Pacto en pie

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Con suerte Peridot no salió muy herido, una ves terminando el "trabajo" se dirigió con Lapislázuli a socorrerla.

-Peridot: Tendrás una gran cicatriz ¿No importa?- dijo aplicando un torniquete.

-Lapislázuli: ¡Aaahhh! solo que pare de sangrar...- se quejó con mucho dolor.

-Peridot: Hay que limpiarlo o sino quedarás inválida.- dijo cargándola.

-Lapislázuli: ¿Qué?

-Peridot: Te falta estudiar.- dijo acercándola a la orilla del lago.- se dice que este agua es más limpia que la usada en las misas.- dijo arrancando un pedazo de su saco y lo lavó.

-Lapislázuli: Eso creo....no siento la pierna.

-Peridot: Calma, esto dolerá.- dijo limpiando la herida.

Lapislázuli tomó un pedazo de capa y lo mordió para evitar gritar con fuerza.

-Peridot: Necesitamos un médico si no quieres perder tu pierna, es una herida profunda y se requiere coserla.

-Lapislázuli: ¿Cómo lo sabes?

-Peridot: Escuché de unos en el castillo....

-Lapislázuli: Me debes una explicación pero llévame a uno ahora.

-Peridot: Imposible, preciosa, solo el rey tiene acceso a uno.

El rubio escuchó unos sonidos extraños y se asustó al ver a una chica impactar contra un árbol cerca de ellos.

Hasta Lapislázuli la miró sorprendida de que la desconocida se hubiera puesto de pie, sacudido la ropa y correr hacia el lugar de donde la lanzaron.

-Peridot: Eso fue raro.

-Lapislázuli: ¡Quiero un maldito médico!- gritó.

Peridot evaluaba la pierna de Lapislázuli para ver si en verdad necesitaba de ayuda.

-¿Un corte?- preguntó una encapuchada.

-Peridot: ¿Quién eres?- mostró el cuchillo en defensa.

-Deja eso de lado, ¿Que necesita?- dijo la persona ahí.

-Peridot: ¿Quien es usted?- volvió a preguntar.

-Hechicera con conocimientos médicos, ayudo a quien necesita sin importar quién sea.- dijo.

-Lapislázuli: Por favor, Peridot, la necesito.- dijo adolorida.

-Peridot: Fue atacada con un cuchillo en la pierna, creo que es profundo y que requiere de costura.

-Buena evaluación.- dijo agachándose.- ¿Puedo?

Lapislázuli asintió dándole el permiso de ver.

La mujer evaluó la situación de la herida, en verdad era profunda.

-Tardará en sanar, no es tan necesario que se cosa, solo debe evitar hacer esfuerzo o podría complicarse y sangrar aún más.- dijo sacando unas telas blancas y los amarró con algo de fuerza.

-Peridot: Entiendo.

-Espero a verlos ayudado, cuida de tu mujer.- dijo retirándose.

-Peridot: ¿Mi qué?- dijo pero la mujer desapareció.

-Lapislázuli: Genial, piensan que somos algo, además quedé inútil por un tiempo y contigo ¿Algo más puede pasar?

-Peridot: Odio ser niñero.- dijo sentándose a su lado.

Mientras los días fueron pasando.

-Peridot: Creo que me sale cada ves mejor.- dijo dándole una mordida al conejo que coció en el fuego.

-Lapislázuli: Tráeme agua.

El rubio tomó su cantimplora y se lo pasó.

-Peridot: ¿Vas mejor? El tiempo es oro.

-Lapislázuli: Creo que sí, gracias por cuidarme.

-Peridot: No puedo tener a mi colega en malas condiciones ¿O sí?- dijo tranquilo dando otro mordisco.

-Lapislázuli: Supongo que no.

-Peridot: Muy bien, hay que limpiar la herida y los trapos.- dijo tomando la pierna de la castaña y le quitó las telas con cuidado.

Con una tela que humedeció fue limpiando la herida, una ves terminando volvió a colocar unas telas limpias.

-Peridot: Va mejor, pronto continuaremos, ha pasado bastante tiempo.

-Lapislázuli: Ya lo creo, lamento que me pasara eso.- dijo apenada.

-Peridot: No fue culpa tuya, fueron los ineptos de mis antiguos compañeros, pero pronto estarás bien, el trato sigue en pie.- sonrió.

Lapislázuli lo miró curiosa, ¿Quién era él en verdad? No lograba entender el porqué de su actuar, era más atento y gentil que antes, incluso la ayudaba bastante.

-Lapislázuli: ¿En verdad te gusto?- preguntó elevando una ceja.

-Peridot: Por supuesto, eres muy hermosa.- contestó con simpleza.

-Lapislázuli: Lo soy.- sonrió.

-Peridot: E irritante.

Lapislázuli rió.

Peridot mantuvo su sonrisa, le agradaba aquella hechicera, tenía un algo que llamaba su atención y era cómodo.

Pasaron los suficientes días como para que Lapislázuli volviera a tener movilidad.

-Peridot: ¿Mejor?- preguntó mientras caminaban.

-Lapislázuli: Mucho, me alegra poder moverme.

-Peridot: Concuerdo, era incómodo y raro llevarte al lago, aunque lo disfruté.

-Lapislázuli: Como sea, ¿Ahora que sigue?

-Peridot: Relajarnos un rato, no es bueno que te sobresfuerces.

-Lapislázuli: Estoy bien, no te preocupes.

-Peridot: Okey, aún así ten cuidado.

Lapislázuli asintió, ese sujeto era muy amable y eso era extraño.

-Peridot: A veces la vida corriente parece tentadora, pero no se puede borrar el pasado así de fácil, nunca tuve compañía como la tuya, es agradable no estar solo.- dijo repentinamente.

Aquello llamó su atención.

-Lapislázuli: ¿Entonces porqué no buscas una forma de ser alguien mejor?

-Peridot: Porque nadie me verá más que un asesino a sangre fría, eso es lo que soy y lo acepto.

-Lapislázuli: No lo eres.- dijo haciendo que Peridot la mire.- eres amable, educado cuando quieres, ocurrente, ágil, hábil, sabes hacer lo necesario para sobrevivir, pero este no es el camino.

-Peridot: Me lo dice la hechicera de Drewsly.- dijo con sarcasmo.- no tengo tantas facilidades como tú, por lo menos podrás volver al castillo y decir que te secuestré y asunto resuelto.

-Lapislázuli: No lo haré, esto no es un secuestro, me quedé por cuenta propia, es muy diferente, además me trataste mejor de lo que imaginé.

-Peridot: Claro que lo hice, te necesito viva y sana.

-Lapislázuli: ....claro, por eso, aún así tienes consideración, no te acusaré, te lo prometo.

-Peridot: Supongo que gracias, eso no cambiará nada pero es buena tu intensión.

-Lapislázuli: No tienes remedio.- sonrió.

Hasta El ÚltimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora