Capítulo 8

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Pov Charlotte

— ¡Me muero de hambre!. — Grite exhausta.

— Te apoyo. — Dijo Brisa recargandose en mi hombro.

— ¿Qué esperamos? Vamos a comer algo. — Dijo Martín bostezando.

Antes de que saliéramos llame a Harley para avisarle que saldría tarde por lo que el se adelantó al hotel para esperarme y comer junto conmigo y los chicos.

Brisa, Marty, Eduardo y yo entramos al hotel directo hacia el restaurante bromeando entre nosotros.

Alan en cambio se fue directo hacia su habitación ignorando nuestra presencia.

— Ese chico necesita calmarse un poco. — Rodó los ojos Brisa.

Asentí. — Es un energúmeno pero puede que sea buen diseñador.

— No lo creo. — Dijo Eduardo sentándose en la mesa.

— No deberíamos subestimar lo. — Dije pensativa.

— No lo hacemos pero cuando ves como espiaba los diseños de los demás. No es como que te deje una buena impresión. — Dijo Marty mirando el menú.

— ¿De qué hablan?. — Pregunté confundida.

— Cierto, tu no te diste cuenta.  Cuando estábamos dibujando el se paseo por donde estaba cada uno y después regresaba a su estación para dibujar. — Dijo Brisa sería.

— ¿Me estás diciendo que nos robo las ideas?. — Abrí la boca soprendida.

— ¿Quién robo que de quien?. — Dijo Harley a mí costado mientras los demás lo veían confundído.

— Chicos el es Harley mi mejor amigo, me acompañara durante todo el viaje. — Lo presente con los demás.

— Hola chico. — Saludo Marty.

Eduardo solo movió la cabeza.

— Hola ¿Cenaras con nosotros?. — Preguntó Brisa amablemente.

— Si. — Se sentó a mí lado. — ¿Entonces quien robo que?.

— Los chicos me estaban diciendo que otro participante nos robos nuestras ideas durante la fase de dibujo. — Me encogi de hombros restándole importancia.

— ¿Acaso no te molesta?. — Fruncio el ceño Harley.

— Claro que si, pero el hecho de que las robe no quiere decir que le vaya a salir mal. — Le sonreí para calmarlo.

— En eso tiene razón. Puede haber robado las ideas pero tiene que saber cómo hacerlas realidad o no serviría de nada. — Dijo Eduardo, con Marty y Brisa asintiendo dándole la razón.

— ¿Qué van a ordenar?. — Pregunté.

— No lo sé, tal parece que también hay buffet por lo que mejor comeré algo de allí. — Todos nos miramos y a sentimos de acuerdo a hacer lo mismo. Después de todo no habíamos comido en unas horas y lo que fuera que pidiéramos iba a tardar en cocinarse.

Me acerque a observar lo que había en la barra. Papas a la francesa, sandwiches, carne asada, sopa, nuggets de pollo, espagueti, etc. Tome mi plato y comencé a servirme de todo un poco, justo cuando iba a tomar el último nugget alguien se atravesó en mi camino.

— Mi nugget. — Dije dramática.

— Lo siento. — Sonó apenado.

— No te preocupes hay más comida. — Voltee a sonreírle cuando me encuentro con la cara apenada de Tom.

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