Era una mañana de jueves triste y silenciosa, ninguna alarma sonó hasta a eso de las nueve en que Clara finalmente salió de su cuarto aún en bata de dormir. Por mi parte tenía cerca de una hora despierto y acicalaba mi pelaje para cuando la madre de Abdiel llegó al comedor.
—¿Cómo amaneciste peludo? —dijo agachándose a hacerme una caricia con una sonrisa melancólica en el rostro. Mi única respuesta fue un ronroneo con el cual intenté liberarla un poco de sus penas.
La mujer caminó al fregadero y después de lavar sus manos comenzó a preparar el desayuno, se notaba más tranquila que la noche anterior pero definitivamente no era la misma Clara que yo conocía, alegre, jovial y llena de energía. Luego de algunos minutos sirvió el desayuno y se acercó a la puerta de la recamara de Abdiel.
—Cielo, ya está listo el desayuno, levántate que ya es tarde —dijo desde afuera.
—Buenos días mami, ya voy, estaba tendiendo mi cama —respondió mi humano.
Luego de algunos minutos Abdiel salió y finalmente pude ver su semblante, el cual no era muy distinto al de su madre, se limitó a dirigirme una sonrisa y tomar asiento ante sus alimentos.
—¿Cómo dormiste cielo? —preguntó Clara rompiendo el hielo mientras se sentaba a la mesa justo frente a su hijo.
—En realidad... pude dormir hasta tarde —respondió moviendo el cereal con la cuchara aún sin probar bocado. —Mami ¿Que pasará con mi hermana?¿Irá a la cárcel? —preguntó el niño.
—No lo sé cariño, supongo que tomará al menos unos días para que pueda darte una respuesta, tu hermana cometió un robo y eso es demasiado grave —dijo mirándolo a los ojos.
—Lamento no haber cuidado que no se saliera de casa —sollozó el niño.
—Tú no tienes culpa alguna corazón, tu hermana ya es mayor de edad y debe responder por sus actos, es ella la que debía cuidar de ti —dijo Clara acariciando la mejilla de su hijo.
—Pero papá me encargó que cuidara de ustedes —comentó Abdiel.
—Hiciste lo que estuvo en tus manos cielo, mira que por salir solo a la calle arriesgando tu propia seguridad debería enojarme contigo... pero por el contrario, me siento orgullosa de tener un hijo tan valiente, solo prométeme que no volverás a hacerlo —dijo levantando la palma de la mano.
—Lo prometo —respondió el pequeño chocando las palmas con su madre para después bajar de la silla y pasar al otro lado de la mesa a abrazarla.
Una vez terminaron de desayunar, Abdiel sirvió mis alimentos. Ingratos, siempre ellos han de ser primero y yo que muera de hambre. Mentira, a veces soy algo exagerado entiendo que con tantas cosas que estaban ocurriendo necesitaban alimentarse a sus horas, en realidad yo puedo esperar.
Pasaba de las once de la mañana cuando Clara parecía estar lista para salir.
—Ya me voy cielo, volveré antes de la hora de la comida —dijo la mujer acercándose a la sala donde Abdiel se ocupaba de sus tareas.
—Está bien mami, cuídate mucho —respondió el pequeño.
—Nada de salirse a la calle, recuerda que hiciste una promesa —dijo la mujer saliendo de la casa.
Casi media hora después de su partida, Abdiel dejó sus libros por un momento caminando a la habitación de Odalis, imaginé que lo hacía movido por la nostalgia que le provocaba la ausencia de su hermana. Si yo fuera él tal vez no me sentiría tan mal, después de todo ella solo se encargaba de hacerle la vida imposible y ahora estaba pagando las consecuencias de sus actos. Pero pensándolo bien, es su hermana, que diera yo por tener a mis hermanos a mi lado y no separarme de ellos.
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Plandemeowm ©️ ️✔ [Disponible en físico]
Mystery / Thriller🏅 ¡Ganadora de los Premios Wattys 2022 en la categoría Wild Card! 🏅 Algo está pasando en todo el mundo, un enemigo invisible recorre cada sitio del planeta y amenaza nuestras vidas. Una familia mexicana tratará de evitar que el virus los ponga en...