La Admiradora Del Jefe

Capítulo 18

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Capítulo 18: "Más cartas"

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Gente, si este capítulo llega a los 20 votos -lo sé, no necesito mucho para ser feliz- hacemos maratóooon 

¿Qué dicen?

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Pues sí. Ahora mismo estoy besando a mi jefe, pero trato con todas mis fuerzas mantener mi mente en blanco

¡Por el amor de Dios! Lo mejor será no analizar nada de esto ahora mismo. Si lo hago mi cabeza va a estallar

Cuando el oxígeno abandona nuestros cuerpos y el beso se detiene, intento alejarme, pero William se mantiene firme y une su frente a la mía mientras recupera el aliento. Yo solo me quedo mirándole a los ojos buscando algo dentro de ellos, ahora me resultan más claros que otras veces, pero aun así no logro saber qué expresan.

¿Podré saberlo algún día?

--Jefe--Murmuro por lo bajo. ¿Qué se supone que va a pasar ahora? Galloway solo niega con tranquilidad, como si quisiera transmitirme calma. 

¿Acaso va a pasar lo mismo que en Canadá?

--No te preoc...-- Habla

--¡A la mierda, William Galloway! No puedes andar por la vida besándome y después hacer como que nada pasó-- Estallo ¡Sí, lo estoy encarando! --¡¿Quién crees que soy?! No puedes, Galloway. No puedes-- recalco mientras golpeo su pecho con uno de mis dedos-- besarme y dejar mi vida vuelta de cabeza. Somos enemigos, no existe nada más que odio entre nosotros. No puede-- 

En su cara se refleja la sorpresa. Obviamente, no se esperaba esta escena, pero yo tampoco. Nada de esto tiene sentido.

Somos enemigos

--Yo no te odio, Roma-- habla y siento cómo mis ojos se agrandan más de la cuenta-- ¿De dónde sacaste eso?--

Es una pregunta ridícula.  

Desde que lo conozco no hay más que regaños, gritos y miradas de disgustos entre él y yo. ¿Y ahora se hace el sorprendido?

--¡Por el amor de Dios, Galloway! Sabes qué, olvídalo. Es lo mejor-- Me alejo de él y me dispongo a ir al baño. 

--Roma--Me frena-- ¿Te apetece cenar hoy? Para que aclaremos las cosas-- Aclara, cosa que no era necesaria, pues jamás lo hubiera considerado para otra cosa. Mucho menos como...una cita.

--Bien-- suelto con desinterés.  Sigo hasta el baño aparentando estar totalmente segura de mí misma, pero la verdad de las cosas es que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo.

Veo mi imagen en el espejo: Tengo el cabello un poco desordenado, los labios ligeramente hinchados, las mejillas sonrojadas y en mi mirada luce algo particular... ¿brillo? 

¡Por el amor de Dios!

--Roma-- me hablo-- Necesitas aclarar tu mente. Por favor-- me lavo la cara y arreglo lo más que puedo-- Esto harás: Irás a esa cena, aclararás las cosas y te mantendrás lo más alejada posible de William Galloway. Eso harás--

Eso haré

$$$

Cuando salí del baño, William ya no se encontraba en la empresa, pues tenía reunión con otros posibles socios. Por lo mismo decidí seguir con los anónimos, como recordatorios de nuestra "relación". 

Busco alguna frase empalagosa para después repetir todo: sobre, labial, sellar y llevarla a su oficina. ¿Qué número es esta carta? Da igual. En mi bolso había puesto un osito de peluche en miniatura así que con todo el cuidado que la situación requiere dejé carta y obsequio sobre el imponente escritorio. 

Una vez todo listo, voy al mío para seguir con mi trabajo. La verdad de las cosas es que no hay mucho por hacer hasta que recibo la llamada de una joyería

--Buenas tardes-- hablo profesional-- Habla Roma Curie, asistente en Goue Holding--

--Buenas tardes, Roma. Necesito hablar con tu jefe-- Habla un hombre al otro lado de línea-- ¿Es posible? Hablas con Daniel Johnson-- 

 --Señor Johnson, lamentablemente él no se encuentra. Si gusta me puede dejar el recado-- Daniel se encargó de dejar todos sus datos y me pidió, por favor, que le comunicara a mi jefe que necesitan hacer un nuevo logo para su empresa: Cartier ¡Cartier, por todos los cielos! 

Insisto en que a esta hora del día no tengo tanto trabajo, si no es que nulo, por lo que me pongo a diseñar yo misma un boceto para Daniel Johnson. Con lápiz y papel en mano, comienzo a trazar líneas y figuras. Pienso en todo y en nada a la vez mientras mi mano se mueve sola. Comienzo con líneas finas hasta conseguir un dibujo algo avanzado. Es la cabeza de un guepardo majestuoso y elegante que tiene dos diamantes por ojos, asemejando las joyas que Cartier crea.

El tiempo pasa volando y no me percato de que William ya había llegado y observaba detrás de mí. ¿Déjà vu?  

--Llamó Cartier-- hablo después de unos segundos en los que me obligo a tranquilizarme--Daniel Johnson quiere que se contacte con él para crear un nuevo logo para la compañía--

--Perfecto, ¿Algo más?-- Pregunta sin quitar los ojos de mi dibujo. Me intimida la impresión que puede tener él de mi trabajo por alguna extraña razón. Supongamos que es porque es uno de los publicistas más importantes del mundo según el Times. Por lo que quito el papel de allí y lo guardo en uno de los cajones de mi escritorio. 

--Creo que no...--Digo mientras finjo pensar--¡Ah, jefe! Su admiradora lo hizo otra vez-- digo ahora en un susurro. Ruego al cielo de que no me vaya a descubrir-- Cuando volví del baño encontré unas cosas que llevé a su oficina. No vi a nadie,  ni nada extraño-- vuelvo a hablar mientras finjo cara de decepción.

Por su parte, Galloway solo frunce el ceño mientras asiente con la cabeza. Y solo una perfecta observadora -como yo- se podría haber dado cuenta que en la comisura de sus labios amenazaba con salir una pequeña sonrisa, que disimuló muy bien.

Qué bien, qué bien

--Gracias-- dice y va su oficina.

Considero el hecho de ir tras él para ver su reacción, pero hay que darle privacidad al hombre ¿cierto?

Por lo que solo voy a mi puesto a seguir con mi dibujo. Ya quiero ir a casa

¿A casa o a la cita que no es cita?

Bastaaaa

(...)

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besitoooos :*