Capitulo 2

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Rara vez continuas un sueño, si es asi, no lo dejes ir.

La cafetería de la universidad se encontraba aglomerada como de costumbre, por alguna extraña razón los estudiantes de otras facultades elegían ésta para almorzar.

¡Odiaba las multitudes!

Desde pequeño me incomodaba socializar, sin embargo, cuando entré en la universidad me tocó hacer una excepción, debía socializar para poder adaptarme a mi carrera, incluso me había animado a compartir mi música con otras personas.

A lejos, en una de las mesas situadas en la esquina visualicé al resto de amigos, Maik y Joel, ellos junto con Andrew me habían convencido de tocar en el lugar donde trabajamos.

El bar.

El sueño.

La chica.

Miré en todas las direcciones en busca de su rostro.

- Sigues actuando raro - me cortó de inmediato Andrew

- solo busco un conocido - me encogí de hombros para restarle importancia.

- ¿Que pasó con lo de "evitar el contacto visual"? - dijo mi amigo citando mi frase habitual.

Nuevamente me encogí de hombros, no era un hombre tímido, pero no me gustan entablar nuevas relaciones ni dar explicaciones, no confiaba en todo el mundo, la psicóloga de la facultad asegura que yo oprimía mis sentimientos debido a la ausencia de mi padre.

- ¡Hey! - saludó Joel mientras que nos uniamos a la mesa, sus lentes resbalaban por el puente de su nariz como de costumbre.

- Hola Chicos - los saludé a ambos - lo de anoche fue jodidamente una locura - los reprendi recordando la cerveza que había tomado cada uno sin permiso, por esta razón podríamos perder el trabajo.

- ¡Ay ya abuela! - se quejó Maik - él era parte del grupo y de la banda y tenia una gran personalidad en el fondo, pero la mayoría de las cosas las queria resolver con más problemas.

El transcurso del dia fue común, un dia más de universidad y estés, al salir, yo no dejaba de darle vueltas al asunto de las cervezas "robadas".

Temía que nos echaran del lugar por esto, si perdía este trabajo se me haría casi imposible cumplir mi sueño.

- Dile a los chicos que no pasen por mi esta noche, los veré alla - le dije a mi amigo Andrew, él sólo asintió y se marchó en su bicicleta.

El único que tenía auto era Maik, definitivamente el universo le otorga las cosas a los mas irresponsables.

En fin, hoy tenia que ir temprano al bar, queria asegurarme que lo que ocurrió en el sueño, no sucediera de verdad.

Me dirigí hasta la casa, dejé todas las cosas y comí, por suerte la casa estaba sola, evitaria otro sermón de parte de mi madre.

Miré el reloj, eran las 6:28 de la tarde aún tenia tiempo para una siesta antes del irme al restaurante.

Sudor

Estaba sudado de tanto correr por la ciudad, no sabia exactamente porque lo hacia, estaba seguro de que nadie me estaba siguiendo, la noche ya había caído.

¿Hoy no iría al trabajo?

Ah cierto, fui despedido y suplantado por una chica

Me detuve y observé a la distancia el parque de diversiones que quedaba unos cuantos metros de la casa

Me dirigí hasta ahí, algo me decía que tal vez podía pasarla bien.

El sonido de mi celular me hizo despertar con el corazón agitado.

¡Mierda!

Lo tomé para silenciarlo y en la pantalla vi un mensaje de mi hermana mayo Tamara, quise contestar y al ver la hora me sobresalté.

Será mejor que me de prisa si quiero llegar antes que los chicos.

[...]

Entré con mi cabello pegado a mi frente y las gotas de sudor recorriendo mi rostro, transpiraba por todos los poros de mi cuerpo y mis pulmones luchaban por llenarse de aire, habia tenido que correr hasta aqui para poder llegar antes.

Se encontraba igual que siempre, exactamente igual que en mi sueño, incluso tuve un _deja vû_ esperaba verla ahí, de espaldas en el escenario, pero no fue asi, todo esta normal.

- ¿Te caiste de la cama? - preguntó Michel, la camarera.

Torcí mi boca y suspiré rendido dejando mi guitarra en una esquina.

- Alper - me llamó Félix el dueño del lugar - ven a mi oficina.

El corazón se me agitaba desbocado pero me las arreglé para recuperar la compostura.

- ¿Si? - pregunté una vez que entré.

- Seré directo - típico de él - ¿Ustedes tomaron unas cervezas del bar anoche? - preguntó.

En definitiva este viejo no tenia ni un poco de tacto para decir las cosas.

¿Ahora que hago?

¿Lo niego hasta el final?

- Eh...- balbuceaba mientras pensaba que decir - sí - dije al fin - lo lamento, yo las pagaré - concluí. Típico de mi.

El me escrudiño de abajo arriba y luego asintió - que no se repita.

Salí de la oficina y suspiré aliviado de no haber sido despedido.

- Alper, es hora - me dijo Andrew mientras se sentaba detrás de la bateria, aun no llegaba nadie pero siempre practicabamos al menos cinco minutos.

Aquí comenzaba mi labor.

Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora