Capitulo 21

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Dedicado a @gatitodecavill por todo su apoyo y cariño ❤

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Capítulo 21: "Sorpresas te da la vida"

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De seguro han escuchado la historia de  Pedro Navaja, de hecho es una canción de Rubén Blades y si no, bueno deberían darle una oportunidad. Les comento, porque el coro es lo importante. Si les soy sincera, mi cerebro no deja de tararear el dichoso coro desde que salí del edificio con mi jefe.

Cuando ambos estuvimos listos para marchar, caminamos sin mucha charla hasta llegar al coche. William, para mi total asombro, tiene modales de un caballero ejemplar lo que -asumo sin temor a equivocarme-  le suma puntos extras con sus conquistas. Me abrió la puerta del carro con la elegancia de un felino y después subió él junto a mí. 

Ahora ambos estamos sumidos en un silencio un tanto desagradable. Probablemente porque ninguno sabe cómo actuar.

--Entonces-- me animo a hablar por fin-- ¿Dónde vamos?--

--Esperaba que tú decidieras, Roma-- Luce tranquilo y no quita su vista de mí en ningún momento. Me pongo nerviosa

Él me pone nerviosa  

La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Ay barrio hispano
Barrio de bravos señor

De repente todo mi cuerpo deja de responderme, y gracias a Dios, estoy sentada porque de lo contrario estaría en el suelo ahora mismo. Las mejillas me arden sin ningún tipo de piedad y ¡Cielo santo! Lo único que está es mirarme profundamente. Pero al mismo tiempo de no ser más que una mirada inocente, es como si quisiera averiguar algo dentro de ellos. 

Me perturba... pero no en el mal sentido

Hijo de puta, ¿por qué me hace dudar de mí?

La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Una novela cafquiana, estilo callejón

--A la playa--Suelto sin pensar y solo con la intención de que deje de observarme con tanto cuidado. Cosa que no resulta muy bien, porque ahora su seño se frunce y su mirada no me deja, solo pasa a ser una mirada diverticonfundida 

Esa palabra no existe

¿Qué sabes tú? Cállate

--Si sabes que la playa más cercana está a 90 minutos ¿Cierto?--

Mierdaaaa. No. Obviamente no lo sabía o más bien no le recordaba

--Por supuesto que sí ¿Quién me crees? Je je-- Al enemigo ni aguas, señores, ni aguas. 

--Quién lo diría, Roma-- Habla con su inigualable aire de arrogancia-- Si querías tenerme para ti sola, me lo hubieras dicho sin más-- Me guiñó el ojo. ¡Me guiñó el ojo a mí! Dios paciencia.

--Sabes, mejor vamos a comer hot dogs con mucha mostaza--  Intenté en vano cambiar el destino, y como lo supones sí, fue en vano. El auto comenzó a moverse en una sola dirección: la costa.

--Antes nos vamos a desviar solo un poco para comprar algunas cosas, cariño-- 

Sonrío apretando los labios y con los ojos chinitos mientras miro por la ventanilla esperando a que él no se dé cuenta... pero contra mi voluntad ¡Siempre en contra de mi voluntad!

La Admiradora Del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora