El aire se vuelve denso cuando escuchamos una mala noticia, no sé si es algo que tiene que ver con mi cerebro o que maneja el exterior, yo sólo sabia que no habia sido para nada fácil escuchar esas palabra, mi padre se estaba muriendo y yo había perdido tiempo, un tiempo valioso con él, sabia perfectamente que no era mi culpa, él habia decidido alejarse por cuenta propia y aunque todavia no sabia las razones pero estaba seguro que fuese la que fuese no justificaba arrebatarme el derecho de pasar tiempo con el, sus últimos años.
Lloraba de frustración y rabia mientras veía a Tamara alejarse, luego que me dijo esas palabras ni siquiera me miró a los ojos cuando cuestioné sus palabra y le exigí una explicación.
Asi que me quede ahí, de pie en el parque desconcertado, sin saber que hacer, por inercia caminé hasta la única persona que me escucharía sin juzgarme.
***
Ella soltó un pesado suspiro, luego lamió sus labios, como si saboreara las palabras que diría a continuación - no sé ni que decirte Alper - sonreí porque yo tambien me sentia asi.
- lo se Danna, ni yo se como reaccionar - le dije coincidiendo con ella.
- ¿Ya sabes dónde se encuentra él? - preguntó, me había tomado por sorpresa su interrogación, con todo lo que tenia por asimilar ni siquiera se lo pregunté a Tamara.
- la verdad no, al menos no con exactitud - dije.
- bueno deberias empezar por ahi, buscarlo e indagar la razón por la que se fue, él es el único que podrá darte todas las respuestas que necesitas - aconsejó - y... También seria bueno que pasaras todo el tiempo que sea necesario a su lado, asi tengas rencor en el corazón es algo que debes hacer, sino lo haces te culparas toda tu vida por ello.
La miré a los ojos entendiendo a la perfección sus palabras, debía dejar de lado mia intereses y pensar en los de mi padre. Debía darle una oportunidad.
- acompáñame - dije sin pensar en el peso de mi petición.
Ella abrio sus ojos de par en par - ¿Y la universidad? No puedo dejarla - sólo eso dijo, sabia que ella sería la única persona que tomaría este riesgo conmigo, salir del país y enfrentar a mi padre no era algo para lo que estaba preparado y aunque se supone que esto era lo que más deseaba, las circunstancias habían cambiado notablemente.
- solo serán un par de semanas - le dije restándole importancia - podemos asistir a la última clase de interpretación de sueños, presentar el examen y viajar la próxima semana, vamos chica no podré hacer esto sólo.
Sus mejillas parecieron tomar un tono rojizo - de acuerdo - aceptó sonriendo abiertamente.
Le sonreí de vuelta - sabia que eras la única que aceptaría - dije mientras la abrazaba por primera vez, aspirando su embriagador aroma.
Sin duda sera un viaje que traerá cambios a mi vida.
***
Al llegar a casa mi madre no estaba, lo agradecí internamente y me escabullí en mi habitación para descansar de toda la impresión de hoy, mañana será otro dia con nuevas cosas en qué pensar.
- Asi que sigues haciendo las cosas sin planearlas ¿No? - preguntó ella mientras ojeaba un libro del otro lado del estante de la librería, si rostro estaba un tanto borroso, pero sabía que era ella, Miranda.
- ¿A qué te refieres? - respondí a su pregunta con otra pregunta cómo los idiotas.
- sigues actuando sin pensar - repitió lo mismo pero de distinta forma - ¿Crees que hacer ese viaje responderá tus preguntas? - continuó - ¿No pensaste que en lugar de eso tal vez pueda agravar tu situación?
- ¿Ver a mi padre empeorará mis problemas? - la incredulidad era notable en mi tono, quise rodear el estante y estar frente a ella para mirara mejor, tantos libros me lo impedían.
- creo que deberás averiguar tú solo - dicho esto cerró el libro con fuerza y me miro, apenas pude ver nítidamente sus hermosos ojos color café cuando me miró fijamente - sólo te daré un consejo - bajo su tono de voz - no introduzcas a alguien en tu confusión.
¿Se refería a Danna?
Cuando quise preguntar ya no estaba ahí, y al segundo yo tampoco.
Desperté cuando la luz del sol se filtró a través de mi ventana.
¿Otra vez jugando conmigo Miranda?
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Ladrona De Sueños
Fantasia- ¡No te vayas! - Rogué. - debo hacerlo - susurró ella mientras soltaba mi mano con suavidad. - ¡¿Por qué?! - sonó más como reproche que como una pregunta. - porque es hora de que despiertes.