12.Te Pillé.

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Todo estaba muy oscuro, yo estaba hiperventilando, tenía mucho miedo y mucho frío. No sé si temblaba más por el frío o por el miedo.
Mi hermano parecía haberme perdido de vista, esconderme tras el chalet de mi vecino Manu había sido muy buena opción o eso parecía.
Escuchaba sus gritos, estaba cerca y estaba furioso.
Los gritos se volvieron un eco cuando empezó a sonar un ruido más fuerte y las luces azules se intercambiaban con la sirena. La policía había llegado a tiempo, corrí todo lo que pude, no quería estar implicada en algo más que no fuese encontrarte, Ana.
Corrí por la carretera, llena de sangre, barro y lágrimas.
Intentaba darme la vuelta cada vez que veía un coche, nadie podía verme así, no quería que mi hermano se fuera a la cárcel, pero unos días en el calabozo me darían la ventaja que necesitaba para escapar de allí y no volverle a ver nunca más.
No sé cómo ni cuándo pasó pero me desvanecí, supongo que fue fruto de la tensión que viví, de la pérdida de sangre o del cóctel de desgracias que se habían sucedido estos meses. Yo sólo quería una cosa, sólo tenía clara una cosa, debía escapar contigo para poder ser feliz y estar fuera de cualquier peligro, quizás a tus islas, quizás a otro punto del país donde nadie sospechase de nuestra ubicación.
Necesitaba verte, abrazarte, disculparme. Necesitaba tenerte, ayudarte y besarte.
Pero, si no fuese por aquel señor que me llevó a su casa y me curó las heridas quizás ahora no estaríamos tan bien, habríamos perdido la posibilidad de huir del loco de Efrén.
El hospital no era una buena opción, así que, cuando desperté el hombre me explicó cómo me había encontrado y lo que me había hecho. Me dio un vaso de agua y me dijo que si necesitaba ver a un médico o llamar a alguien para que viniera a por mí. Le dije que os necesitaba y el me prestó su teléfono, más antiguo que el toser.
Os llamé y se prendió en mi la esperanza que vi perdida cuando el coche se alejaba y mi hermano me perseguía. Volví a recuperar la esperanza pero no me costó mucho perderla.
Como siempre hay buenas personas y malas, pero las malas destacan más por sus habilidades.
No me lo podía creer, cada vez que avanzaba unos pasos retrocedía kilómetros. Pero, estábamos a salvo y eso era lo que me mantenía tranquila aunque mi esperanza se desvaneciera. Tenerte a mi lado después de casi habernos perdido me hacía muy feliz.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2020 ⏰

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