal, raspando ligeramente los dientes contra aquel duro terciopelo que disfrutaba saboreando.

24/7 |Baekhyun| {Cypher#1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora