Huir

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Lo primero que busca antes de despertarse, es el calor de otro cuerpo a su lado, pero solo siente sábanas arrugadas y hasta un lugar cálido en la cama.

Pero no hay rastros de Yoongi.

Busca un trazo del olor del Omega en la almohada y en las sábanas, y oh Dios, se siente tan caliente de nuevo cuando el aroma le hace recordar todo lo que le hizo a Yoongi en la noche e inconscientemente sonríe.

Después escucha ruido en su baño compartido, y decide ver la hora antes de levantarse, agarrar unos pantalones y seguir su camino hacia el.

Todavía es temprano, el sol apenas está saliendo y la habitación se ve iluminada débilmente.

Yoongi está recargado en el lavamanos, solo lleva puesta una de sus camisas, pero no voltea, solo lo ve entrar en el reflejo del espejo, ningún rastro quedaba del sensual Yoongi que había presenciado ayer, hasta aparta la mirada del torso desnudo de Seokjin, como si no lo hubiera visto y tocado el día de ayer.

Aquí viene... Yoongi ya puede sentir tantos nervios que sus manos se ponen frías, se lleva un pulgar a su boca y empieza con su hábito de morder la piel alrededor de su uña.

No sabe cómo va a reaccionar el Alfa ahora que sentía su racionalidad volver a surgir y dejar a su lobo en lo más profundo de su mente y de nuevo tener esa conversación sobre por qué Yoongi había entrado en celo a pesar de los supresores.

De repente abre los ojos, había querido que Seokjin fuera el primero en hablar, pero algo lo lleva a hacerlo primero.

–H-hyung tú...– a Yoongi se le sigue dificultando terminar las oraciones, todo esto se le hace tan vergonzoso y estaba apenado por sus acciones de anoche –. t-tu...

–No, escucha...– Seokjin trata de tranquilizarlo.

–Por que la vez pasada Taehyung me dió unas pastillas y que tal si...– Yoongi para de golpe su discurso y se tapa la boca cuando se percata de que acaba de decir en voz alta lo que los dos habían estado de acuerdo en no nombrar.

Pero Seokjin no se enoja, o reconoce que acaba de decir.

–Yoongi, y-yo... tenía protección ¿Ok?

Y Yoongi sabe que quiere decir el Alfa, y no sabe cómo pudo hacerle esto a Jin.

–Yoon-

–Hyung perdoname yo...– el nudo en su garganta no lo deja seguir.

Agarra sus pantalones y pantuflas que se encuentra, pasando de largo a Seokjin sale del baño y rápidamente se viste como puede, siente sus ojos arder con lágrimas no derramadas de vergüenza y miedo.

–Esta bien.

–¡No! ¡No está bien! tu no tienes la culpa de que yo sea un...

Un Omega necesitado que no puede controlarse.

Yoongi no quería estar ahí, y se odia por siempre querer huir de lo que no puede controlar, y empieza a hiperventilar, pensando que otra vez está pasando lo de antes, tiene el mismo sentimiento que le había sacado unas lágrimas el día de ayer, antes que había comenzado su celo.

El solo había provocado a Seokjin.

De camino a la puerta ve la evidencia de lo que pasó anoche, el vestuario del mayor y las suyas por toda la habitación, le hacen recordar cómo ahora había otro lugar al que le han llamado casa en dónde Seokjin y él se habían dejado llevar.

Siente un fuerte agarre en su muñeca, Seokjin lo quiere jalar hacia él, pero Yoongi lucha para que no se logre su cometido, pero cuando siente un fuerte jalón Yoongi casi pierde la batalla.

Inesperado | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora