La Admiradora Del Jefe

Capítulo 22

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Capítulo 22: "Con mis ojos" 

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Narra William

Quién te ha visto y quién te ve William Galloway. 

Ya ves, soy un hombre todo terreno. Aunque me resulta tremendamente asombroso es que yo: un hombre de mundo, acostumbrado al lujo, el mejor servicio, siempre  a la mejor ropa, siempre a lo mejor,  me encuentre asombrosamente cómodo en una playa prácticamente desierta, - A la que tuvimos que pagar 6 miseros dólares para entrar- sentado en una horrenda frazada mientras como frutillas enlatadas. Quizás esto me resulta agradable solo por la compañía y no por el entorno, y si ese fuera el caso nadie podría culparme ¡Por Dios! Soy William Galloway, uno de los hombres más ricos del país comiendo en el suelo para una cita. La que debería ser la mejor cita porque es con ella... Y ella es perfecta. Roma Curie es cautivadora de muchas formas, muchas formas que no he logrado descifrar aún. Pero gracias al cielo tengo todo el tiempo del mundo para hacerlo. 

Roma Curie es demasiadas cosas al mismo tiempo  y todas revueltas: es vibrante, confusa, es fugaz, es fascinante como lo es un truco de magia: absorbe toda tu atención, te cautiva y te hace querer encontrar el truco, pero para mí, sin dudas, Roma no es el truco barato que hace un payaso deprimido para el cumpleaños de un niñito: Roma es la más maravillosa y pura magia que se pueda encontrar.

--¿En qué piensas?-- No sé cuánto tiempo llevo divagando, pero sin dudas es su culpa: Luce espléndida. La luz de la luna la hace brillar tanto o más que un ángel

Man, creo que estás un pelín encandilado

Ahora, lo más probable es que tú me dirías algo como "Vamos, amigo, salias con modelos de pasarelas de Victoria's Secret" Sí, chicas altas, curvilíneas, cuerpo perfecto, pero al mismo tiempo tan llenas de prejuicios y no, no digo que yo mismo no los tenga, pero es mundo frívolo e interesado. No me vayan a interpretar mal, por favor: Soy mujeriego y no estoy diciendo que vaya a dejar de serlo algún día por muy frívolo y snob que se escuche, pero si tengo que comparar: Roma es cálida y es un soplo de aire fresco dentro de todo. Diría que es calma, pero sin lugar a dudas ella es mi caos. 

Y me encanta. 

--En que el frío se vuelve un poco intolerable-- respondo la pregunta que había quedado en el aire.  Roma solo asiente y se dispone a partir. 

Idiota, William. Idiota. 

--Entonces será mejor que vayamos-- tiene las mejillas y la nariz sonrojadas por la brisa helada. Podría aventurarme que incluso sus orejas arden un poquito.

Mientras doblo la frazada, junto los restos de comidas y recojo la basura, Roma nuevamente va a caminar por la orilla. Se suelta el cabello y el viento juega libremente con él ahora. Sigue descalza, y aunque el agua debe de estar gélida, no se mueve ni un centímetro dejando que sus pies se refresquen. 

Se ve cómo una perfecta postal.

No lo pienso mucho. Nunca pienso mucho qué es de mí cuando se trata de ella.