Capitulo 9

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Una oportunidad nueva significa sueños nuevos.



Me levanté tambaleándome del asiento del autobús y comprobé lo que me decía Danna, efectivamente me había pasado de mi parada.

- ¡Señor déjeme aqui! - grite en desesperación rompiendo mi timidez, debía llegar a casa y descansar un poco.

- no te dejará bajar hasta la próxima parada - me interrumpió Danna haciendo crujir nuevamente sus papas fritas de bolsa, la miré y volví a tomar asiento a su lado.

¡Ahs!

Pase mis manos por mi cabello y pensé en todo lo que debía caminar para llegar hasta mi hogar pues no cargaba ni un peso más.

- ¿Te sientes bien? - la voz femenina y dulce de mi compañera cortó mis pensamientos.

- eso creo - contesté bostezando

- puedes ir a mi casa si quieres y tomar un descanso - invitó.

Ya va ¿Qué?

La mire desconcertado - ¿Que clase de chica eres? - ella batió su rulos color ladrillo mientras negaba y torcía sus ojos claros - ¿Quién invita a un desconocido a su casa?

- no es una casa en realidad, es una fraternidad genio - contestó como si fuese lo mas obvio del mundo.

- ¿Y? - contraataqué - te podría persuadir de tal manera hasta que te asesine en tu propia habitación - le expliqué paranoico.

- te cuesta pedir permiso para ir al baño Alper - soltó un pesado suspiro - estoy segura que no me harías daño.

Que mal estaba esta niña.

Fruncí mi ceño aún más - ¿De qué demonios estas hablando mujer? ¿Acaso no ves ID? Los peores asesinos seriales son las personas tímidas.

- ¿Eres un asesino serial? - preguntó tomándome por sorpresa.

- ehh...no, pero... - me cortó inmediatamente.

- entonces es suficiente para mi, vamos me bajo en la próxima - ordenó poniéndose en pie limpiando sus labios con sus mano derecha, retirándo todos los granitos restantes de las papas.

¡Joder, no entendía como seguía viva!

- ¿Eres feminista Danna? - pregunté curioso mientras nos bajamos del autobús y caminabamos en dirección a una de las calles mas solitarias de la ciudad.

Ella dedicó una mirada rápida en mi dirección - no lo sé, sólo estoy de acuerdo con que se implemente la igualdad para todos, sin importar el género, color, posición social...

- estas mal niñita - solté sin pensar - no todos son como tú, no todas las personas quieren a todo el mundo Danna, si sigues depositando tu confianza en extraños alguien te podría lastimar - la reprendí como si fuese su madre.

Ella rió - es aqui - explicó cuando nos detuvimos en un portón de rejas extremadamente grande de color rosa 

- no entraré ahí - le expliqué ajustando mi mochila sobre mi espalda y siguiendo mi camino, pronto escuché unos pasos tras de mi.

- ¿Entonces por qué llegaste hasta aquí? Hasta te desviaste de la vía principal - hablo de nuevo posicionándose a mi lado.

- sólo me aseguraba que no recogieras vagabundos para llevarlos a tu casa - bromee mientras regresabamos por donde vinimos.

Ella se detuvo y soltó un bufido - idiota - le oí murmurar, me di vuelta y ví sus definidos rulos brincando debido a la rapidez con la que regresaba al portón.

- ¡Gracias extraña! - grite no tan fuerte, sólo lo suficiente para que ella pudiera oírme.

Sacó su dedo del medio haciéndome reír y luego entró en donde se suponía era la fraternidad.

¡Esta chica estaba loca!

Oh mi querida Danna, no sabes nada de la vida.

De repente recordé mi sueño.

Por alguna extraña razón me sentía tonto te estar regresando.

¿Que de malo tendría hablar con una chica?

¡Una real!

Chasquee la lengua y siendo consumido por el cansancio caminé de vuelta hacia Danna.

- ¡Oye! - grité desde el portón mientras  ella se dirigía a la entrada principal de una gran casa. Se dió vuelta y me miró confundida con sus mejillas coloradas - ¿Dejarías entrar a este vagabundo?

Me sonrió mientras caminaba hacia mí.

Mi corazón latía veloz.

Que sonrisa.

Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora