Plandemeowm ©️ ️✔ [Disponible en físico]

Capítulo 18

La chica retrocedía asustada mientras dos guardias femeninas llegaban tomándola por los hombros y conduciéndola hacia la salida. Parecía que justo en aquel momento estuviera cometiendo el delito pues la gente la condenaba, humillaba y decía cuanta barbaridad se les ocurría.

El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Fue la frase que en ese instante se me vino a la cabeza, la cual había escuchado días atrás por televisión y que me parecía muy sabia.

—Mi maleta, por favor sólo déjeme sacar mi maleta —dijo Odalis mostrando la ficha antes de que la hicieran dar un paso afuera. El guardia de la entrada  tomó la ficha y se dirigió a paquetería.

Mientras tanto, una de las guardias revisó el ticket y la mercancía para después revisar a la chica bolseando su abrigo y su pantalón terminando por empujarla para sacarla de la tienda.

—Y no vuelvas a pararte aquí muchacha —dijo el supervisor al tiempo que el guardia volvía y le aventaba la maleta en las manos de manera sumamente grosera.

Odalis retrocedió guardando las bolsas de la despensa en su maleta y secando sus lágrimas mientras caminaba hacia la avenida sollozando. Fue entonces que salí corriendo de la tienda a toda velocidad terminando por alcanzarla en la parada.

La calle lucía semidesierta, no obstante algunos autos pasaban. Luego de un par de minutos un taxi hizo acto de presencia, la chica le hizo la parada y se acercó a la ventanilla. Odalis le dijo al hombre a donde se dirigía esperando su respuesta.

—Te cobro ciento treinta.

—Pero creo solo traigo ochenta, es lo único que pude guardar para el taxi... déjeme ver si traigo más —dijo buscándose en su abrigo.

—Bueno... si traes los ochenta, adelante —dijo el chofer pareciendo compresivo.

Odalis se buscaba por todas partes empezando a poner cara de angustia y hurgando incluso en su maleta.

—Dios mío... ya no traigo mi cartera ¿dónde se me pudo haber caído? —comentó mirando hacia el suelo.

—Disculpa pero llevo algo de prisa ¿Traes dinero o no chica?.

—No... —negó queriendo llorar. —Pero por favor lléveme, llegando a mi casa saco dinero para pagarle —imploró juntando ambas manos.

—Disculpa pero no puedo... —dijo el hombre cerrando su ventanilla y arrancando sin más.

Me sorprendía la falta de humanidad de la gente en tiempos tan difíciles como los que se estaban viviendo. No tengo palabras para describir el asco que me provoca la indolencia de las personas hacia el dolor o la necesidad ajena.

Odalis estuvo sentada en la parada de los camiones por largo rato pero los últimos pasaron llenos o al limite de su capacidad permitida. Luego de varios minutos de espera en que no tuvo éxito, tomó la determinación de emprender el camino a pie. Por mi parte aproveché una distracción para introducirme nuevamente en su maleta. La chica sacó fuerzas de flaqueza y comenzó a caminar siguiendo la ruta del trasporte público. La oscuridad reinaba para ese momento.

Una vez llegamos a un tramo en que no había acotamiento peatonal hubo la necesidad de desviarse en una calle para continuar rumbo a casa. Odalis se notaba nerviosa a cada instante que pasaba. Fue entonces que yo también comencé a oler el peligro. Al pasar cerca de un bar y rebasarlo, noté que dos tipos salieron del mismo y caminaron a prisa en dirección opuesta. Un par de minutos después el sonido de las llantas de un vehículo avanzando lentamente alertaron a Odalis la cual volteó, el vehículo se detuvo en seco haciendo parecer que estaba estacionado. La chica apretó el paso y se cambió de acera.