𝐃𝐈𝐒𝐇𝐎𝐍𝐎𝐑𝐄𝐃; zuko

土 | warm tea and a wise man

二 | › warm tea and a wise man

UNO HARÍA CUALQUIER COSA por el amor de un padre o una madre, pero si estos no te quieren no hay nada que puedas hacer -no importa lo mucho que deformes a tu persona para satisfacerles- para que lo hagan. Kenna, aún ensimismada en el reino de los sueños, se imagina a sí misma siendo el orgullo de su padre y manteniendo su legado con honor. Cuando despierta el té aún está caliente y sus heridas están vendadas. —Oh, buenos días. Te has despertado en el momento ideal, el té está perfecto.—

El extranjero de cabellos grises y sonrisa afable le ofrece un té -ella se sienta, hace una leve reverencia y acepta el brebaje. No es amargo pero tampoco demasiado dulce, está caliente pero sin que esto sature los sentidos, se nota el intenso sabor de las hierbas pero sin que este resulte excesivo; tal como ha dicho él, el té está perfecto.—Gracias, señor, si no es molestia podría decirme dónde estoy.—

—Claro, claro. Estás en una posada cerca de la entrada de la ciudad, a noche te vi entrenando hasta desfallecer y decidí traerte aquí. Mi sobrino ha ido a buscar comida.— A pesar del humilde panorama que se vive en aquella vasta habitación de un viejo hostal lleno de polvo, aquel anciano posee una calma y sabiduría envidiables ya que no tiene el defecto de la soberbia -muy común en hombres de grata inteligencia. Su mirada es tranquila, como la llama danzante de una vela, cálida y controlada. —Mi nombre es- uh, Mushi.—

—Es un placer, muchas gracias por su amabilidad. Mi nombre es Kenna, hija del general Kanze.—Aquel nombre era conocido por la nación del fuego -El Gran General Kanze, un hombre astuto pero marcado por una falta de piedad con sus enemigos. Para hombres como él la nación del fuego era una plaga que debía ser erradicada a cualquier precio, un pensamiento radical pero comprensible teniendo en cuenta la fatal masacre que vivió Tah Geshen. Kenna se terminó el té y aceptó las galletas ofrecidas por el forastero. —Tu padre es un hombre cuya reputación le precede.—

—Tío, apenas he conseguido— Se detuvo al entrar y ver a la joven despierta. La quemadura de su ojo era lo que más captaba la atención -una herida así solo podía haber sido hecha por un maestro del fuego. Él deja lo que ha conseguido comprar en el mercado a un lado y mantiene la distancia. Kenna se avergüenza por haber mirado tan detenidamente su cicatriz -probablemente no es un buen recuerdo. —Ejem- será mejor que me vaya, mi madre estará preocupada. Porfavor, acepten ambos mi invitación a tomar el té esta tarde para compensarles por su amabilidad. Mi casa está al norte de la ciudad, no tiene pérdida. —

—Muchas gracias, señorita Kenna. Será un honor tomar el té con usted.— Ella hace una reverencia antes de irse. Al caminar sus pies duelen y arden, tiene agujetas por todo el cuerpo y sus dedos no son los suaves propios de una dama de categoría -son callosos y ásperos al tacto. Su madre la espera en casa con semblante preocupado y tristeza en los ojos, su padre está en el jardín entrenando con sus hermanas. Los criados sanan sus heridas y su padre le recrimina el haberse excedido tanto. Mientras se baña, Kenna le cuenta a su madre el como se ha despertado en la deleitante compañía de un té caliente y un hombre sabio.

En aquella pequeña habitación de los suburbios, el anciano prepara otro té calibrando a la perfección la temperatura de este y el tiempo que han de estar las hojas en el agua para así crear el más delicado y delicioso de los tés. Su sobrino no entiende su vocación, para él todos los tés son exactamente lo mismo -agua sucia. —¿Se puede saber porqué has aceptado su invitación?—

—Nunca se ha de rechazar una invitación a tomar el té.— su voz está marcada por la paciencia y la misericordia, una voz propia de alguien que ha sufrido lo suficiente durante su vida como para saber que la ira solo genera dolor. Luego sonríe aparentando inocencia. —Además, te conviene relacionarte con gente de tu edad -como Kenna.—

—¿Qué? No- yo no necesito a nadie y mucho menos a alguien como ella. Lo que necesito es encontrar al Avatar y restaurar mi honor.— La juzga cruelmente por su dedicación ciega a una causa perdida ignorando que posee los mismo defectos que le recrimina. Su tío decide no hacer comentario al respecto pero la verdad es que ve tanto de su sobrino en ella -antes de su caída en desgracia. Solo espera que Kenna no sufra al igual que su sobrino por la maldad de un padre que no les merece.

—[土]—

Hey, yo! Segundo capítulo, los capítulos son cortos para facilitarme así el actualizar casi diariamente. Ya tengo la trama de esta historia pensada en su totalidad y los capítulos están contados así que toda la trama se va a desarrollar correctamente. Espero que os haya gustado el capítulo.

Iroh es mi personaje favorito, quiero que me adopte.

Luego va Zuzu. 😂