Capítulo 12

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Todo en mi vida está de cabeza.

El cabello color caoba de mi hermana me daba la espalda, un emoción comenzó a invadir todos mis nervios, no la veía desde que papá se había marchado hace dos años, ella estaba en su etapa de rebeldía adolescente y con la llegada de Peter no bastó más que un par de dias para que ella abandonara nuestro hogar, dejándome solo.

Se había hecho un corte, pero su cabello seguía siendo su cabello, la notaba más alta que la última vez que la aprecié - Hola Tam - saludé en un susurro casi inaudible, ella se dió vuelta y dejó sobre la mesita el retrato con la fotógrafia familiar que tenia sobre sus manos, me miró como si apenas hubiese transcurrido un minuto desde que se fue.

- hola moco - contestó ella tambien en un tono de voz suave, sus ojos azules como los mios, preciosos como el mar y si profundidad, siempre estaba sin maquillaje, le gustaba ser natural en todos los sentidos, cosa por la cual mi padre siempre la reprendia.

» tú eres la niña Tamara, tu hermano es el que debe ser masculino - decía papá lanzandonos una mirada desaprobatoria. Solía recordarnos muy a menudo que todo en su vida estaba al revés, incluso sus hijos, pues un niño tímido y una niña ordinaria, no era lo habitual.

- ¿Sólo te vas a quedar ahí observándome? - rompió ella el silenció, cortando mis recuerdos.

Me encogí de hombros - tu eres la niña Tamara - repetí las mismas palabras de mi padre.

Ella sonrió con nostalgia y rompió la distancia que nos separaba para luego fundirnos en una abrazo de hermandad.

Ya no sabia que más decir, ni qué pensar, sólo acepte su afecto.

- ¿Vamos? - preguntó ella separándose de mi.

- ¿A dónde? - cuestioné curioso.

- a ponernos al dia. - dicho esto salió de la casa.

Me apresuré hasta mi habitación y me di una ducha rápida, mientras me cambiaba com velocidad apareció mi madre en el umbral de la puerta.

- ¿Estas emocionado no es asi? - preguntó.

- ¡Claro! - contesté sin pensar - ¡Tamara ha vuelto mamá! ¿Acaso no te alegra?

Ella me dedico una sonrisa no tan sincera y asintió - por supuesto que si - dijo - pero sólo quiero que no te hagas ilusiones, ella no vino para quedarse. - suspiró con cansancio - sabes que no le gusta ésta familia.

- en realidad no gusta es de tu nueva pareja y de lo rápido que sustituiste a mi padre - las palabras salieron de mi boca sin ser procesadas por mi empatía.

Su rostro se desencajó y me miró dolida - algún día sabrás que todo lo que he hecho es por tu bien -  me dijo y luego de marchó, me sentí arrepentido y culpable de inmediato, son embargo no la seguí, esperaré hasta la tarde para disculparme con ella.

Salí de la casa y tamara me esperaba sobre una motocicleta, olvidé mi culpa y se me infló el corazón de emoción.

- ¿Es tuya? - pregunté asombrado.

Ella me tendió el casco - ¿Tu que crees? - me subí sin esperar y juntos empezamos a dirigirnos al parque central.

[...]

- ¿Dónde has estado todo éste tiempo Tam? - me arme de valentia para preguntarle después de un rato hablando de cosas sin importancia. - ¿Quien te ha cuidado?

Ella se encogió de hombros - he aprendido a cuidarme sola - respondió - ¿Quieres helado? - preguntó ella ahora cambiando de tema. 

- no evadas mis preguntas - le pedí.

Ella resopló fuerte, como quién es obligado a revelar un secreto.

- todo este tiempo he estado con nuestro padre Alper.

Dijo finalmente.

Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora