Capítulo 22

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Nairobi POV

Hoy rescataríamos a Mónica, aunque sería una de las misiones más difíciles, debido a que estaba en una cárcel psiquiátrica. 

-¿Y qué coño hace esa en un loquero? ¿Está...? - Saray hizo el típico gesto que hacen los niños pequeños, para expresar que alguien esta ido, de girar el dedo índice sobre un eje en la sien.

-No, solo que la toman por loca por haberse enamora'o - dijo Denver algo molesto por el comentario de la chica. - que ella no tiene ni síndrome ni na'.

-Basta, Denver - lo cortó Lisboa. Él reaccionó llevándose las manos a la cara, y es entonces cuando me di cuenta de la ausencia de Cincinnati. Seguramente ya lo habían llevado a alguna familia de acogida, y no le dejarían tenerlo a la pareja. Tal como me había pasado a mí, y posé una mano sobre la espalda de quien fue uno de mis mejores amigos durante el atraco.

Flashback

-¿Quién le ha - no oímos lo que decía el resto de la frase, dada a la comida que llenaba la boca de Denver, pero parecía cabreado. Nosotros, de todas formas, reímos al verlo escupir la comida que yo había cocinado en la servilleta. - ¿que quién le ha echa'o cebolla a la paella? - terminó de preguntar por fin.

-Yo, yo le he echa'o cebolla a la paella. ¿Qué pasa?- contesté aún intentando contener la risa.

-Nairobi, tía, que esto no es un guiso. Que no se le echa cualquier mierda que se pilla en el frigorífico, qué asco.

-¿Qué pasa, que ahora tienes el morro fino tú, o qué? - le vacilé.

-Pues sí, pa' la paella sí, porque la paella es algo sagra'o, ¿me entiendes? Yo me pongo delante de ella y me santiguo. - empezó a dibujar una cruz en el aire - pum, pum, pum, pum... Espero que sea una obra de arte porque...

-Bueno, pues te haces un bocadillo y le rezas al bo- bromeó Moscú.

-Eso, o haz una paella tú pa' to'l mundo - le di la razón a su padre.

-Pa' hacer paella se requiere mucho tiempo - intentó argumentar el joven, no exitosamente.

-Mira, el mismo que moja las patatas fritas en cerveza - me reí de su invención.

-Está buenísimo - contraatacó él acercándose cada vez más.

-Sí, tú sí que estás bueno - le dije de bromas y me apuntó con un dedo, haciendo como que me amenazaba. - se marchó a la cocina a por quién sabe el qué y los demás seguimos riéndonos de chorradas.

Al rato volvió y me abrazó con ambos brazos, y me fijé en que traía un bocata de jamón entre manos. Me lo acercó a la boca, invitándome a comer un trozo.

-Nada que tenga cara, ¿recuerdas? - dije refiriéndome a que era vegana.

-Ah, sí perdón. - sus disculpas fueron sinceras - cómete tu paella con cebolla - me molestó para rematar. Yo le di un empujón suave en el hombro, y así volvió a su sitio.

Terminamos de comer, y él y yo nos encargamos de recoger los platos. Ya estábamos terminando cuando se acercó, y en tono de burla preguntó:

-Oye y... ¿eso de que estaba bueno lo sigues pensando? - se levantó la camiseta dejando ver sus marcados abdominales.

-Claro, claro - reí. Se acercó a mí y puso morritos esperando a un beso por mi parte, así que lo complací y le di un muy ligero pico, haciendo que los dos estalláramos de risa. Supimos desde ese momento que nos llevaríamos bien. Luego fuimos cada uno a su habitación.

Fin del flashback

Por razones obvias, a aquellas alturas no podía permitirme darle un pico a Denver, pero lo reconforté con un abrazo que él me devolvió.

Todos se fueron a preparar las armas para el rescate del furgón de Alicante, donde tendríamos que viajar para poder salvar a mujer de rizos rubios. Nosotros viajaríamos en una furgoneta negra, otra diferente a la de la última vez, para no ser rastreados. Mientras todos acababan de organizarse, yo estaba con Saray, quien seguía tumbada en la mesa,y a quien le acababa de cambiar la venda de la herida.

-Oye... Quédate conmigo... - pidió en un tono leve, y la voz algo rota - así me haces compañía y... - me agarró de la camiseta y me dio un beso.

-No puedo, tengo que ayudar al profesor, se lo debo. - la acaricié finalizando el beso.

-Pero, joder... lo va a entender el friki ese, ¿no?

-Saray, escúchame. Cuando salgamos de esta, tendremos todo el tiempo del mundo para estar juntas, ver crecer a los niños y todo lo que quieras, pero ahora... Ahora tenemos que centrarnos.

-Hablas de ese futuro como si fuera algo irreal, ¿es que te vas solo para estar con el gordo? - me vi severamente ofendida ante su suposición tan acelerada. ¿Cómo coño podía decir eso después de todo lo que había pasado entre nosotras?

-No vuelvas a decir nada parecido - la callé, intentando no salirme de mis casillas.

-¿Pero es verdad o no que le sigues teniendo cariño?

-Pues claro que le tengo cariño, ¡lo conocí mucho antes que tú! - ya me había enfadado, así que no me guardé mis reproches. Ella soltó una risa irónica.

-Bueno, pues ve. Ve con tu amor - me hizo una peineta y yo negué achinando un poco los ojos; odiaba cuando tomaba ese papel de celosa tóxica, sobre todo porque sabía que en el fondo ella era una buena persona, pero con una ideología impuesta.

Nos subimos a la furgoneta, con Lisboa al volante.

-¿Qué pasó? ¿Ya se enfadaron las noviecitas? - se metió conmigo Palermo al verme de morros.

Yo lo ignoré, porque sabía que sería la mejor opción. No había nada que hacer con aquel hombre, era un caso perdido. El viaje nos tomaría unas horas, y la misión entera, el día completo, así que fui mentalizada de no pensar mucho en la disputa de la mañana.

Saray POV

Se me quedó mal sabor de boca después de haber discutido con Ágata porque no solíamos hacerlo. Aunque yo era muy de meterme en peleas, y en cosas parecidas, su actitud era más pasiva, así que, pese a tener desacuerdos, no era habitual molestarnos por cosas así.

Me aburrí como una ostra durante el resto del día; y es que no había absolutamente nada que hacer en aquella dichosa caravana. Si quería agua, tenía que levantarme, y me dolía. Si quería comida, tenía que levantarme, y dolía. Si quería ir al baño, tenía que levantarme, y dolía. Todo era un loop así.

Al final, me harté. Había insistido a mis compañeros en que la ayuda sería innecesaria, y eso creía, pero debías ser más fuerte de lo que creía para alcanzar un vaso de agua. Me levanté de la cama, puse un pie en el suelo y me derrumbé, retorciéndome del dolor.

Entre rejas ~ NairobixSarayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora