Capitulo 7

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Hay cosas que son mejores guardadas en secretos ó en sueños.


Miranda...

Era ella una vez más, mi cerebro ya había familiarizado su cuerpo, su olor, du cabello oscuro cayendo en suaves ondas, ansiaba verla.

- hola - susurré mientras daba pasos dudosos hasta ella, se encontraba de espaldas a mi, sentada sobre un columpio, meneando suavemente sus piernas hacia adelante y luego de regreso.

Parecía no escucharme, asi que tome asiento en el columpio que se encontraba libre a su lado.

Miré su vestimenta, llevaba un blusón largo de color rosa, unas converse de color negra y listo, esa era todo du outfit y aún así se veía hermosa.

Bueno, yo la veia hermosa.

Subí mi vista con lentitud imaginando el color de su ropa interior, hasta que finalmente mi mirada choco con su hermoso rostro, estaba sería, sumergida en sus pensamientos mientras miraba hacia el frente.

Hice lo mismo y detalle nuestro entorno, aquellos columpios viejos y deteriorados era lo único que se encontraba en medio de aquel caos, en algún momento tuvo que haber sido un parque para niños, pero ahora solo de encontraban cenizas y chatarra en su lugar.

Dejé de observar, temía estar en el lugar donde nos encontramos, parecía ser el mismo parque al que mi padre me traia cuando niño, sólo que ahora estaba destrozado igual que mi alma, igual que los recuerdos profundos y dolorosos.

- Alper - saludo ella después de un rato largo de silencio incómodo. - ¿Me extrañaste? - preguntó, claramente era sarcasmo pero en su rostro no había diversión como en las otras ocasiones.

- La verdad no - mentí.

Ella me miro a los ojos dejándome ver nuevamente sus embriagadores ojos café, intensos y cargados de una energía misteriosa. De sus ojos bajé hasta sus labios, y los observé unos cuantos segundos imaginando su sabor.

¿Que carajos me pasaba?

No conocía a ésta mujer.

- ¿Te gusta este parque? - cuestionó ella después de girar su rostro hacia el entorno, otra vez.

¿Estaba soñando?

- ¿Por qué me haz traído aqui? - solté.

Ella sonrió con ironía, soltando un pesado suspiro - ¿Eso que significaba? El lenguaje femenino es tan complicado.

- por favor dime - supliqué al ver que ella no respondería.

- yo no te he traído aquí, tú haz venido por tus propios medios - me dijo ella - ¿Acaso no lo ves? Este es tu lugar.

- ¿Mi lugar? - repetí.

¿Que mierda?

Miré otra vez el lugar, no sólo habían cenizas, ahora emanaba una horrible fetidez.

Me levanté del balancín y entrecerré mis ojos para enfocar mi vista hacia una silueta distante.

Ella también se puso en pie y entrelazó nuestras manos, haciéndome sentir una adrenalina correr por mis venas - anda, alguien quiere verte - dijo con du voz suave.

Soltó mi mano y comenzó alejarse, queria gritarle que no se fuera aún, tenia muchas preguntas por hacerle, mis piernas se movían involuntariamente en dirección a la silueta desconocida.

¿Qué estoy haciendo?

¡No quiero caminar ahí, quiero ir trás Miranda!

Quería voltear y mirar en su dirección pero una pesadez sobre mi cuerpo no me lo permitía, mi cuerpo parecía controlarse solo.

Una vez que estuve cerca de la figura pude vislumbrar que era un hombre de estatura media, igual que la mia, se encontraba de espaldas y su cabello estaba cubierto por muchas canas.

- ho..hola - saludé tartamudeando.

El hombre comenzó a girar lentamente.

¡Mi padre!

Tenia frente a mis ojos al ser que más extrañaba y él me miraba con una profunda tristeza.

- oh... papá - sollocé queriendome acercar a él para abrazarlo, pero una fuerza invisible me lo impedía. - te extraño - murmuré entre lágrimas.

- hijo - su voz igual al de siempre, áspero y fuerte  - hay cosas que son mejores no saberlas.

¿A qué de refería?

- ¿Papá? - hablé fuerte mientras comenzaba alejarse y se distorsionaba con todo lo demas - ¡PAPÁ! - grité.

Desperté con un grito ahogado atorado en mi garganta, el sudor cubría mi frente, y el dolor instalado en mi pecho me traía de vuelta a la realidad.

Fue sólo un sueño.

Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora