Cap 11

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Las maletas llegaron  a la puerta de el departamento.

Una semana, la peor de toda su vida en el hospital, sintiendo el rechazo en "su" alfa y la compacion de todos.

Ahora se sentía parado justo en la puerta de el infierno.

Tenia que vivir junto a él alfa que lo despreciaba. Respiro profundo y con el juego de llaves que prácticamente le aventó perth en la cara el día que le diron de alta para reposar en casa 3 días más.

Ni si quiera lo llevo a su nueva casa, menos no ayudo a empacar lo que llevaría y por su puesto tampoco estaba para resivirlo en su "hogar" todo parecía algún tipo de castigo divino.

Pará  colmó, el lugar estaba sucio, descuidado, ropa en los sofas, zapatos tirados por doquier, revistas en lugares extraños y apostaba el alma a que perth nunca notó la ausencia de el pequeño pez, que bondadosamente le robo para que este viviera y que ahora regresaba, con el omega a lo que un día pudo haber sido su tumba.

Juro oír tragar pesado al pobre animalito, tubo que hablarle al pez y jurarle que no moriría por que el cuidaría de aque pedacito de oro movible.

Dejó la pecerita en una lugar que hiso en la repiza donde por alguna extraña razón había pizza. Pará después poder meter sus cosas.

Por su salud mental y física se puso a limpiar tratando de no pensar en el refrigerador, Dios eso lo ponía melancólico, pues la última vez que asomo en ese lugar, sintió tanta lástima por los vegetales.

Llamó a la lavanderia para que se ocuparán de la ropa, barrio con vapor caliente el suelo alfombrado por que le daba repele el aroma  a soledad que se había impregnado en aquélla superficie que cubria un bonito piso de madera.

Coloco cafe en frascos de esencias y los quemo para liberar su aroma, abrió cortinas y ventanas, necesitaba respirar algo que no fuese tristeza y amargura, ya era suficiente con la amargura de perth, como para que el lugar donde su culo viviría un año apestara así.

Lavo los trastes con abundante cloro, para luego con pañuelos listos revisar el refrigerador, para su sorpresa todo se veía bien y eso era por que estaba vacío, volteo los ojos en señal de broma.

Abrio  una app en su celular para pagar para que hicieran su super y lo llevarán a casa pagando un costo elevado pero eso le aceguraria que almenos él no moriría de hambre.

Perth podría comer mierda poco le imprtaba, si quería comer tendría que comprar su Propia despensa por que el omega era vegetariano, así que el con frutas, verduraz, algunos quesos, quizás leche de almendras y mucha avena sería feliz.

Alterminar tomó un baño acomodo sus cosas en una habitación libre que tenía la puerta sin seguro.

Pues la habitación que sabía, era la de perth tenía llave, de todas formas, no planeaba limpiarla, si el quería joderce podía hacerlo, lo único que pedía era que no apestara, ya había tenido suficiente de su peste los días que estubo en el hospital "cuidando de él" por la fragilidad de su lazo.

Que más bien solo estubo para recordarle el. Desprecio que sentía y lo mucho que extrañaba a él gamma.

Obviamente perth se reintegro a labores por una semana antes de que a saint le dieran de alta y el Consejo lo mandara a casa con el omega para cuidar de su lazo.

Pero eso poco le importo.

El alfa no estaba en casa, apenas llegó el super dio un dinero extra a él repartidor un beta alto y de ojos grises para que lo acomodara lo cual por dinero extra rápido lo acepto.

De inmediato pico unos hermozos  y brillantes gitomates, lechugas, rebolco unos brócolis hermozos con unos trocitos de col blanca  a la primavera, hiso de manera artesanal un aderezo mil islas acompañandolo con un rico jugo de melon picado con mucho hielo.

Hasta le invitó un poco al repartidor.

Instalo una televisión propia en su nueva habitación llevó todo a ese lugar el cual sería su nuevo refugio, así como unas gomitas de ositos solo rojos y viboritas agridulces.

Apago la luz, prendió el clima y cerró con seguro su puerta.

Paso los canales hasta que en otro un canal que transmitía para su suerte la saga de Alien el octavo pasajero, amaba las películas de terror.

Ajustaba unos calcetines esponjados cuando  un golpe contra el suelo lo hizo chillar aterrado, fue algo brutal y seco, incluso por enzima de el suelo alfombrado.
Le bajó el volumen a la tv y espero por algún otro ruido.

Pero luego pudo oler a perth, se cuestionó si fue buena idea dejar a pequeño pez, el cual había bautizado con el nombre de jamon en la sala.

Terminó el brócoli que tenía en la boca y dejó su plato para salir, ignorar a perth, tomar a jamón y meterlo a su fortaleza.era un plan genial.

Ajusto su short corto y sus calcetas.

Abrió la puerta y en efecto, era perth el que había llegado a casa, pero no sólo, el omega sólo respiro profundo salió sin sentir el suelo alfombrado sobre sus pies.

No dijo nada, tampoco le sostuvo  por tanto tiempo la mirada a perth. Tomó al jamon, giro sobre sus talones, escucho el gruñir de el alfa, sintiendo miedo, camino a un así, sin voltear para verlos de nuevo, cerró la puerta  coloco el seguro, lento dejó al animalito en lo que sería su mesa de noche.

Subió el volumen de el televisor al máximo y coloco una almohada en su corazón y un pedazo de edredón en sus dientes cerró los ojos.

No sabía bien lo que sentiría, por qué jamás tubo un lazo tan fuerte como el de perth  o quizás sólo estaba muy cansado aquel día, quizás por eso no sitio la infidelidad de su alfa.

Pero no dudaba que esta vez, lo sentiría, de echó lo sintió en el momento en el que lo vio llevar a aquella morena con las piernas enredadas en su Cintura mientras le comía el rostro ya muy manchando de labial rojo.

Dolió, ardió quemo hasta sus huesos.

No noto cuando comenzó a gritar con el sonido ahogado en el edredón y las lágrimas resbalando por sus mejillas.

Su corazón pataleaba de dolor, perth metía carbón a fuego vivo a su alma, se supone que debía cuidar de su estado, con esto saint sólo podía llegar a una triste conclusión, su alfa quería matarlo.

El sentimiento era horrible, era cómo estar frente a ellos y ver a su alfa entre las piernas de aquella chica de cabello largo.

Su omega se revolcaba de amargura ante el dolor de la infidelidad y la sonrisa déspota de su alfa al verlo con otra en él sofá.

Los gemidos atravesaban la almohada en sus oídos, su cuerpo temblaba, sufría era muy cruel.

Antes de tirar su cuerpo bajo la cama para llorar, se juro que algun día se la hiba a cobrar, aun que por ahora lo único que podía hacer es llorar.



🌙

Disculpas por los errores no me dio tiempo de corregir ni de leer como quedo.

Les recuerdo que ya hay pagina de IG para los que gusten.

Saludos y dejen sus estrellas y comentarios que no actualizo gratis xD.

EL AROMA DE MI ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora