Capítulo 40: Canción de amor

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V- Luciel esta tratando de rastrear el teléfono de tu amiga Jaehee, estará bien no te preocupes, las encontraremos a ambas.
Zen- ¿Qué fué lo que te dijo?
Jaehee- no llegó a darme ningún detalle, solo dijo que había encontrado a Mc.
Yoosung- ¿Te dijo dónde estába o algo que sirva para encontrarlas?
V- deveríamos dejarla tranquila Yoosung, Jaehee está muy nerviosa en estos momentos no es necesario interrogarla en este ahora.
Jaehee- no, está bien. No llegó a decirme donde estába, solo se cortó la llamada. Intenté llamarla algúnas veses pero no contestó.
Yoosung- ¿Estás segura que no fué solo coincidencia? Tal vez se agotó la batería de su teléfono o algo así.
Jaehee- no, llamé a Sola y dijo que no se presentó a trabajar. Llamé a su casa y tampoco estaba. Algo le paso estoy segura.
V- tranquila, no llore. Como le dije hace un momento Luciel se está ocupando en este momento. No hay que perder la fe.

Dos horas antes.

Erica- Jaehee la encontré.
Jaehee- ¿De qué hablas?
Erica- Mc ella está...

Una sombra se acercó desde atras y golpeó con fuerza su cabeza con un jarrón que tenía a la mano cerca de el. Se encontraba fuera cuando vió entrar por el sótano a una muchacha de cabello rubio. Se acercó sigiloso por detras, los había descubierto, sea quien fuese esa muchacha, sabía que la linda mesera estaba encerrada en una de las habitaciones de ese edificio. Kuon la sostuvo para evitar que cayera al suelo, la tomó con algo de dificultad en brazos y la llevó a la habitación donde Mc y Sarah se encontraban.

Sarah- ¿Qué diablos haces?
Kuon- tenémos visitas, esta chica te estába siguiendo. ¿Eres estúpida?
Sarah- cuida tus palabras maldita rata, no olvides con quien estas hablando.
Mc- ¿Erica?
Sarah- así que la conoces.
Kuon- estuvo a punto de decirle a alguien en donde estaba, pero no te preocupes ya me encargué de destruir su teléfono para que no puedan rastrearnos.
Mc- dejenla ir por favor, ya me tienes a mi aquí ella no vale para ti por favor.
Sarah- eso no será posible. Diablos, todo se está complicando. Tu, atale de manos y pies y que esté alejada de la otra. Te veo en la sala ya tenémos que terminar con todo este jueguito.
Mc- ¿Qué vas a hacernos?
Sarah- no tengo intención de hacerle nada a tu amiguita, en cuanto a ti aún no lo decido tendrás que esperar y verlo por ti misma.
Kuon- ¿Qué harás?
Sarah- por el momento es hora de pedir el dinero para el rescate ¿No te parece?
Kuon- ¿La dejarás ir? Hisimos un trato.
Sarah- si si lo se, tranquilo mi amigo, podras jugar con ella mas tarde.

Actualmente

707- lo siento, no puedo hacer nada, la señal de su teléfono solo desapareció.
Jumin- ¿Cómo es posible?
707- su teléfono, seguramente lo destruyeron.
V- Jumin, Luciel ¿Encontráron algo nuevo? ¿Saben algo sobre Mc o esa chica Erica? Jaehee está realmente muy conmocionada, Jumin le pedí a Zen que la llevara hasta su casa. Tal vez debí consultartelo ella es tu asistente después de todo.
Jumin- está bien.
V- deverías irte tu también.
Jumin- no puedo hacerlo.
V- yo me quedaré en tu lugar supervisando todo junto con Luciel. Si hay novedades serás al primero que llame. Necesitas descanzar y alimentarte correctamente mi amigo.

Estába cansada como nunca antes lo había estado. Al llegar a su departamento acompañada de Zen estába tan distraída que ni siquiera se percató de tener la gentileza de imvitarlo a tomar un café. Ahora estába tirada en la cama a oscuras en su habitación, estába triste y desconcertada de cierta manera. Su angustia no se debía a que su compañera y amiga estaba desaparecida hace ya cuatro días, estába preocupada por ella pero nunca creyó sentirse de esta manera tras la desaparición de Erica. Lágrimas caían de sus ojos hinchados de tanto llanto mientras con sus auriculares puestos escuchaba en su celular las canciones de uno de los musicales de Zen que tenía guardada en su playlits. Un vacío era lo único que podía sentir en su pecho, el aire parecía faltarle y entonces se dió vuelta en la cama y miró una fotografía que tenía puesta en su mesita de noche. Miró la foto de sus padres algúnos minútos y cerró sus ojos para consentrarse en la letra de la canción que en ese momento estába escuchando. La melodía era dulce, suave y la letra era triste. Un amor que florece poco a poco pero que al final solo se vuelve caos, un amor prohibido, familias enfrentadas y el anelo de los amantes separados. Triste así se sentía, era tal vez algo más que solo un simple cariño o afecto lo que le producía esa mujer de cabello rubio y hermosa sonriza. Habían cautivado su corazon, siempre creyó que si había una persona a la cual le entregaría su corazon sería a Zen, en algún momento en su relación cuando recién se habían conocido creyó quererle más que como una fan, como alguien que le admira de lejos, pero esta noche estaba mas que claro que no solo el no era el dueño absoluto de sus pensamientos si no que ni siquiera era un hombre el que le había cautivado. En este momento ya no era necesario poner una mascara para tapar su sentir, estaba sola en su habitación en la penumbra de la noche acompañada solo por algúnas estrellas, era una noche tan triste sin la luna mirandola de lejos. ¿Por qué mentirse a si misma cuando las lagrimas lo decían, todo lo que se propuso callar. Recordo la cena que ambas compartieron hace tan solo algunos días.

Un hombre llamado Jumin Han Donde viven las historias. Descúbrelo ahora