Encuentro extraño

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Era un día tranquilo y soleado, algunas pisadas eran audibles en el bosque, pero eran lo suficientemente silenciosa para que el carruaje que pasaba por el camino no se percataran de nada.

-Sería una lástima que estén solos.- dijo el líder de un grupo bandido, miró a sus compañeros dándoles una señal para actuar.

En cuestión de pocos minutos tenían lo que querían, les bastaba para estar cómodos un par de semanas así que saltaron para poder irse con la mercancía.

El carruaje se detuvo, el líder estaba por irse pero se quedó inmóvil, intentó moverse por la fuerza, pero era inútil, algo lo controlaba.

-No tan de prisa, Ibanov.- era la voz de una mujer.

El bandido sonrió con sorna.

-Ibanov: Muy bien, me tienes, ¿Por lo menos me dejas verte?- dijo relajado.

El líder volteó en contra de su voluntad viendo frente suyo a una persona encapuchada elevando una mano, lo cual supuso que usaba magia, y detrás un joven salía preocupado.

-Ibanov: Ya veo, no sabía que era un noble, mi error, en serio me arrepiento.- habló en tono burlesco.

-Cállate, serás juzgado ante el rey, eres el más buscado en el reino, no eras tan listo como creías.- dijo la figura encapuchada.

-Ibanov: Que miedo tengo jajaja, como quieran, pero eso sí, deben  alimentarme y cooperaré, tratenme como basura y la cabeza del rey rodará cual molino.

El joven noble ordenó a su acompañarte atarlo para poder llevarlo al reino.

Mientras continuaban con su camino un aullido los hizo estremecer.

-Mmm es peligroso el segundo piso, ¿No hay campo dentro? — dijo el bandido elevando su voz.

-¡Cállate!- le gritó la mujer.

Este solo se echó a reír.

El camino no fue mucho, pronto llegaron al pueblo que rodeaba al palacio real, el bandido se había soltado pero seguía sentado donde lo habían dejado y saludaba a las personas riendose ante sus miradas asombradas y murmurando.

Al estar muy cerca del palacio decidió bajarse siendo cuidadoso.

Caminó como si nada pero la gente se apartaba por temor. Vió una cantina desde lejos así que se dirigió a ese lugar para pasar el rato.
Era buen momento, varios hombres estaban haciendo apuestas.

-Ibanov: Le entro, tengo...mmm unas cadenas de plata de la misma nobleza.- dijo el bandido poniendo frente a ellos las cadenas.

Los demás se asombraron puesto sabían quién era.

-Ibanov, sin trampas.- le advirtieron.

-Ibanov: Por supuesto, más bien que sea de prisa que la hechicera del hijo del conde Drewsly se dará cuenta de mi escape.- afirmó sentándose.

Pasaron varios minutos y él ganaba, los demás estaban asombrados de que tuviera tanta suerte.

-Ibanov: Bueno señores, gané limpiamente como querían, así que me retiro.- dijo guardando todas las monedas de oro, plata y bronce que había ganado.

-Un momento, ¿Cómo sabemos que no nos estafaste?- muchos de ellos sacaron sus espadas amenazándolo.

-Ibanov: Que malos perdedores, el noble anterior me quitó todo a excepción de las cadenas, así que con su permiso....

La puerta se abrió abruptamente llamando la atención de todos.

Ibanov aprovechó para salir por una puerta secreta que el cantinero y él sabían.

Hasta El ÚltimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora