Entre rejas ~ NairobixSaray

Capítulo 4

Nairobi POV
Al sentir el tacto de una mano tras mí, giré levemente la cabeza para averiguar de quién se trataba. Era Saray, que me estaba mirando con una fingida sonrisa. Me di totalmente la vuelta con la mano que tenia libre, ya que usaba la otra para apoyar mi cabeza, me sequé un poco los ojos. Apreté los labios y me moví hacia la pared, invitándola a tumbarse ella también.

Nos quedamos mirándonos un rato, pero rompió el silencio con una pregunta:

-¿Qué ha pasado? - respiré sonoramente, dudé un segundo, aunque pensé que si quería conseguir socias, confiar un poco era la mejor manera.

-Nada, mi hijo - al decir esa última palabra hubo una visible reacción en ella. Abrió la boca un poco y me dejó seguir - lo ha adoptado una mala persona. Una zorra.

Saray no articuló una palabra, directamente me rodeó con sus brazos cubriéndome. Agradecí mucho ese abrazo, a Helsinki le encantaban, pero Tokio no solía hacer muestras de amor de ese tipo, y Estocolmo era muy tímida.

Flashback
Nairobi POV
Era la una de la mañana cuando de pronto la puerta de la pequeña habitación del monasterio italiano se abrió. Para aquel entonces, Helsinki y yo ha teníamos una buena amistad y compartíamos cuarto. Cuando me quité el antifaz lo vi a él entrar sigilosamente, intentando no despertarme, pero lo hizo. Encendí la luz.

Se sentó en la cama y me miró.

-¿Qué pasa? - le pregunté.

-Mejor duermo aquí, mañana gran día.

-Te ha folla'o y te ha' larga'o. - dije, él reaccionó apartando la vista - qué puto asco - me quejé.

-Entre hombres es así - intentó justificar.

-Tú no eres así. Llevo dos años dando vueltas contigo por el mundo y tú eres un peluche, mi amor. Y si puedes estar doce horas abraza'o a su espalda como un koala, pues mejor.

-Somos compañeros; brothers.

-¿¡Qué vas a ser su brother?! - exclamé furiosa - Helsinki, tienes que quererte más, y pasar de este payaso que encima te chulea. La próxima vez que te diga bum, bum, tú le dices que ciao. Y que bum, bum a la loma del orto. Después él apagó las luces.

Lo observé con detenimiento, y finalmente le dije:

-Helsi, te has enamora'o... hermanos, la madre que os parió. - fui a su cama y lo abracé, aunque él cuando me correspondió el abrazo, me recubrió completamente.

Fin del flashback

La gitana ya me había rodeado con compasión cuando decidí apoyar mi cabeza en su hombro, con un poco de miedo, porque sabía que era de la pandilla de Zulema. Pero en ese momento, era lo último en lo que podía pensar, mi mente se centraba en Berlín, Moscú, Oslo, Helsi... por lo menos los dos primos estaban juntos.

-Tranquila, nadie duerme la primera noche... -me susurró.

Sé que me lo dijo con intención de animarme, al conocerla saltaba a la vista que esa chica tenía un gran corazón, pero se juntaba con Zulema y no le hacía bien. La reina mora de esta cárcel, era una experta manipuladora, el elfo del puto infierno, como solía gustarle a ella. Tenía a todo el mundo a sus pies dentro, y también fuera de la cárcel; una familia formada por un novio y su tío, que eran terroristas internacionales, en busca y captura.Asesinatos, prostitución, drogas y tráfico de personas; menudo currículum.

Siendo sinceros, eso del insomnio de la primera noche fue un poco siniestro. Pero tenía razón. Esa noche... esa noche no pude pegar ojo. No dejaba de pensar. En mis compañeros, el profesor, Tokio...

También caí en que esta gente quizás no llegaría a conocer la Ágata más alegre, mi lado más feliz. Mi lado Nairobi. Desde entonces, decidí intentar ser positiva, creer en que el profesor conseguiría sacarme de ahí. Porque se necesita una esperanza cuando se te ha privado de tu derecho más básico: la libertad.

Cuando vi que Saray ya estaba dormida empecé a sollozar un poco, no podía asimilar que el plan del profesor, el plan perfecto, había fracasado. Dejé caer una lágrima, después otra, y otra... hasta que al final, me desahogué totalmente. Noté como me besó la frente.

Saray POV
Estaba muy dolida. Muy dolida por la propuesta de Zulema de hacernos amiga de la nueva, muy dolida porque la Rizos hubiera pasado de mí tan rápidamente. Necesitaba amor, porque yo en el fondo era una persona muy dependiente, aunque no quisiera admitirlo. Necesitaba a alguien a quien aferrarme, y la novata era un blanco fácil.

Cuando entró llorando, me removió el estómago, pero conseguí afrontarlo y acercarme a ella. No supe muy bien que hacer así que me limité a apoyar una mano en si espalda, pero al final terminamos abrazadas. Esto iba a ser pan comido, un par de besos y ya la tendría en mis manos, y no solo a ella, sino también mi anhelada salida al exterior. Me beneficiaba a mí, beneficiaba a Ágata y beneficiaba a Zulema; el pack completo. Aunque, para eso teníamos que involucrarla en el plan, y eso a mí no me hacía ni puta gracia, que quede claro.

Esperé a que se calmara y después ya me dormí en su litera.

Narrador POV
Entre tanto, el profesor se encontraba fuera en el ajo, como siempre. Debía salvar a Nairobi de Cruz del Sur, a Estocolmo de la cárcel psiquiátrica de Alicante y a Bogotá y Denver de Cruz del Este. Palermo ya había jodido suficiente el plan, por lo que no era una prioridad. Lisboa, Marsella y él conseguirían rescatarlos, sin duda.

Los tres, se alojaban en el monasterio y con sus amigos en Pakistan día y noche, trataban de contactar con alguna de las prisiones en las que se encontraba la banda dispersa.

De pronto, un día, alguien llamó a la puerta del monasterio. Eso nunca ocurría, ya que los monjes no salían fuera y por eso temieron lo peor. Recogieron un revólver del cajón y miraron por la rendija de la puerta. Y no se creyeron quién les esperaba fuera; era Tokio. Y traía de rehén a alguien. A alguien que todos deseaban ver preso desde siempre; Gandía.